“Estamos engañando al cerebro. Este experimento acabó siendo una buena demostración de cómo combinar la ingeniería de software y la neurociencia”, indicó el autor principal del estudio, Roy Mukamel.
Para efectuar la investigación, primero se determinó la habilidad motora de cada una de las manos de los 53 participantes.
En el primer experimento, los pacientes hicieron movimientos con su mano derecha mientras la pantalla mostraba la mano izquierda moviéndose.
Después, se pusieron un guante motorizado en la mano izquierda, que movió sus dedos emulando la actividad de la mano derecha, al tiempo que en la pantalla virtual seguían mostrando imágenes de la mano izquierda moviéndose en lugar de la derecha.
Después de analizar los resultados, los investigadores descubrieron que la movilidad de la mano izquierda mejoró significativamente cuando en la pantalla se veía la mano izquierda.
Los mejores resultados se obtuvieron cuando, además de ver la mano izquierda, la mano derecha se movía gracias al guante motorizado.
“Tecnológicamente estos experimentos son un gran reto. Manipulamos lo que la gente ve y lo combinamos con el movimiento pasivo de la mano para mostrar que nuestras manos pueden aprender cuando no se están moviendo bajo control voluntario”, explicó Mukamel.
El científico y su equipo son optimistas de que este descubrimiento pueda aplicarse a pacientes que están en programas de terapia física tras haber perdido la fuerza o el control de sus manos.