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¿Debo seguir vacunándome contra el covid-19 y qué otras vacunas necesitan los adultos?
Los adultos también deben llevar un esquema importante de vacunación para protegerse de enfermedades infecciosas.
En la edad adulta las vacunas también nos protegen. (Foto Prensa Libre: Kampus Production/Pexels)
Expertos aseguran que después de la potabilización del agua, la vacunación es reconocida como la acción de salud pública que ha logrado reducir el impacto de las enfermedades infecciosas transmisibles y con ello tener un impacto positivo en la salud mundial.
Las vacunas son esenciales para prevenir y controlar nuevos brotes de enfermedades infecciosas. La región de las Américas fue la primera en eliminar la poliomielitis, en el mundo, en 1994, sin embargo, según datos de Pfizer actualmente, esta región es la segunda con peor cobertura vacunal en general, debido a la desinformación, resistencia a vacunarse y a otras consecuencias generadas a raíz de la pandemia por covid-19.
Históricamente las vacunas se han desarrollado a través de la historia salvando miles de vidas. Son partículas biológicas que van a fomentar que el cuerpo aprenda a defenderse para una futura infección, dice el neumólogo Gerardo Martínez.
“Cada vez se usan más y existen más opciones de vacunas para la población”, agrega Martínez.
Las inmunizaciones de los adultos reciben menos atención que las de los niños a pesar que la mortalidad por enfermedades infecciosas prevenibles por vacunación ocurre predominantemente en adultos, refiere el Manual de Vacunas de Latinoamérica.
¿Por qué vacunarse contra el covid 19?
Se calcula que solo en 2021, las vacunas contra el covid19 salvaron la vida de 14.4 millones de personas en el mundo.
Aunque la pandemia ha concluido, el virus covid 19 sigue propagándose y poniendo en peligro la vida de las personas, en especial quienes pertenecen a la tercera edad, padecen una enfermedad crónica o se encuentran embarazadas.
De acuerdo con el tablero de vacunación de esquema regular del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social de Guatemala, a enero de 2024 el 8.2% de la población guatemalteca contaba con la primera dosis de la vacuna pentavalente contra el virus de covid 19, el 8.2% tenía la segunda dosis y el 7.2% contaba con la tercera dosis.
La médico Alejandra Massoc, gerente de Asofarma comenta que es un tema importante porque aunque comenzó hace casi cuatro años, el virus ha ido evolucionando y mutando…”, esto hace que el problema siga vigente aunque no tengamos una emergencia sanitaria como una pandemia, el virus sigue presente en nuestros países”, agrega la profesional.
“La recomendación actual es que cada año los países se vacunen y actualicen las variantes que van circulando”, dice Massoc.
En el caso de pacientes comprometidos en grupos de riesgo podría ser más de una dosis, esto en casos como pacientes con cáncer, leucemia o que usen medicamentos que bajen las defensas. Esta se puede usar desde los seis meses de vida.
Massoc comenta que además de que con la vacuna se pueden disminuir complicaciones de salud por cuadros severos o muertes también se previene el aparecimiento de síntomas después del covid prolongado, relacionados con el cansancio, dolor de cabeza, dificultad para respirar, alteraciones de la memoria, entre otros.
Un total de 55 mil 946 vacunas contra el coronavirus se han aplicado a los guatemaltecos este año, el dato corresponde al 24 de marzo, según el tablero de la Situación de covid-19 en Guatemala del Ministerio de Salud.
Una investigación de Prensa Libre destaca que la dosis que existen en el país se utilizan son de una donación que ingresó en diciembre pasado. Su distribución iniciaría dos días después, y la prioridad sería la población pendiente de vacunarse y en mayor riesgo de contagio, según lo anunciado en ese momento
El biológico tiene fecha de caducidad mayo 2024, y las actuales autoridades han mencionado que por indicación del fabricante hay “una ventana de seguridad” para poder utilizarlo pasada esa fecha. Se indicó que las dosis que ingresaron serían suficientes para atender a la población, y que según el comportamiento del virus se analizaría comprar más.
¿Qué vacunas necesitan los adultos?
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, CDC, en Estados Unidos recomiendan vacunas para adultos en función de su edad, vacunas anteriores, estado de salud, estilo de vida, ocupación, destinos de viaje y actividad sexual.
Consulte con su médico para que le oriente mejor sobre las vacunas a recibir durante el año o cada cuánto tiempo debe hacerlo.
Mayo Clinic, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y médicos consultados recomiendan el siguiente esquema:
Covid19
Una vacuna anual contra la enfermedad por coronavirus podría evitar que contraiga la enfermedad o que no se enferme gravemente o muera debido a esta enfermedad.
Gripe (influenza)
Para prevenir la gripe se recomienda que las personas de seis meses y mayores reciban la vacuna contra la influenza una vez por año. La gripe puede causar complicaciones graves en los adultos mayores.
Hepatitis B
Una opción para adultos de 19 a 59 años es que reciban la vacuna contra la hepatitis B. La vacuna también se recomienda para los adultos de 60 años o mayores que presenten factores de riesgo.
Vacuna antineumocócica
Infección bacteriana de los oídos, los senos paranasales, los pulmones o el torrente sanguíneo. Depende de la parte del cuerpo infectada, pero puede incluir neumonía, septicemia, infección del tejido que recubre el cerebro y la médula espinal y muerte. Se recomienda la vacunación contra los neumococos a todas las personas mayores de 60 años, puede reforzarse a los seis años, si el médico lo considera oportuno.
Tétanos, difteria y tosferina
Una dosis de la vacuna contra el tétanos, la difteria y la tosferina se administra rutinariamente a las personas de 11 a 12 años. Si nunca ha recibido esta vacuna se recomienda hacerlo. También se recomienda una dosis de la vacuna contra el tétanos, la difteria y la tosferina durante cada embarazo, preferentemente entre las semanas 27 y 36 de gestación.
Esta vacuna brinda protección contra el trismo (tétanos), la tosferina y la difteria, que pueden suponer problemas respiratorios. Se recomienda recibir un refuerzo cada 10 años.
Herpes zóster (culebrilla)
Cualquier persona que haya tenido varicela de niño está en riesgo, porque el virus permanece en el organismo de por vida después de la enfermedad. Así que en una fase posterior -especialmente después de los 60 años- puede causar herpes zóster, también conocido como culebrilla.
Esta enfermedad no debe tomarse a la ligera, porque provoca la formación de ampollas en la piel, por ejemplo alrededor del tronco y el pecho, que van acompañadas de dolor ardiente. La posible consecuencia es un dolor nervioso que puede durar varios años.