El frijol transgénico fue fruto de un proyecto de cooperación entre la Embrapa y el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (México).
Además de su contenido más rico en ácido fólico, el frijol genéticamente modificado tiene la ventaja de que incluso una vez cocinado, mantiene niveles elevados de la vitamina: 328 microgramos frente a 81 microgramos del grano corriente.
Una porción de 100 gramos de frijol convencional cocinado satisface el 20 por ciento de la necesidad diaria de vitamina B9 de una persona, en tanto que la misma cantidad del frijol transgénico contiene el 82 por ciento de la vitamina requerida por el organismo al día.
Los investigadores trabajaron a partir de tres especies de frijol de gran demanda en México (Pinto Saltillo, Pinto Durango y Pinto Café , a las que les introdujeron genes de la yerba Arabisdopsis thaliana para aumentar la producción de moléculas que dan origen al ácido fólico.
Los mejores resultados fueron obtenidos con la variedad Pinto Durango.
Las técnicas de modificación fueron aportadas por Embrapa, que domina la tecnología de transformación genética del frijol, explicó el especialista Francisco Aragao, investigador del centro brasileño de investigación y coordinador del proyecto.
La mexicana Rocío de la Garza, investigadora del Instituto de Monterrey y que trabajaba desde hace cuatro años en la síntesis de la vitamina B9 en los alimentos, buscó la ayuda de Brasil luego de que la Embrapa consiguiera desarrollar una variedad de lechuga con 15 veces más ácido fólico que la convencional.
El frijol, alimento muy consumido en ambos países, es rico en varias vitaminas, incluso en ácido fólico, que es esencial para el buen desempeño de varias funciones del organismo humano, entre las cuales la síntesis y la reparación del ADN, la división y el crecimiento celular, y la producción de nuevas proteínas.