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Si bien el sobrepeso y la obesidad se consideraban antes un problema propio de los países de ingresos altos, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud actualmente ambos trastornos aumentan en los países de ingresos bajos y medianos, en particular en los entornos urbanos.
Profesionales de la Clínica Mayo aseguran que no todos los niños con kilos de más tienen sobrepeso u obesidad. Expresan que algunos pequeños tienen estructuras corporales más grandes que la estructura promedio y que además, los niños normalmente almacenan diferentes cantidades de grasa corporal en las distintas etapas de desarrollo.
Si su hijo ha ganado mucho peso repentinamente o tiene dudas respecto a si esta medida es acorde a su estatura y edad lo mejor es recurrir a un profesional. El índice de masa corporal (IMC), que proporciona una referencia de peso en relación con la altura, es la medida aceptada del sobrepeso y la obesidad. Para establecer la condición de un niño su doctor deberá analizar el dato de su índice de masa corporal y su ubicación en las tablas de crecimiento, pero también serán factores a tomar en cuenta sus antecedentes de crecimiento y de desarrollo e incluso los antecedentes familiares de la relación entre peso y altura.
¿Qué causa el sobrepeso y la obesidad?
La nutricionista Alejandra Sandoval asegura que la causa principal de estas afecciones es un desequilibrio energético entre las calorías consumidas y gastadas.
La OMS afirma que alrededor del mundo se ha dado un aumento en la ingesta de alimentos de alto contenido calórico que son ricos en grasa; y un descenso en la actividad física debido a la naturaleza cada vez más sedentaria.
¿Cuáles son sus consecuencias?
“La obesidad infantil se asocia con una mayor probabilidad de obesidad, muerte prematura y discapacidad en la edad adulta. Además de estos mayores riesgos futuros, los niños obesos tienen mayor riesgo de fracturas e hipertensión, y presentan marcadores tempranos de enfermedades cardiovasculares, resistencia a la insulina y efectos psicológicos”, manifiesta la OMS en un informe.
Por su parte el médico Andrés Beltranena comenta que los niños con obesidad también pueden padecer de asma, diabetes tipo 2, trastornos del sueño y enfermedad del hígado graso.
Además también pueden experimentar complicaciones sociales y emocionales. Acorde a profesionales de la Clínica Mayo, pueden tener baja autoestima y sentirse deprimidos. Asimismo, pueden manifestar problemas de comportamiento y aprendizaje pues tienden a sentir más ansiedad y por consiguiente a tener dificultad para concentrarse, además de poseer menos habilidades sociales que los otros niños, provocando en algunas ocasiones que se porten mal o se vuelvan muy cohibidos.
¿Cómo prevenir el sobrepeso y la obesidad infantil?
Sandoval comparte las siguientes sugerencias:
- Evitar el sedentarismo: muchos niños pasan demasiado tiempo al día frente a la televisión o jugando en una tablet o celular. Incentivarlos a realizar actividad física por una hora al día podría traerles grandes beneficios. Nadar, salir a dar paseos en bicicleta, patinar o practicar algún otro deporte no solo les ayudará en el aspecto físico sino también puede mejorar sus habilidades sociales
- Limite lo más posible la cantidad de bebidas azucaradas que consumen sus hijos
- Reduzca la cantidad de veces que su familia come fuera de casa. Al ir a un restaurante aproveche la oportunidad de enseñarle a sus hijos a elegir las opciones más saludables y que además tengan una proporción adecuada a su edad
- En casa también adapte los tamaños de las porciones a la edad de cada niño
- Incluya cinco raciones diarias de frutas y verduras distribuidas entre las tres comidas principales y otras dos secundarias (refacciones en la mañana y la tarde).
- Reduzca el consumo de alimentos altos en grasas y azúcares a una porción a la semana. Las galletas, helado, donas y frituras forman parte de este grupo.
- Aliéntelos a beber agua
- Prepáreles un desayuno sano y equilibrado, evitando que ingieran grandes cantidades de azúcar
Además, la nutricionista sugiere poner especial atención al ritmo con el que sus hijos se alimentan. Enseñarle a no comer deprisa y sin masticar es importante. Asimismo, Sandoval recomienda establecer un control en la cantidad y tipo de comida que ingieren durante los fines de semana que es cuando suelen haber actividades como cumpleaños, idas al cine y otras. “Darles un buen ejemplo y ser constante en cuanto a trabajar para inculcar buenos hábitos alimenticios a los más pequeños del hogar son claves para prevenir o eliminar el problema de la obesidad”, afirma.