SALUD Y FAMILIA
Cuándo debería terminar una terapia psicológica
Todo proceso psicológico debe orientarse a un cierre oficial en el que, tanto paciente como terapeuta como paciente serán potenciados luego del acompañamiento.
Las psicoterapias son procesos que se ponen al servicio de la sociedad y que implican el trabajo dinámico tanto de los pacientes como de sus terapeutas. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)
Hablar de terapia psicológica —o psicoterapia— consiste en abarcar todo aquello que refiere a un servicio psicológico que brindar un profesional que emplea herramientas de comunicación e interacción para: asistir, diagnosticar y tratar reacciones emocionales disfuncionales, así como también formas de pensar y patrones de comportamiento, según explica la Asociación Estadounidense de Psicología (APA por sus siglas en inglés).
Estos procesos suelen abarcar distintos métodos y se distribuyen en cuatro ramas generales: terapias psicodinámicas, cognitivas—conductuales, humanistas e integrativas. Asimismo, la psiquiatría debe considerarse dentro de este panorama.
Considerar la psicoterapia resulta importante en en un país como Guatemala donde, según reportes del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, entre enero y julio del año pasado, 34 mil 178 personas fueron diagnosticadas con un trastorno mental o de comportamiento. En su mayoría fueron reportados casos por depresión y ansiedad. Del total reportado, un 40% respondía a menores de 19 años.
Según apunta el psiquiatra Ricardo López, presidente de la Asociación Psiquiátrica de Guatemala, la mayoría de casos que suelen ser tratados desde esa instancia corresponden a cuadros de ansiedad, seguidos por un importante número de casos que reportan problemas de sueño.
Aunque la oferta psiquiátrica y psicológica en el país tiene cada vez más voluntad por ofrecer acompañamiento a través de iniciativas populares —entre ellas, la Asociación Psiquiátrica, la Liga Guatemalteca de Higiene Mental o servicios de psicología en universidades—, es un hecho que en el país no se ha generalizado una “cultura de la psicoterapia”.
Uno de los primeros factores para considerar esto tiene que ver con la poca importancia que a veces se le da a los efectos de la atención en salud mental. “El propósito de la terapia es que las personas puedan gestionar y asumir su historia personal y que puedan seguir trabajando en su autonomía y confianza”, explica la doctora Dina Elías, directora del Departamento de Psicología de la Universidad del Valle de Guatemala (UVG).
Un factor que puede complejizar las relaciones terapéuticas tiene que ver con el momento en el que estas concluyen de forma inesperada. Muchas veces, estas no terminan su curso “oficial”, puesto que son constantes los escenarios donde el paciente abandona el proceso. Las explicaciones son varias, sin embargo, cabe mencionar la relevancia de darle cierre a una historia de sesiones psicoterapéuticas.
“El objetivo al final es generar alivio en la persona y que esta pueda recuperar su funcionalidad social de forma cómoda y adecuada”, apunta el doctor Ricardo López quien además sostiene que el final de cada terapia debe basarse en una decisión conjunta entre el profesional y el paciente.
El dinero y el tiempo son factores inscritos en el abandono de las terapias. “Puede ser que una persona ya no pueda llegar porque no tiene tiempo o porque ya no puede pagar”, explica Dina Elías. En ocasiones también suele ocurrir que los pacientes empiezan a ver o encontrar temas que no están listos para abordar durante las sesiones. “Incluso puede que eso ocurra a nivel inconsciente”, agrega la doctora.
Otras razones también influyen en la deserción de los pacientes en terapia. Por ejemplo, que estos ya no se sientan cómodos con su terapeuta o con el lugar donde se procura el acompañamiento psicológico. Por otro lado, también puede ocurrir que las personas encuentren dificultad en desplazarse o tratar de cumplir con otros compromisos al mismo tiempo.
Casi el 40% del total de trastornos mentales reportados de enero a julio de 2023 en Guatemala correspondía a jóvenes de entre 15 y 19 años, según reportes del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social
Una de las peculiaridades alrededor del abandono de los procesos psicológicos tiene que ver con aquella población que “salta” de terapia en terapia. Esto puede asociarse a las explicaciones antes dadas o bien, porque los pacientes tratados no han encontrado un enfoque terapéutico que se ajuste a sus necesidades y búsquedas, explica Dina Elías.
