Evidencia
Estudios desarrollados por 22 expertos de la agencia de investigación de la OMS en 10 países, concluyeron que 50 gramos de carne procesada consumida al día incrementa el riesgo de padecer cáncer colorrectal en 18 por ciento.
El problema es que cuando a la carne roja la ponen en conserva para prolongar su vida útil al deshidratarla, ahumarla o salitrarla, le agregan componentes químicos como estabilizantes, colorantes y preservantes, que pueden favorecer la mutación del ADN celular que da origen a la carcinogénesis, explicó Villagrán.
Las células tienen la capacidad de proliferar y morir, pero si no lo hacen de manera adecuada se produce carcinogénesis, que consiste en la división descontrolada celular y que afecta a los órganos.
Entre las sustancias químicas que se le añaden a las mezclas de tejido animal —piel, cartílago o sangre— para preparar embutidos están el benzoato de sodio o cloruro de sodio.
Villagrán aconseja limitar el consumo de embutidos a solo dos veces a la semana, y sustituirlos, por ejemplo en las refacciones, con frijol, queso no procesado, claras de huevo o pechuga de pollo.
¿Y la carne roja?
La OMS también señaló que el consumo de carne roja “probablemente” aumenta el riesgo de desarrollar cáncer. Sus estudios sugirieron que 3.5 onzas —cien gramos— de esta al día aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de colon en un 17 por ciento.
La nutricionista expuso que esta es rica en grasa saturada y tiene alto contenido de nitratos, además de que es difícil de digerir, lo que incrementa la putrefacción de compuestos secundarios tóxicos, causantes de estreñimiento. Por ello, su ingesta debe ser de no más de dos veces por semana.
Vida integral sana
Si se quiere tener una mejor calidad de vida, De Villagrán recomienda: alimentación equilibrada, tener cinco tiempos de comida, consumir dos porciones de fruta al día y tres o cuatro, de vegetales —ricos en antioxidantes—, evitar el alcohol, el tabaco, dormir bien y hacer actividad física diaria.
¿Cuánto?
Hay que diseñar un menú para consumir solo dos o tres días proteína animal —carne blanca (aves o pescado) o roja—. Los demás días, platillos en los que se combinen quesos —no procesados sino frescos—, claras de huevo y proteína vegetal: tofu, frijol, lenteja o garbanzo, estos últimos acompañados con cereales (arroz o maíz).
Cantidad ideal
Un adulto no debe exceder los cien gramos —3.5 onzas— de carne blanca o roja al día, que equivale a la cantidad que cabe en la palma de la mano. Se aconseja degustarla en guisados y no frita o asada. Este último proceso de cocción libera sustancias tóxicas o cancerígenas para el organismo.