La psicóloga clínica Adalyd Belloso comenta que normalmente las expectativas suelen ser confundidas con la esperanza.
“El estado anímico de la esperanza involucra la fe, lo que quiere decir que las personas también guardan un sentimiento de espera por lograr algo. No obstante, con las expectativas las personas deben tener en cuenta las posibilidades contextuales que tienen para lograr eso deseado”, agrega Belloso.
Las esperanzas, suelen ser contempladas a largo plazo. Por otro lado, las expectativas son más realistas porque se buscan realizar a través de planes a corto o mediano plazo, dice la psicóloga.
De acuerdo con la también especialista en salud mental Mireya de Arroyave, las expectativas son importantes ya que pueden funcionar en la medida que se planteen objetivos claros.
Dentro de las expectativas, también cabe una sensación de confianza por lo que concebirlas durante el inicio de cada año supone un beneficio en aras de construir una mejora y superación personal.
Ambas psicólogas coinciden en que las expectativas pueden provocar una sensación a priori de logros, ya que se están imaginando posibilidades respecto a algo que le interesa a las personas.
De Arroyave explica que “dan una sensación de poder alcanzar lo propuesto por lo que brindan seguridad en las habilidades y en los recursos tanto internos como externos para avanzar en los caminos que se recorren en la vida”. Apunta que la autoestima también es reforzada.
Pero más allá del deseo que implican, es necesario repensar las expectativas frente a las posibilidades que tiene cada persona de alcanzarlas. Esto ameritará que sean conscientes y objetivas para saber qué se puede hacer y qué no.
Por ejemplo, dice Adalyd, si alguien tiene la expectativa de comprarse un nuevo carro, es necesario busque las formas éticas y legales para solventar el automóvil. En ese sentido deberá ahorrar para cumplir el anhelo.
Belloso recuerda que también hay ocasiones en las que esas mismas expectativas pueden decantar en otros, ya que se espera hagan cosas. Sin embargo, esto no debería suceder así.
“Hay cosas que responden al contexto y no siempre estarán en nuestras manos. Por otro lado, también pueden verse como expectativas que son irreales.”, explica la psicóloga.
Aprender a analizar las expectativas
Todas las expectativas tienen validez en la mente de las personas. No obstante, estas pueden ser tanto realistas como difíciles de alcanzar, dice Adalyd.
La psicóloga Mireya agrega que las expectativas tienen que ser necesariamente realistas, ya que al establecer ideas muy grandes y con pocas probabilidades de realizarse, a pesar del deseo, lo más seguro es que esto decantará en frustración.
¿Pero de qué manera pueden ser realistas? De acuerdo con la psicóloga, las personas deben analizar sus circunstancias y saber desde donde están partiendo para trazar esa expectativa. Dichas circunstancias tienen que contemplar los recursos económicos y también de tiempo.
“Es necesario saber con qué contamos para lograrlo. De otra forma, si no existen los suficientes recursos o posibilidades, seguramente será algo irrealizable”, agrega de Arroyave.
Otras formas de conducir las expectativas tiene que ver con las nociones y certezas que cada persona tiene de sí misma. Esto permitirá tener más claro hacia dónde se quiere ir.
Mireya apunta que algunas claves para alcanzar las expectativas son analizar qué se desea o qué se gustaría tener y por qué. Para verlo desde un lugar positivo es necesario situarse hacia el futuro.
“También se vale que esas cosas deseadas sean materiales o impalpables”, agrega la especialista.
Otra dinámica para aclarar las expectativas puede lograrse estableciendo un balance respecto a las distintas esferas de la vida que atraviesan a cada persona.
Por ejemplo, hacia el principio de año, las personas pueden plantearse qué esperan y cómo pueden lograrlo en sus ámbitos laborales (si desean ganar más o ascender de puesto), familiares (si se busca una nueva casa o mejorar alguna relación), sentimentales (qué se desea trabajar), entre otros.