Salud y Familia

Cuánta sal necesitamos consumir a diario

La sal, tan odiada por unos, pero tan querida por otros. Si bien es cierto que el consumo para personas con hipertensión debe ser moderado, también es cierto que nadie puede estar sin cloruro de sodio, que es una de las sustancias que aporta.

El sodio, el potasio y el cloruro ayudan a regular el líquido en el cuerpo. El sodio y el cloruro generan una retención del agua en los tejidos, mientras que el potasio fomenta su salida. Los dos primeros también regulan la presión y transmiten impulsos nerviosos, que permiten que una persona sienta dolor, frío o calor.

Para que el cuerpo pueda cumplir esas funciones, necesita sal, pero no más de seis gramos por día, es decir, una cucharadita.

Pese a que esto es sabido, existen muchos estudios que demuestran que gran parte de la población consume mucho más de la medida recomendada. En Alemania, por ejemplo, las muestras indican que un 70 por ciento de las mujeres y un 75 por ciento de los hombres consumen más de seis gramos diarios de sal. Eso tiene consecuencias.

Con medida

La ingesta de más de una cucharadita de sal al día ocasiona problemas de presión, por lo que es importante disminuir poco a poco su toma diaria.

Bajar su consumo es una tarea titánica cuando la persona está acostumbrada a su sabor. Además, la vida lo complica un poquito más, porque no basta con quitar el salero de la mesa. De hecho, la sal de mesa que comemos todos los días con las comidas es una parte menor de lo que consumimos a diario, ya que la mayor parte está en los alimentos procesados como el pan, la carne, los embutidos y los lácteos.

Por ejemplo, “cuatro rebanadas de pan de unos 35 gramos cada una aportan dos gramos de sal”, advierte el médico estadounidense Dieter Klaus.

“Los embutidos curados contienen más sal que los no curados y los quesos duros son más salados que los frescos. Ni hablar de los snacks clásicos, que a veces parecen presentar la sal como su principal ingrediente”, añade Klaus.

En Finlandia, Alemania y Reino Unido se lanzaron campañas para reducir el contenido de sal en los alimentos prefabricados. Las sopas listas, por ejemplo, son bastante saladas.

Al hacer las compras es útil analizar la descripción de los ingredientes. Si está indicado cuál es el contenido de sodio, se puede calcular el contenido de sal al multiplicar la cifra del sodio por 2.54.

Opciones

En lo que respecta a la sal pura, en los supermercados hay varias opciones. Existe la sal de mar, sal gema o sal de roca y sal negra.

En algunas tiendas también se pueden adquirir alimentos de bajo contenido en sal y sodio.

Para reemplazar la sal en la cocina, lo mejor es incorporar más hierbas y condimentos como albahaca, romero, cominos, laurel, tomillo, pimentón rojo y paprika, entre otros.

Si el salero se hace inevitable, siempre es mejor escoger sal con yodo, que es importante para la glándula tiroidea, y con flúor, que es bueno para los dientes y para prevenir caries. Las sales suelen indicar en el envase si contienen esos ingredientes.

Consejos

Deben abstenerse del consumo de sal:

  • Los bebés menores de 12 meses. Ellos necesitan una porción mínima de sal diaria de menos de un gramo  porque sus riñones no pueden asimilar cantidades mayores.
  • Las personas con presión arterial alta. Un reciente estudio  mostró una relación entre el consumo de sal y el aumento de la presión sanguínea.
  • Las personas  con diabetes.  En estos cuadros  hay  riesgo mayor de desarrollar problemas de salud que afectan al corazón. Un consumo elevado de sal, contribuye a la hipertensión, pero la sal no tiene un efecto sobre la glucemia.
  • Pacientes con  enfermedad renal. El riñón no será capaz de asimilar la sal, si se consume más de lo indicado.

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