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Alergias alimenticias, asma o diabetes son algunas de las enfermedades más comunes en niños que requieren atención y cambios en el estilo de vida. Si se les explica con claridad todo lo relacionado a estas, los pequeños son capaces de madurar rápidamente y aprender a vivir con ellas.
A continuación, le explicamos cómo debe ser la comunicación con su hijo para lograr una convivencia amena con la enfermedad y algunos consejos para lograr una buena adaptación en la sociedad.
Cómo explicar la enfermedad
Los niños deben estar conscientes de las afecciones que sufren para que poco a poco pongan de su parte para seguir el tratamiento y mejorar. Los encargados de explicar en qué cosiste la enfermedad y sus cuidados son los padres de familia, ya que en ellos confía más el niño y son quienes podrán descifrar sus reacciones.
Mientras más temprano se le explique, más podrá colaborar el niño y representará mejorías en su salud.
1. Hablar de la enfermedad con naturalidad
De acuerdo con la psicóloga educativa Wendy Acevedo es importante hablarle al niño con la verdad y naturalidad acerca de la enfermedad que padece. Se debe explicar de forma positiva los cuidados que necesita y las cosas que dejará de hacer o alimentos que ya no consumirá. Es recomendable que no se exagere la información, para evitar asustarlo.
El niño debe aprender a convivir con su padecimiento lo más pronto posible, lo cual se logra haciéndole ver que la enfermedad ahora es parte de su vida y que no es el único, ya que otras personas también viven con otro tipo de afecciones.
“Al darle una explicación, se debe hablar de forma positiva. Por ejemplo, ‘si te tomas tus medicamentos o si ya no comes este alimento, podrás salir a jugar con tus amigos sin sentir ninguna molestia’. No se debe decir frases como ‘si no me haces caso o no te tomas tu medicina ya no saldrás a jugar y te quedarás encerrado’, porque solo lo asustaremos y haremos que ponga resistencia a su enfermedad”, dice la profesional.
2. Use recursos creativos para explicar
Cuando brinde la información, tome en cuenta la edad del niño, porque si es muy pequeño no entenderá términos médicos. Si este es el caso, lo aconsejable es que utilice cuentos o personajes con los que se identifique.
Es decir, si el niño tiene algún libro de cuentos que le agrade o una caricatura favorita, puede usarlos para explicar la enfermedad. De esta forma entenderá la información, la sentirá natural y cercana porque le está sucediendo a alguien que admira o quiere.
También puede optar por recursos educativos en el que se explican los síntomas y reacciones de alergias. La Asociación de Celiacos de Murcia brinda cuentos interactivos para que niños celíacos, alérgicos al gluten, puedan comprender su enfermedad.
Cómo ayudarlo a vivir con la afección
La mejor forma de lograrlo es brindándole toda la información que pueda, ya que esto le dará herramientas para enfrentar los síntomas y desarrollarse con naturalidad.
1. Involúcrelo en la compra de los productos
Si su hijo es alérgico a un alimento, más allá de decirle que no lo puede consumir, es importante que le enseñe a identificarlo. En caso de que el pequeño no sepa leer y escribir, puede llevarlo al supermercado y decirle qué puede comer. Además, explique en las preparaciones que puede encontrarlos. Por ejemplo, si es intolerante a la lactosa, muestre los tipos de leche, sus diferentes presentaciones y en qué otros alimentos los puede encontrar como pasteles, galletas o sopas. De igual forma si es diabético.
En caso de que el pequeño ya pueda leer y escribir, opte por enseñarle a leer las etiquetas de los productos. “No es necesario que sepa información de ingredientes que no le causan daño, porque lo puede confundir. Comience explicándole qué palabras debe identificar en las etiquetas”, propone la psicóloga infantil Andrea Aguirre.
2. Enséñele la preparación de alimentos
De igual forma, lo puede involucrar en la preparación de platillos sencillos y que sean de su interés, para enseñarle las medidas que son importantes de tomar en cuenta cuando padece alergia alimentaria.
Lavarse bien las manos antes y después de cocinar, lavar bien con agua y jabón los utensilios e ingredientes, son aspectos a los que debe prestar atención. Además, puede enseñarle los alimentos que pueden sustituir a los que tiene prohibidos.
3. Haga cercana la información
“En caso que su hijo padezca de asma o de diabetes, enséñele el uso del medicamento de forma que pueda entenderla y no se le olvide. Por ejemplo, cuando tienen asma desde pequeños, comienzan usando un nebulizador, este se deja en su boca por unos segundos. Lo que hacen los padres es que cuentan en voz alta ese tiempo. De igual forma puede hacer cuando use el inhalador. Colóquelo en su boca, luego cuente hasta cierto número, respire profundo y presione el aparato. Como ya está acostumbrado a este procedimiento, no lo olvidará”, explica Aguirre.
