Puede suceder que alguien haya tenido una cosecha generosa en su jardín, que haya comprado de más o cocinado en cantidad. Entonces, como una solución para evitar el desperdicio de alimentos, solemos apelar al congelador. Pero ¿realmente puede hacerse esto con todos los alimentos?
Le puede interesar
“Lamentablemente, no”, comenta el Centro Federal de Nutrición de Alemania. Sus expertos confeccionaron una lista de ejemplos de todo lo que no puede introducirse dentro del freezer y por qué razón:
- Lechugas, rabanitos y tomates enteros: dejan de ser crujientes tras la descongelación, porque su elevado contenido de agua provoca una importante destrucción celular durante la congelación.
- Papas crudas: tienen un sabor muy dulce después de la descongelación, porque el almidón se descompone en azúcar durante la congelación. El tejido celular se destruye y la consistencia se vuelve demasiado blanda al descongelarse.
- Huevos crudos con cáscara: se romperían en el congelador, porque la yema y la clara se expanden al congelarse.
- Pudines y salsas ligadas: se vuelven líquidas, porque el almidón libera el agua ligada durante la cocción al descongelarse.
- Yogur, crema agria y crème fraîche: cuando estos productos se congelan, su consistencia se vuelve escamosa o arenosa.
Para congelar alimentos, por lo general solamente debe recurrirse a la mejor calidad. Los alimentos de origen animal deben ser frescos y encontrarse en condiciones higiénicas impecables. Las verduras y frutas deberán en tanto ser de cosecha reciente.
Los alimentos que mejor se adaptan al congelamiento son:
- Arvejas
- Ejotes
- Pimientos
- Coles de Bruselas
- Setas de calabaza
- Concentrado de tomate
- Zanahorias
- Varios tipos de col