Recuerde que para mentir el ser humano necesita hacer más esfuerzo para mantener consistencia en su trama, por ello cuando preguntamos ponemos al mentiroso en situación incómoda; quien miente debe utilizar más energía para responder y lograr salir airoso, y en ello el cuerpo no es fácil de controlar.
Para mentir necesitamos utilizar varias zonas del cerebro, por esa razón el cerebro se vuelve más lento, debe hacer consultas para dar respuestas, cuando eso ocurre la persona desata una serie de mensajes en su sistema hormonal, que podemos evidenciar en las emociones que produce, pueden ser miedo, ira, asco, etc. Y todo ello se reflejará en su cuerpo, generando niveles estresantes en la persona y probablemente detectamos; sudor, agitación, dilatación de pupila, todo ello demanda más energía, que debe abastecer el cerebro y el cuerpo lo manifiesta.
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Un buen lector detectará un aumento en la tensión muscular y podrá observar un cambio de conductas, la persona se muerde las uñas, se rasca en exceso, juega nerviosamente con su cabello o con algún instrumento entre sus manos, aparecerán ciertas expresiones faciales, sus movimientos corporales podrán ser de evitación o aproximación, sin coordinación apropiada, se presentan cambios en la entonación de la voz, entre otros. Todo puede ser detectado por lo que se observe en el cuerpo, por ello atención a los siguientes cinco insumos:
- Háptica: Se refiere al contacto que llevamos a cabo en la negociación, el mentiroso se detecta por las inseguridades que manifiesta, sin acercamiento o demasiado fuerte, no mantiene un estándar.
- Presentación: Nuestra presentación es clave al momento de negociar, los detalles y cuidados al vestir, o al lucir una marca, descuidamos a veces nuestras uñas, zapatos o el peinado, todo ello influye en la forma como se lee el cuerpo
- Postura: La forma como nos paramos frente a los colegas al hablar o expresar nuestras opiniones, igualmente el estilo que usamos al sentarnos, siempre recomendamos bien sentado, con la espalda pegada al respaldo y los pies puestos firmes en el piso, eso da seguridad, de no hacerlo pueden generarse dudas que pueden ser interpretadas como mentiras.
- Paralenguaje: Esa forma de hablar, donde las palabras y frases suenan adecuadamente, y se combinan con el cuerpo para dar a entender que estamos seguros de lo que decimos, nuestros ritmos o formas de hablar deben colindar con la subida o bajada de esa musicalización que debe producir lo que quiere decir; por ejemplo, al decir “Te amo” debe llevar una música que colinda con esa expresión, de lo contario no habrá creencia a las palabras.
- Oculésica: La interpretación que hace el cerebro generando un comportamiento visual clave en la comunicación, recuerde que cuando mentimos debemos hacer más consultas para no ser detectados, en eso los ojos contribuyen a descubrir a una persona de esas características.
Emociones
R. Yesid Barrera Santos, Coach, doctor en ciencia política y sociología. Instagram @yesidbarrerasantos
Los seres humanos estamos atados a nuestras emociones, estas producen cambios orgánicos que suscitan conductas observables en la persona.