Construya su mejor activo: hábitos que lo lleven al éxito en 2025

¿Se ha preguntado qué es lo que realmente vale usted?, ¿cuál es su verdadero patrimonio? Dicho de otro modo, ¿qué representa su individualidad?, ¿qué posee en su haber? Ese valor que nadie le puede robar, aquello que está protegido contra todo mal, la verdadera marca que lo representa en todo lugar.

He trabajado con varios grupos culturales en diferentes países, buscando respuestas que faciliten entender qué sucede en el proceso de programación y ejecución de nuestras actividades cotidianas o más repetidas. También, comprender qué impide consolidar un estilo de vida agradable, con una juventud prolongada. ¿Por qué acostumbrarnos a sobrevivir con tantas limitaciones?

Las mejores cuentas a favor se inician con los primeros ahorros que se hacen al comienzo de la vida, cuando incorporamos acciones que se convierten en conductas y luego en hábitos, vinculados a necesidades como comer, defecar y dormir. Sin embargo, una cosa es satisfacerlas y otra es llevarlas a cabo adecuadamente. Muchas de las enfermedades actuales se originan en esos tres componentes.

Lo único de su propiedad son sus hábitos. Este es un buen momento para hacer un balance. Finalizar un período e iniciar otro es un trayecto muy corto y casi invisible, pero de gran importancia; es la oportunidad de continuar con una historia de vida o transformarla para mejorar los activos e invertir en el patrimonio personal.

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Hablamos de buena vida, incluida la salud financiera. Los hábitos facilitan la realización de tareas y actividades que nos convierten en personas con capacidades que algunos consideran especiales o envidiables, pero se trata simplemente de la repetición de una acción, estimulada y bien aprendida.

Cuando desarrollamos un hábito, su ejecución genera placer, agrado, alegría y complacencia. Eso es un verdadero patrimonio. Los hábitos no tienen moral; una persona puede sentir placer al fumar, consumir licor o dormir en exceso, y repite la actividad para consolidarla. Recordemos que toda conducta, por mala que parezca, tiene una motivación positiva.

Cuando los hábitos comienzan a incorporarse, presentan incomodidades; es similar a abrir una cuenta de ahorro, pues se disfruta más el dinero al tenerlo disponible para gastar. Pregunte a personas que fuman: las primeras inhalaciones fueron fastidiosas, pero al volverse repetitivas se programaron en el subconsciente. Del mismo modo, cuando aprendemos a ahorrar, entendemos que no es una cuenta para gastar.

Cuando el ser humano quiere cambiar hábitos, necesita un proceso que implica entender las 4D de estos:

Detonante: Ser consciente de qué le produce decidir ahorrar o fumar, dos hábitos muy diferentes, pero que en el cerebro funcionan igual.

Deseo: Ir al banco o destapar la cajetilla de cigarrillos. Son impulsos internos de un anhelo por obtener algo.

Disciplina: Al repetir el deseo, se genera una conducta: ahorrar el 10 % del salario o fumar al despertar.

Disfrute: Se siente placer en ambos casos, pero los resultados son diferentes.

Al entender las 4D, usted puede dejar un hábito que quiere abandonar. El secreto está en ser consciente del detonante y, en ese momento, cambiar el deseo que aparece por otro de mayor intensidad. Por ejemplo, sustituir el cigarrillo por algo que le produzca una emoción superior: hacer una llamada, hablar con su hija, sentarse a disfrutar un alimento, etc.

Si usted repite esa nueva conducta, en algún momento experimentará un cambio, y ese será su verdadero patrimonio: una larga vida, alegría, prosperidad y todo lo que desee para este nuevo período que iniciamos. Así valdrá la pena decir "felices fiestas". Recuerde que los hábitos no tienen posición ni nivel social, tampoco dependen del género, credo o profesión. Ahora es su turno. ¿Se anima?

Feliz 2025 con 4D.