Es fundamental comprender las razones de esta conducta, pues al igual que otras especies de felinos, muestran comportamientos de marcaje por rascado.
Gran parte de la comunicación entre ellos es por lenguaje visual y olfativo. En sus patas tienen unas glándulas por las cuales liberan la feromona interdigital, la cual funciona como un mensaje territorial. Las feromonas son sustancias que por medio de su olor transmiten mensajes específicos a cualquier otro animal, en especial, otro felino. Cada una de ellas transmite un mensaje diferente, como la facultad de marcar un objeto determinado con una firma personal, añade.
Otras funciones del rascado corresponden a comodidad y postura, pues todo felino necesita estirar la espalda de vez en cuando. Así mismo, les ayuda a afilar las uñas para usarlas en caso de salir a explorar, evitar el crecimiento excesivo o su ruptura, lo cual, además de ser doloroso, conlleva a que caminen sin apoyar correctamente las almohadillas de las patas. Esto, a largo plazo, provoca problemas articulares, señala Yaquián.
Los gatos usan las uñas para arañar ya que, por ser un animal cazador por naturaleza, esta adaptación les permite defenderse y escalar, explica la médica veterinaria Vanessa Granados, autora de la obra Previniendo problemas de comportamiento (Unidad de Bienestar Animal, del Maga, 2023)
“Por ello, debemos aprender a ver esta conducta como algo beneficioso para la salud de nuestro gato y proveer de lugares adecuados donde pueda cuidar de sus uñas, además de ayudarle con recortes ocasionales, en caso de crecimiento desmedido de estas”, agrega Yaquian.
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Cómo evitar el rascado inadecuado
En primer lugar, se le debe proporcionar un rascador que sea de material atractivo para el gato. Sus texturas favoritas son cartón, cuerda y madera. Debe estar ubicado en una superficie estable, pues si se balancea, dejara de usarlo. Es preferible colocarlo de forma vertical y que su longitud sea mayor a la del cuerpo del gato para que pueda estirarse al usarlo. Debe ubicarse en la parte de la casa que el felino considere como zona de descanso o donde más tiempo pase. Si ya rasca en alguna área, colocarlo en ese lugar.
Se recomienda poner catnip —hierba de intenso olor, de la especie Nepeta cataria que atrae a los gatos— en el rascador para incentivar su uso, indica Granados.
Otra razón de rascado obsesivo es el aburrimiento y la falta de atención, por lo que es fundamental pasar tiempo de calidad con el gato. Los juegos y las caricias, así como el cepillado, producen felinos más relajados y menos “rascadores”.
El conflicto social también es un factor importante. Si el gato empieza a rascar y destruir muebles u objetos después de algún cambio en la rutina familiar o de la llegada de nuevos integrantes, se le debe ayudar a aceptar poco a poco esta circunstancia para que se relaje y deje de hacerlo.
A menudo, luego de haber destruido algún mueble, el propietario castiga al gato, lo cual no es recomendable, pues puede aumentar el comportamiento por estrés. Evitar castigarlo.
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El marcaje —rascado— de ciertos lugares de la casa hace que el gato lo sienta suyo y le provea seguridad. Una vez se haya colocado un rascador, se debe limpiar bien la zona donde haya aruños con un detergente enzimático y cubrir temporalmente con plástico o papel aluminio para que deje de atraerle.
El rascado es una forma de comunicación, así que si el problema persiste o se manifiestan otros tipos de marcaje, como orina, llevarlo al veterinario para un chequeo general, dice Yaquian.
Otro “truco” que puede ayudar para evitar que el gato aruñe los muebles es colocar cinta adhesiva de doble goma o papel aluminio en los lugares donde no se quiere que se acerque o rasque, expone Granados. También se puede intentar colocar bandejas de agua u objetos que interrumpan el paso en la zona donde el gato normalmente rascaría.
Recorte de uñas
Si el gato no sale de casa, se le puede realizar un recorte de uñas cada 10 o 15 días para que el rascado sea solo de retoque y no de desgaste. Hay que recordar que esta es una conducta natural y que el dueño debe favorecerla para que la realice correctamente. Hay cortaúñas especiales y se le puede pedir al veterinario que muestre al dueño cómo usarlo de forma apropiada, sin lastimar la cutícula, señala Yaquian.
Desde cachorros se les debe acostumbrar a estos recortes, añade Granados. La forma correcta de hacerlo es presionar suavemente las almohadillas de las uñas para que estas salgan y sean visibles. Usar un cortaúñas de punta redonda especial para gatos y solamente cortar la punta de la uña, al evitar a toda costa la zona rosada e irrigada. Se le puede dar premios comestibles para acostumbrar al gato a esta actividad y hacerlo poco a poco para no estresarlo. Es esencial que el gato confíe en la persona, puntualiza Granados.
Prohibida mutilación
- La cirugía en la que se mutila la última falange de los dedos de los gatos —oniquectomía o desungulación— es considerada cruel e innecesaria, pues se retira la base de la uña con todo y hueso, desde la articulación anterior.
- Es un proceso doloroso con una recuperación muy complicada. La calidad de vida después de este no vuelve a ser la misma para ellos, indica Maritza Yaquian.
- Esta mutilación está prohibida por la Ley de Protección y Bienestar Animal, por ser perjudicial para la salud y bienestar del felino