Aunque que se trata de una fruta muy dulce, la nutricionista Alejandra Sandoval comenta que el valor calórico de la sandía es muy bajo. Aporta aproximadamente 20 calorías por 100 gramos, por lo que puede consumir grandes cantidades para obtener sus beneficios sin tener que preocuparse por las calorías.
La sandía contiene vitamina C, la cual es necesaria para sanar heridas y formar tejido cicatricial en cualquier parte del cuerpo, reparar y mantener el cartílago, los huesos y los dientes, y también ayuda a la correcta absorción de hierro en el cuerpo. Asimismo provee al cuerpo de vitamina A, un nutriente que acorde a profesionales de la Clínica Mayo, es importante para la visión, el crecimiento, la división celular y la inmunidad.
En su carnaza también se encuentran algunos minerales como el calcio, que ayuda a proteger los dientes y huesos, y por consiguiente previene la osteoporosis y fósforo que es importante para la producción de energía, la formación de huesos y dientes y el transporte de oxígeno en el cuerpo. También están presentes el potasio, un macromineral crucial para el crecimiento correcto del organismo y la eliminación del exceso de sal y líquidos y el magnesio, que aporta energía al cuerpo, ayuda a que los riñones trabajen correctamente, reduce los niveles de colesterol, fortalece los huesos y previene las enfermedades oftalmológicas asociadas a la edad.
Sin embargo, acorde a la nutricionista Alejandra Sandoval el aporte más reconocido de esta fruta es la L-citrulina, un aminoácido que favorece al rendimiento y la recuperación muscular tras hacer esfuerzo físico. Incluso, científicos de la Universidad de Texas A&M afirman que este compuesto tiene la capacidad de relajar los vasos sanguíneos, tal y como lo hace el viagra.
De acuerdo con los profesionales la L-citrulina también influye de manera importante en la salud cardiovascular y al consumirla se transforma en L-arginina, un aminoácido que ayuda a la producción de óxido nítrico, fundamental para el mantenimiento de la elasticidad de las arterias y los vasos sanguíneos.
Se sabe que también tiene una alta concentración de licopeno, pigmento antioxidante que da a la fruta su color rojo y que protege a las células las enfermedades cardiovasculares y el envejecimiento.
Además de ser refrescante, la sandía es diurética por lo que si tiene problemas de retención de líquidos o en los riñones, podría ayudarle. Asimismo posee fibra, la cual garantiza el buen funcionamiento del sistema digestivo.
¿Cómo elegir una sandía?
Escoja una sandía firme y sin magulladuras, que sea de color verde oscuro y tenga una apariencia opaca. Otra señal a la que debe ponerle atención es la llamada “mancha de suelo”, la cual se encuentra en la parte de abajo de la sandía y es la zona que estuvo en contacto con la tierra, lo ideal es que sea de color amarillo cremoso y en cuanto más oscura esté, mejor.
Si en el mercado de su preferencia le ofrecen sandía cortada en trozos y se decide por esta opción compre una cuya carnaza sea de color rojo brillante y que tenga semillas negras. Aquellas que tienen semillas blancas o una pulpa pálida o blancuzca no están maduras y serán insípidas.
Finalmente es importante reconocer la versatilidad de esta fruta, pues además de que se puede comer en su forma natural, también es posible combinarlos con otros ingredientes –dulces y salados- para obtener un delicioso resultado. Le compartimos cuatro recetas fáciles que además podrá preparar en pocos minutos:
1. Ensalada de sandía y queso mozzarella
Corte en pequeños cubos partes iguales de sandía y queso mozzarella. Colóquelos en un recipiente hondo y agregue sal al gusto y un poco de menta finamente cortada. Puede utilizar queso feta si lo prefiere. Como aderezo un aceite balsámico es la mejor opción.
2. Helado de sandía con un toque de limón
Lo único que tiene que hacer es cortar trozos de sandía (una taza de cubos de sandía será igual a una porción de helado), retirarle las semillas y refrigerar por 24 horas. Finalmente, antes de servir coloque la sandía en la licuadora y agregue algunas gotas de limón. Cuando tenga la consistencia deseada, como una nieve, estará listo para servir.
3. Licuado de sandía con jengibre y limón
Coloque en su licuadora una taza de sandía cortada en cubos pequeños, el jugo de medio limón y una pizca de jengibre. El resultado será una bebida refrescante y llena de sabor. Si desea equilibrar el sabor y agregarle un poco de dulce se recomienda utilizar miel en lugar de azúcar.
4. Pizza de sandía
¡Sí! ¡Ha leído bien! Además de ser un platillo que le dará mucho color a su mesa, es una buena forma de hacer que los niños consuman varias frutas en una comida. Corte la sandía en triángulos delgados, los cuales simularán ser la base de la pizza. Luego agregue otras frutas sobre la sandía como banano, kiwi, piña y uvas.