La terapia asistida con animales es el conjunto de ejercicios en los que se involucra a algún animal como un estímulo multisensorial capaz de llamar la atención del paciente, y a largo plazo mejora su calidad de vida. Estos ejercicios se clasifican en: terapia asistida con animales (TAA), y actividades asistidas por animales (AAA).
Ana Lucía de León, psicóloga y terapeuta de la Fundación Waybi, explica que la TAA se trabaja con el acompañamiento de un profesional del área de salud, y se establecen objetivos para lograr un resultado terapéutico eficiente, se mantiene un seguimiento y documentación para alcanzar las metas.
La (AAA) está diseñada para aumentar la calidad de vida de los pacientes mediante su interacción con el animal. Este tipo de actividades proporciona oportunidades para motivar, educar y recrear.
“Se debe dejar el mito de que las terapias con animales son exclusivas para niños y personas que presentan algún tipo de discapacidad física o mental. Está comprobado que los perros y otros animales pueden contribuir en el proceso de desarrollo de cualquier ser humano”, asegura Rosario Barrios, de la Asociación Mascotas Terapeutas.
“Para trabajar con este tipo de terapias se hace una evaluación para determinar la mejor manera de introducir al perro en la terapia”, añade Barrios.
Una de las razones por las cuales este tipo de terapia tiene éxito, es porque las emociones del paciente se ven liberadas ante un cuadrúpedo que no lo criticará, juzgará o se burlará.
En la tercera edad
En el adulto mayor el hecho de acariciar a un animal provoca un estado de paz y tranquilidad. Además puede combatir la soledad que muchas veces llegan a sentir en esta etapa.
“Si el paciente se siente incómodo por el contacto con el perro, se realizan acciones dirigidas hacia el animal. Esto hace que la persona se enfoque en sí misma, y es posible sacar ventaja para obtener resultados positivos”, agrega Barrios.