Aunque esta población no haya encontrado aún la forma más cómoda de llevar a cabo su terapia, lo cierto es que ya ha ganado mucho terreno en el trabajo interior. “Cuando los pacientes han tenido un proceso de reactivación, se van construyendo sobre lo que ya habían avanzado”, apunta la investigadora de la UVG. En muchas ocasiones cuando regresan constantemente a terapia, los pacientes pueden sentir menos difícil la dinámica terapéutica.
Cómo es el cierre oficial de una psicoterapia
Las terapias se componen de tres fases: la inicial, la intermedia y la final. La primera, implica la exploración del historial psicológico. La segunda consistirá en el trabajo de conversación, así como en las diferentes maneras de intervención. Por último, la final implica consolidar las ganancias y preparar al paciente para que continúe aplicando las herramientas psicológicas de manera independiente, según habría dicho en algún momento el Doctor en Psicología, Jeffrey E. Barnett de la Universidad Loyola Maryland.
Una pregunta constante alrededor de las terapias suele ser: ¿En qué momento terminan? Según los especialistas, esto dependerá del enfoque. Según apunta Dina Elías, las terapias cognitivas—conductuales suelen ser un poco más rígidas a la hora de plantear la cantidad de sesiones que pueden abordarse.
Aunque sería fácil determinar cuánto tomaría para que una persona adquiriera el conocimiento y la práctica para modular su emocionalidad, la ambivalencia de los contextos personales suele dictar el tiempo que tomará llegar al final.
“Toda buena intervención no dependerá de la calidad de tratamiento, sino de la evaluación. Hay que hacer una buena historia clínica conociendo la dinámica familiar, el perfil social, los hábitos, los parámetros biológicos, los antecedentes médicos, los traumas emocionales, etc. Esto será un parámetro importante para poder determinar de mejor forma el tipo de terapia que se necesitará”, explica el doctor Ricardo López.
El psiquiatra enfatiza sobre la temporalidad terapéutica al mencionar que, en un escenario ideal, los historiales clínicos suelen revelarse en una o dos primeras sesiones. No obstante, hay casos en los que puede abarcar aún más encuentros. Esto provocará que el proceso intermedio tome tiempo en llegar, y por ende, la finalización.
La doctora Elías apunta que el cierre de una terapia debe ser planteado por los terapeutas al momento de visibilizar con el paciente sus avances, transformaciones y los recursos subjetivos así como tangibles que ha logrado desarrollar.
“El recuento y la reconstrucción de la historia de los pacientes es importante al final de la terapia. Es importante que también se haga la pregunta a la persona de qué se lleva de este espacio y con qué se queda. De igual forma, es importante que ella misma pueda hacer el recuento de lo que ha logrado”, menciona la psicóloga.
Los pacientes pueden identificar que sus historias emocionales van mejorando y por ende, tienen el derecho de concluir la terapia, siempre y cuando se discuta con su terapeuta.
Este último tendrá la facultad de dialogar qué tan pertinente es finalizar, o bien, si hacen falta algunas sesiones. Si se quiere hacer un cierre “oficial”, es importante que ambas partes tomen una decisión conjunta la cual llegaría a quedar reflejada en el expediente o historial del paciente.
Aún así, esto puede variar. “Éticamente, los psicólogos deben terminar el tratamiento si no pueden abordar las necesidades del paciente, si el paciente no se beneficia del tratamiento con el tiempo, o en el caso de una relación múltiple inapropiada que pueda afectar la objetividad o el juicio o dañar al paciente”, ejemplificó en algún momento el doctor E. Barnett.
A decir del doctor Ricardo López, la importancia del cierre de la psicoterapia radica en que un paciente pueda identificar lo que se siente estar libre de síntomas y que pueda tener miradas más amplias sobre la vida. “Sabemos que luego de la terapia pueden haber dificultades, pero el paciente al tener herramientas podrá sobrellevar las circunstancias sin que estas le absorban”, concluye el presidente de la Asociación Psiquiátrica de Guatemala.