Uno de los cuidados necesarios que se debe tener en esta etapa en con la alimentación, ya que el feto puede alimentarse única y exclusivamente de los nutrientes que la madre ingiere, a través del cordón umbilical que está formado por tres conductos en los cuales pasa el flujo sanguíneo: dos arterias que transportan la sangre del bebé a la placenta, y una vena que conduce la sangre de la madre al bebé, en la cual lleva nutrientes y oxígeno.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el estado nutricional de una mujer embarazada “puede tener una influencia importante en los resultados sanitarios del feto”.
Asimismo, cuando no se tiene una dieta de calidad y hay deficiencia de nutrientes, podría causar complicaciones en el embarazo, aumentar el riesgo de un parto prematuro, bajo peso al nacer y defectos congénitos, entre otras.
Para que la madre tenga una ingesta óptima de alimentos, es necesario que se eduque y reciba el asesoramiento adecuado y así pueda tener una dieta de calidad, tomando en cuenta la cantidad y el tamaño de las porciones.
Según la OMS, esto debe ir acompañado de una educación en “manejo del estrés y la ansiedad, el abandono del hábito de fumar o los peligros del consumo de alcohol y drogas”.
Frutas nutritivas para el embarazo
La nutricionista Lucrecia Cisneros, de la Clínica Vitalita, “la alimentación es fundamental durante el embarazo; esta debe ser variada y completa en nutrientes para cubrir las necesidades del feto”. Además, explica que estos deben consumirse en las cantidades adecuadas y que las necesidades son distintas en cada embarazada.
Para Cisneros, es importante el consumo de frutas durante el embarazo, de 2 a 4 porciones diarias.
Entre los micronutrientes que la madre embarazada debe consumir están:
- Naranja, kiwi, moras y pasas
De acuerdo con Cisneros, durante la edad reproductiva, antes y después del embarazo, lo recomendable es el consumo diario de calcio entre 1000 y 1300 mg.
Entre las frutas ricas en calcio están las naranjas, las mandarinas, el kiwi, las moras, las pasas y los dátiles.
- Fresas y frutos secos
Se estima que más del 40% de las mujeres embarazadas del mundo sufren anemia, según la OMS. Esto se debe a la ausencia de hierro en su dieta, que puede afectar el desarrollo del feto, y en esta etapa es necesario consumirlo en grandes cantidades.
Para llegar a los niveles necesarios, la OMS recomienda la ingesta de suplementos, entre 30 y 60 mg dirarios.
Los frutos secos son ricos en hierro y, aquellos que son ricos en vitamina C, como las naranjas, los kiwis y las fresas, facilitan su absorción.
- Mango, durazno y melón
Según Cisneros, la función de esta vitamina es proteger los dientes, tejidos blandos y óseos, membranas mucosas y piel, la barrera inmunológica y el crecimiento, entre otras.
Asimismo, es un antioxidante que es absorbido en el hígado y el interior de la célula; además, contribuye al desarrollo fetal.
Entre las frutas que son ricas en esta vitamina, están el mango, el durazno y el melón.
- Manzanas y arándanos
En esta etapa, es esencial que la madre consuma el yodo en mayores cantidades, ya que este es fundamental para el desarrollo cerebral del bebé.
Las fresas, los arándanos y las manzanas son algunas frutas ricas en yodo.
- Nuez, almendra y aguacate
Este pertenece al grupo de la vitamina B y su función es prevenir los defectos en el tubo neural. Por ello, es fundamental que la madre consuma antes y al inicio del embarazo, pues es cuando estas alteraciones neuronales se producen.
Frutas frescas como el aguacate, el melón y la naranja, son ricas en ácido fólico, al igual que algunos frutos secos como la nuez y la almendra.
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