Cómo explicar al colegio y amigos
Cuando un niño padece una afección, es vital comunicársela a la familia, escuela y amigos, para evitar dificultades a nivel social. Lo importante es fomentar su seguridad para que al estar en espacios fuera de su zona de confort pueda hablar con naturalidad de su enfermedad.
La seguridad puede trabajarse explicándole que padecer de alguna afección no lo hace mala persona, simplemente debe tener cuidados especiales para que pueda hacer las actividades que más le gustan. También puede dar ejemplos de cómo otros seres vivos necesitan medicamentos para tener buena salud.
1. Enséñele a platicar de su enfermedad cuando lo necesite
Acevedo explica que mientras más pláticas se tengan en casa acerca de la enfermedad, con más naturalidad lo percibirá el niño y ayudará a que sepa explicarla a otras personas.
Además, no le será difícil preguntar a los adultos si puede consumir algún alimento que le sea proporcionado o si le pueden ayudar cuando se sienta mal.
“Regularmente los niños dicen ´mi mamá me dijo que no puedo tomar leche, ¿eso que me estás dando tiene?’, lo cual demuestra que lo han informado en casa y que le resulta natural hablarlo. Hay que explicarle que es mejor preguntar a que se arriesgue a consumir algo que no puede y después tenga malestares”, opina la profesional.
Estas prácticas serán más fáciles si se trabajan de la mano con la seguridad del niño. Lo ideal es que se asocien a actividades que son de su agrado. Por ejemplo, puede decirle que es mejor que pregunte qué ingredientes tiene un alimento a que después no pueda salir a jugar o tenga que tomar algún medicamento que es desagradable a su paladar.
2. Prestar atención a la papelería de inscripción escolar
En la mayoría de los centros escolares, al hacer la inscripción consultan si su hijo sufre de alguna enfermedad de la cual tengan que estar informados los maestros. Asegúrese de brindar esta información ya que será de ayuda para que el colegio y así pueda actuar ante cualquier situación. También coloque algún número de emergencia.
3. Utilizar la agenda del colegio para dar información
En caso de que la ficha de inscripción no tenga el apartado anterior, puede usar la agenda escolar para informar a los maestros acerca de la enfermedad de su hijo. Lo recomendable es que explique los síntomas, el tipo de medicamento que utiliza y cuáles son los procedimientos que se deben seguir si el niño presenta malestar. Coloque también contactos de emergencia, puede ser el del padre, madre o encargado. Es recomendable que incluya el número telefónico del pediatra por si ocurre alguna emergencia.
Respecto de los medicamentos, si el niño utiliza alguno en específico, indique en qué lugar de la mochila o lonchera lo tiene guardado para que sea fácil su ubicación.
4. Coloque los datos de medicina en la lonchera
Si el niño padece de alguna alergia por alimento, también puede optar por describirla en la lonchera. Lo ideal es que en un lugar visible coloque la información que se recomendó escribir en la agenda, ya que son los datos básicos que se necesitan para prestar auxilio cuando el niño se pone mal.
“Es común que celebren los cumpleaños de los alumnos en el colegio, una buena práctica puede ser que el maestro consulte qué tipo de comida se dará e informe a los padres del niño. De esta forma, podrán explicarle que no la puede aceptar, pero por eso llevará refacción especial”, declara la psicóloga educativa.
5. Explique a los amigos del niño
Aguirre comenta que los maestros pueden dedicar un tiempo de clase para explicar la enfermedad del niño a sus compañeros. “Lo ideal es que no se tome su ejemplo como el centro de la información, sino que se hable del tema, los alumnos lo comprendan y luego se diga que este la padece. De esta forma aprenderán a identificar los síntomas, que será de ayuda cuando el niño se sienta mal”, argumenta.
Con esta práctica, los docentes también pueden indicar a los estudiantes que informen a los adultos cuando vean algún síntoma en el niño. Si estos ya son grandes, también puede hablar del lugar donde se guarda el medicamento y cómo pueden administrarlo en caso no encuentren a alguna autoridad cerca.
6. Llevar un carné de identificación
Cuando el niño vaya de excursión escolar, a un curso fuera de clases o a otro lugar que no frecuente constantemente, puede colocarle un carné con la información básica que los adultos deben saber acerca de los cuidados del niño.
Por ejemplo, puede escribir a qué alimentos o medicamentos es alérgico, los síntomas principales de su enfermedad y en dónde guarda la medicina que debe consumir.
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