Las microgotas o gotas de Flügge son pequeñas gotas de secreciones que se expulsan de forma inadvertida por la boca y nariz al realizar acciones como toser, hablar o espirar; de ahí que una de las medidas más recomendadas para la prevención de la propagación del coronavirus sea el distanciamiento físico.
Un estudio publicado recientemente por la prestigiosa revista médica británica Lancet, exploró el comportamiento de las microgotas en espacios con diferentes tipos de ventilación para intentar comprender mejor cuáles son las condiciones que favorecen la transmisión del nuevo coronavirus.
De acuerdo con la información, estas gotas atomizadas contienen partículas virales que pueden permanecer infecciosas hasta por tres horas, tiempo en el que pueden propagarse al entrar en las vías respiratorias de un nuevo organismo, los ojos o a través de tocarse el rostro con las manos contaminadas.
Un estudio llevado a cabo en 2015 por la universidad de Sydney determinó que una persona pude tocarse el rostro un promedio de 23 veces por hora, según se observó en video tomado a 26 estudiantes de medicina de esa casa de estudios.
De acuerdo con el estudio publicado en Lancet, la relación entre la dosis viral de las microgotas y la respuesta de la infección por SARS-CoV-2 aún no está clara, especialmente con respecto a la transmisión en por aire del virus.
Sin embargo, se sabe que las gotas atomizadas contienen una pequeña concentración de virus que en espacios mal ventilados, combinados con baja humedad y alta temperatura pueden dar como resultado una dosis infecciosa.
Para comprender mejor la propagación de las gotas respiratorias y las posibles medidas preventivas que se deben tomar para evitar contagios, los investigadores analizaron la producción de secreciones a través de la tos y el habla midiendo la distribución del tamaño de las gotas, la distancia y la velocidad de viaje, así como el tiempo que permanecen en el aire en relación con el nivel de ventilación del ambiente.
El tamaño de las gotas pudo se medido gracias a una difracción láser y se determinó que existen dos tamaños: las denominadas “grandes” tienen un diámetro de entre cien y mil micrómetros, unidad de medida equivalente a una millonésima; mientras que el de las pequeñas es de entre uno y 10, siendo estas últimas mucho más frecuentes.
Según los hallazgos, en el habla solo se producen gotas pequeñas, mientras que en la tos se pueden hallar ambas.
Luego el equipo de científicos empleó una lámina láser para rastrear las gotas filmando la dispersión de la luz por las partículas de secreción producida por la tos de un individuo y así determinar la velocidad de las gotas y su trayectoria.
Se observó que las gotas grandes caían rápidamente al suelo. Aunque la velocidad inicial de las gotas al momento de su expulsión es de entre 2 y 7 metros por segundo, las partículas de secreción visibles (generalmente de 500 micrómetros de diámetro) no viajan mucho ya que la gravedad las hacer caer luego de un segundo transcurrido.
Por otro lado, las gotas pequeñas, de un radio típico de 10 micrómetros, tardan nueve minutos en llegar al suelo cuando se producen a una altura de 1.6 metros.
Estas gotas pequeñas serían de interés específico para la comunidad médica porque se han asociado con la transmisión aérea del nuevo coronavirus.
El estudio también reveló que las gotas que provienen de la cavidad nasal durante la respiración normal no representan un riesgo. También se determinó que en un estornudo también se expulsan gotas de ambos tamaños, como ocurre con la tos.
Por medio del empleo de la lámina láser mencionada anteriormente lo científicos para investigar cuánto tiempo flotan en el aire pequeñas gotas de una tos en tres salas diferentes, la primera sin ventilación, otra con ventilación mecánica y la tercera con ventilación mecánica apoyada por la apertura de una puerta de entrada y una pequeña ventana. El siguiente video ejemplifica cómo funciona esa tecnología.
De acuerdo con los hallazgos, en la habitación mejor ventilada, después de 30 segundos, el número de gotas se había reducido a la mitad, mientras que en la sala sin ventilación esto tomó alrededor de 5 minutos.
“Aunque solo estudiamos voluntarios sanos y no a pacientes con covid-19 ni tampoco analizamos gotas cargadas de virus, nuestros datos sobre la distribución y la persistencia del tamaño de las partículas de secreción tienen implicaciones sobre los requisitos para usar máscaras faciales para prevenir la transmisión del virus”, se lee en el artículo médico.
“La transmisión por aerosoles de las pequeñas gotas estudiadas aquí solo puede prevenirse mediante el uso de máscaras faciales de alto rendimiento; una máscara quirúrgica convencional solo detiene el 30% de las pequeñas gotas de aerosol estudiadas aquí para la respiración inhalada; para la respiración exhalada, la eficacia es mucho mejor”, continúa el texto.
El estudio concluye que una mejor ventilación de los espacios reduce sustancialmente el tiempo en el aire de las gotas respiratorias. El hallazgo es relevante porque los espacios típicamente mal ventilados y poblados, como el transporte público y los hogares de ancianos, se han reportado como sitios de transmisión viral a pesar del distanciamiento preventivo.
De acuerdo con los científicos, la persistencia de pequeñas gotas respiratorias en espacios poco ventilados podría contribuir a la propagación del nuevo coronavirus,
“Nuestros hallazgos confirman que mejorar la ventilación de los espacios públicos diluirá y eliminará las gotas atomizadas potencialmente infecciosas. Para suprimir la propagación del nuevo coronavirus, creemos que las autoridades de atención médica deben considerar la recomendación de evitar los espacios públicos mal ventilados tanto como sea posible”, reza el artículo.
“Las implicaciones también son importantes para entornos hospitalarios donde la tos y el contacto cercano con pacientes contagiados es muy común”, concluye el estudio.