“Cuando tenemos una relación, damos por sentado que vamos a asumir compromisos como pareja, pero no es así”, explicó Biba. “Es importante hablar para llegar a acuerdos sobre cómo y con quién va a pasar su tiempo libre cada uno por su lado, para que no surjan malentendidos”, añadió.
La psicóloga expuso que el amor no solo es un sentimiento, ya que también significa decidir, ceder y modificar conductas porque se ama a la pareja, pero sin que se pierda su esencia.
Quienes son infieles y tienen hijos olvidan que los pequeños se ven afectados por esta situación, aún más cuando la infidelidad desemboca en el divorcio de los padres, y los niños se preguntan si fue por su culpa.
Pero tampoco es correcto continuar con una relación por los hijos, cuando no se está dispuesto a cambiar. La confianza se puede restaurar y salvar la relación, siempre y cuando haya voluntad, congruencia y consistencia en el tiempo con lo que se dice, se siente, se piensa y se hace.
También se aconseja buscar el apoyo de un profesional que los guíe. Alimentar una relación se puede con acciones sencillas, desde dar una abrazo al amado hasta preguntarle cómo le fue en su día.
¿Qué es la infidelidad?
Para entender qué es la infidelidad hay que recordar que este término es contrario a la fidelidad, que consiste en hacer lo correcto, ser sincero con uno mismo, ser firme y mantener el control de ser congruente con las ideas y hacia los compromisos adquiridos. Por tanto, la infidelidad es romper el compromiso personal y con las demás personas, perder el autocontrol hacia las ideas, alejarse de los valores y perder la voluntad de respetar a la pareja.
¿Por qué ocurre?
Sucede muchas veces cuando se pierde la voluntad de mantenerse firme en la relación, y no solo en el matrimonio, también en el noviazgo. De ahí que no se evitan ciertas situaciones que puedan volver vulnerable a la persona a engañar a su pareja; por ejemplo, cuando en el trabajo empieza a tener una relación más cercana con un compañero o compañera. Ese contacto frecuente puede originar una atracción hacia alguien que no es la pareja. La persona que respeta sus compromisos evita las situaciones de riesgo.
¿Y las redes sociales?
Muchas veces se considera inofensivo usar las redes sociales para tener una relación fuera de la pareja al intercambiar mensajes con quien se cree que es más fácil comunicarse. Pero no es así. Lo correcto es alejarse de las relaciones virtuales, porque de forma indirecta el hombre o la mujer pueden involucrarse, aún más si se es vulnerable al engaño.
¿Quiénes son infieles?
Tiene que ver no tanto con la personalidad sino con los patrones, es decir, los modelos paternos. Por ejemplo, si ellos pasaron por un divorcio por la infidelidad de alguno, se debe tener el poder de decisión para no seguir ese camino. Cuando la persona está segura de quién es y qué tiene, respeta la exclusividad en la intimidad. El individuo que tiene vicios o que ha sido irresponsable está más propenso a engañar a su pareja.
¿Existe diferencia?
La infidelidad causa el mismo daño, ya sea si fue ocasional o ha sido prolongada. La diferencia es que esta última tiene más impacto; por ejemplo, si se llega a tener un hijo fuera de la relación. Quien es engañado puede llegar a perdonar con el tiempo, pero el hecho de que su pareja le haya sido infiel lastima su autoestima y autoconfianza, y se cuestiona si puede llegar a tener otra relación. El infiel también se ve afectado, porque se daña su dignidad e integridad.