En el proceso normal, estas últimas no tendrán ningún problema en alojarse en la boca y ahí permanecerán.
Pero, si un diente no logra salir o lo hace parcialmente, se considera que está impactado, en ocasiones no tiene síntomas aparentes para unas personas, mientras para otras empieza un calvario que podría traer problemas desagradables y generalmente la consulta llega por un dolor agudo, explica la dentista Carmen Duarte.
Para evitar complicaciones debería hacerse la extracción de la pieza o las piezas que están ocasionando problemas, porque al no estar en buena posición podrían empujar otras piezas o provocar la formación de quistes.
Cuando están en posición diagonal, las muelas emergen parcialmente y en las encías se desarrollarían con más facilidad bacterias e infecciones.
También al hacer la extracción de las terceras cordales cuando se diagnóstica falta de espacio en la cavidad bucal se evitan situaciones a futuro como enderezar las piezas en tratamientos de ortodoncia.
La cirugía requiere hacerse con un especialista a quien se le compartirá la historia clínica.
Es indispensable hacerle saber al profesional detalles como padecimientos cardíacos, diabetes, problemas sanguíneos, otras cirugías o si padece de alguna alergia.
Se necesitarán radiografías para ver la posición exacta de las piezas y según el estado de salud de la persona podrían necesitarse otras evaluaciones para medir su presión arterial, así como los niveles de azúcar.
Después de analizar las radiografías y programar la cirugía se recomienda tomar antibiótico como medida profiláctica. Éste es necesario también después del proceso.
El portal de MedlinePlus explica que tener la extracción de las cordales antes de los 20 años con frecuencia es menos complicada que a una edad mayor. La razón es que en esta edad las raíces no están completamente desarrolladas, mientras a más edad, las raíces se vuelven más largas y curvas. El hueso también es más rígido.
Después de la cirugía
Después de la extracción viene otro momento importante. Las primeras horas son esenciales para evitar complicaciones y es necesario seguir al pie de la letra las indicaciones del médico, explica Duarte.
Cuando la pieza se quita queda el área o alvéolo llena de un coágulo de sangre. Este es el que más hay que cuidar porque es el que produce el hueso nuevo que va a sustituir el espacio donde se encontraba las raíces del diente que se extrajo.
Si el coágulo se pierde traerá serias consecuencias y muy dolorosas porque aparece el llamado alveolo seco. Este necesitará otro tratamiento profundo para disminuir las molestias.
El odontólogo y cirujano maxilo-facial Arturo Peña explica que para comenzar es indispensable controlar la hemorragia con una gasa en la zona que se trabajó. Esta debe estar de 45 a una hora después de la extracción. De igual manera, si aparece hemorragia aplique una gasa estéril.
Durante las primeras ocho horas y para controlar la hinchazón que podría provocarse se recomienda el frío. Utilice una bolsa con hielo y antes de aplicarlo protéjase la piel con aceite o crema facial.
Es importante que durante las primeras 24 horas no escupa y no utilice enjuagues, de lo contrario el coágulo corre peligro.
La dieta a partir de ese momento será blanda, líquida y fría. Durante este proceso evite consumir lácteos porque estos favorecen el ingreso de microorganismos. Para comer espere que pase la anestesia.
De 3 a 4 días después
En el proceso lo mejor es consumir alimentos fríos o a temperatura ambiente. Los calientes podrían reventar el coágulo.
Es importante no fumar ni utilizar pajillas para ingerir bebidas.
El día siguiente de la extracción haga enjuagatorios varias veces disolviendo sal y bicarbonato en un vaso de agua tibia. No lo haga con fuerza.
El cepillado hágalo con cuidado de lo lastimar el área afectada.
Guarde reposo relativo durante los tres primeros días. Si tiene dudas de su recuperación consulte con su médico.
Desde el día uno se recomendará el uso de analgésicos para el dolor y de antibiótico, siga los horarios sugeridos y de preferencia consúmalos acompañados de alimentos.
En esta etapa no ponga hielo en el rostro porque este cierra las arterias, lo cual no dejará que el medicamento actúe y dificultará su recuperación.
Podrían sugerirle medicamentos para cicatrizar.
Una hemorragia que no se detiene y fiebre son considerados síntomas de emergencia. Llame de inmediato a su médico si llegan a aparecer.
Después de este tiempo retome poco a poco su dieta normal.
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