Quizá estamos acostumbramos a reciclar el papel o a ser más conscientes en el uso del agua en casa, pero nuestras acciones ecológicas pueden ir más allá. La interrogante es cómo comenzar. Una buena guía puede ser la regla de las tres R, que ayudan a tirar menos basura, ahorrar dinero y ser un consumidor más responsable, y así reducir la huella de carbono. Además, de que es fácil de seguir porque solo son tres pasos: reducir, reutilizar y reciclar.
“Esta regla es común encontrarla en las acciones de una empresa que sea socialmente responsable. Por ello en los establecimientos vemos los tres basureros para clasificar la basura, lo cual es útil. Si cada persona siguiera mínimo dos acciones puntuales por cada R de dicha guía podría hacer la diferencia para el país y poder asegurar nuestra propia supervivencia”, dice Francisco Castañeda, ingeniero ambiental.
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Las tres R, nombre con el que habitualmente se conoce el circuito ecológico, tienen una dimensión cronológica que se desenvuelve a lo largo del proceso del consumo: previo a la decisión de adquirir un producto, durante el uso de él y una vez culminada su faceta productiva en la sociedad.
Reducir
Cuando se habla de reducir se hace referencia a los productos con vida útil corta. Esto significa tratar de reducir o simplificar el consumo de productos que se compran, consumen y son descartados rápidamente. Es también elemental el consumo responsable del agua y energía.
“Reducir se refiere a consumir lo menos posible de esos productos que se convierten rápidamente en basura porque tienen un uso único, y utilizar solo lo necesario. Comúnmente son los productos que los compramos por su practicidad”, afirma Castañeda.
En este apartado también se debe considerar los aparatos electrónicos del hogar que están conectados, pero que no se usan a diario, ya que estos solo generan un gasto de energía llamado “consumo fantasma”. Enseñe a sus hijos a usar la energía eléctrica solo cuando es necesario, por ejemplo, si su casa cuenta con bastante luz natural, considere no encender las luces hasta que comience a oscurecer. De esta forma además de evitar contaminación, también podrá ahorrar en su factura.
Del mismo modo se puede reducir el uso del agua, usar un vaso con agua para cepillarse en vez de dejar el grifo abierto, bañarse en menos tiempo y optar por un pachón reutilizable en vez de botellas desechables.
Otros ejemplos de reducción consisten en escoger alimentos naturales y dedicar tiempo para cocinarnos. Bajo la premisa “más cáscara y menos envoltorios” podrá optar por hacer compost, un productor orgánico que se usa como abono natural.
Llevar bolsas de tela al supermercado es una práctica que se ha vuelto más común en Guatemala. Sin embargo, muchos hemos caído en el error de olvidar estas bolsas en casa y terminamos comprando más, lo cual no es el objetivo. Lo ideal es llevarlas siempre en el carro para evitar el olvido.
Las acciones antes descritas también se pueden replicar en el trabajo. Además, acá se puede hacer consciencia acerca del uso del papel. Antes de imprimir un documento, analice si realmente es necesario o puede leerlo, o bien enviarlo por correo electrónico. Incluso, en algunos casos también cuando se termina el tóner se puede llamar al proveedor la marca de la impresora para que lo rellene y pueda ser reusado.
Reutilizar
El hábito de reutilizar ayuda a alargar la vida útil de un producto. Antes de tirarlo y sustituirlo por uno nuevo, busque la manera de repararlo o, de no ser posible, darle un nuevo uso.
El fin de semana o las horas libres se pueden aprovechar para reparar todo lo postergado por falta de tiempo, de ser creativo y animarse a innovar para encontrar nuevos usos a los que serían descartados.
“Los empaques de plástico o los de vidrio pueden ser reutilizados, lo que necesitamos es buscar ideas y ser creativos. Quizá puedan funcionar como contenedores de alimentos en la cocina, lo que nos lleva a optar por comprar productos a granel”, opina Graciela Quinto, experta en conservación de la Vida Silvestre.
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El agua también puede ser reutilizada, por ejemplo, la que usa para lavar sus alimentos puede ser útil para regar las plantas; los frascos de vidrio pueden ser perfectos para convertirlos en organizador de cubiertos o en porta marcadores o crayones.
En el concepto de reutilizar también se menciona la clasificación de los desechos en orgánicos e inorgánicos. Entre los primeros se encuentran los restos o sobras de alimentos o cualquier material biodegradable, que se puede usar para el abono casero. Mientras que los inorgánicos provienen de los derivados del petróleo y plásticos, que puede ser tratados en plantas recicladoras.
Reciclaje
Este es uno de los puntos más comunes cuando se habla de conservación del medio ambiente. El reciclaje es la última instancia, cuando las dos previas ya fueron puestas en práctica, donde los objetos perdieron su funcionalidad, pero se podrían obtener nuevos productos a partir de ellos.
Si el objeto no puede ser reutilizado, en vez de desecharlos los puede reunir con otros que tengan la misma característica y buscar empresas de reciclaje que puedan sacarle provecho. “Todo envase que ya no pueda ser reutilizado deberá de tener un tratamiento de reciclaje. Al acumularse los envases en las áreas asignadas, deberán ser almacenados en un área de confinamiento”, dice Quinto.
Otras acciones
Además del tratamiento que se le puede dar a los desechos, también existen otras acciones que podemos llevar a cabo para contribuir a la conservación del medio ambiente. Entre ellas se encuentra dar servicio constantemente a su vehículo para evitar la emisión de gases contaminantes producidos por problemas mecánicos. El cambio de aceite y el mantenimiento de las llantas además de contribuir al mejor desplazamiento y evitar accidentes, también evita que se fuerce el motor y no se emitan gases contaminantes.
Use su vehículo conscientemente y opte por caminar cuando la distancia es corta y el camino seguro. De esta forma se evitará la combustión de carburantes que también afectan al medio ambiente.
Cómo hacer compost
El compost es un abono natural que resulta de la acción de bacterias, hongos y gusanos sobre los residuos que se producen en el hogar. Se usa para dar fertilidad a la tierra y como alimento para las plantas.
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En una caja, añada en el fondo una capa de aserrín para evitar la humedad. Luego, agregue los restos orgánicos de su basura, como cáscaras de plátano, huevo, papa -u otros alimentos-, restos de verduras, café, etc. La capa de residuos debe ocupar la cuarta parte de la compostera. Luego tape la caja con madera o una superficie un poco gruesa y evite que le dé el sol directamente y llegue lluvia.
El tiempo recomendado para esperar que el compost esté listo es de 6 a 8 semanas, pero durante este periodo debe revolver la mezcla y si está muy seco agregar un poco de agua. Para saber que está listo, debe observarlo de color negro, húmedo y no debe tener olor.