“Si el padre es ausente, el niño aprende que los hombres, en general, son ausentes o que así tiene que ser”, dice Diego Guacajol, psicólogo del Centro de Atención Psicológica Entero, y agrega que, al tener un padre ausente, el niño desarrolla inseguridad.
Pero la presencia paterna es más que hacerse visible en un tiempo y espacio determinados; implica la participación positiva del padre, para influir de manera adecuada en la personalidad de sus hijos.
Más allá de los roles tradicionales y estereotipos de género, dice Guacajol, “la función del padre es una parte fundamental que le enseña al niño la forma de relacionarse con otras personas”, y agrega que los niños podrían imitar determinadas formas de ser y actuar.
El inicio de la relación
En el caso de la madre, la comunicación con el hijo inicia desde que está en su vientre, pues es naturalmente un lazo directo. Sin embargo, en el caso de los padres, funciona un tanto diferente.
La estimulación se inicia desde la etapa del embarazo en pequeñas acciones como cantarle una canción al vientre y hablarle cariñosamente.
Guacajol explica que, en esta etapa, “el hecho de que el infante pueda escuchar la voz de su padre, al momento de desarrollar su oído, lo podrá relacionar como algo agradable, vinculado con su madre”.
Desde la infancia
Algo elemental para la relación entre padre e hijos, según Alexandra Porras, psicóloga, es el amor y cada acción que se deriva de él, como la comprensión, la empatía y la paciencia, entre otras. Esto les permitirá a sus hijos desarrollarse bien en su entorno.
De acuerdo con Porras, la personalidad se desarrolla en los primeros cuatro años de la infancia y, la relación con el padre influye en ella y, más tarde, en la vida adulta y las futuras relaciones interpersonales. “Ser padre no es más que otra profesión”, expresa.
El ejemplo que el padre da es muy importante, pues los hijos pueden replicar lo que ven. “Si el padre es empático, amable, humilde, generoso; de igual manera el hijo consigo mismo”, dice Porras, y agrega que esto debe ser no una vez, sino siempre, para tener una relación positiva y que esta se vea reflejada en las actividades del niño.
De igual forma, cuando el hijo realiza sus tareas, es importante que reciba motivación para fortalecer su autoestima, aunque es importante no confundir con la sobreprotección. Al caer en este error, los hijos podrían crecer como personas dependientes a una u otra figura.
Asimismo, es importante que los hijos sean independientes y desarrollen la capacidad de solucionar las problemáticas a las cuales se enfrentan. Según Porras, “el padre es un modelo principal, un compañero para toda la vida, que dará comprensión y apoyo, así como valores esenciales”.
Y así como los padres reflejan lo positivo, también lo negativo. Cuando nos encontramos en una situación de violencia, que da lugar a una relación conflictiva y que el padre es agresivo, entonces el hijo replicará esta violencia en forma de bullying.
El tiempo es importante
Pese a que es fundamental pasar tiempo con los hijos, Diego Guacajol sugiere no imponerlo ni establecer un día específico para compartir, pues esto podría volver la convivencia muy rutinaria.
Lo recomendable es realizar actividades espontáneas que, tanto el padre como los hijos, disfruten realizar. Además, aconseja la comunicación para estar de acuerdo en el tiempo que compartirán y sea una actividad amena.
De acuerdo con Porras, es posible compartir el tiempo en actividades de bajo costo y en acciones sencillas desde casa, como jugar juegos de mesa, por ejemplo, o pintar y hacer figuritas.
Guacajol coincide con esta posición, y dice que “no es necesario hacer viajes extraordinarios; se puede compartir en comidas y aprovechar pequeños tiempos para compartir”.
Emociones
En algunos casos, para los padres es un tanto difícil lidiar con las emociones de sus hijos, pero es importante practicar una buena comunicación, intercambiar sus sentimientos y, principalmente, desarrollar la escucha. Los hijos deben sentir ese acompañamiento de sus padres.
Asimismo, la adolescencia es una etapa en la que los jóvenes suelen centrarse en sí mismos, explica Porras, y lo recomendable es, contrario a lo que se suele hacer, acercarse y platicar con intenciones positivas.
A continuación, un video de reflexión en el marco del Día del Padre:
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