Conexión entre mente y cuerpo: las claves para entender y cuidar del bienestar general

Tanto la salud física como la mental son pilares fundamentales para que un individuo llegue a un estado de plenitud y bienestar.

En la mayoría de las ocasiones ambos campos son valorados y tratados de manera individual, y aunque esto no sea erróneo ya que existen especialistas en los dos aspectos, es importante conocer la estrecha relación que el cuerpo tiene con la mente y viceversa.

Existe un término llamado terapia somática y Amanda Baker, directora del Centro de Trastornos de Ansiedad y Estrés Traumático y psicóloga clínica del departamento de psiquiatría del Hospital General de Massachusetts la define como las prácticas que favorecen al cuerpo cuando se ve afectado por experiencias o emociones negativas provenientes de su mente.

 Factores psicológicos como la ansiedad, problemas de confianza, autoestima, estrés y experiencias traumáticas del pasado son algunos de los más recurrentes que afectan al cuerpo directamente, ya que se materializan en síntomas como el cansancio, la fatiga y otros problemas más serios como la hipertensión, dolores crónicos y depresión.

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La terapia somática, en palabras de Baker, busca “drenar esas emociones dentro del cuerpo para aliviar el dolor y otras manifestaciones negativas”.

Existen muchas acciones para prevenir que los factores psicológicos afecten a la salud física y viceversa, pero una de las más utilizadas son las denominadas “prácticas corporales”, empleadas en su mayoría por fisioterapeutas, en donde se llevan a cabo diversos ejercicios y actividades que no solo favorecen a la salud física, sino que son bastante efectivas para la salud mental.

Una relación “de doble vía”

En Guatemala, existe la Asociación de Fisioterapia en Salud Mental (Asofisme), que se originó en 2018 y se dedica a brindar estrategias corporales en el cuidado, promoción, prevención y atención de la salud mental y física.

Maria Eugenia de León, fisioterapeuta en Asofisme en el campo de la psiquiatría, explica que a nivel cultural se ha tenido una “visión integral” del ser humano en donde se ha “dividido” el concepto de la mente y el cuerpo, cuando en realidad, se trata de una relación “de doble vía”.

“Realmente el ser humano no funciona de esa forma que se cree en donde el cerebro es el 'comandante' del cuerpo. Hoy tenemos campos de investigación como la psiconeuroinmunología que explica esta interacción de doble vía entre el sistema nervioso y nuestros procesos psicológicos”, explica la experta.

Eugenia hace la analogía de la mente y el cuerpo con las dos caras de una moneda, que a pesar de ser “diferentes” son parte de un mismo sistema, y se verán afectadas la una de la otra.

“Basta con que pensemos en emociones como el enojo y cómo se expresa en nuestro cuerpo como una alteración en nuestra respiración, ritmo cardiaco, la tensión muscular y la circulación sanguínea”, explica.

Dice que la mente y el cuerpo son “inseparables” ya que al final las emociones que un individuo experimenta se tratan de procesos fisiológicos que afectan directamente al cuerpo.

Salutogénesis

De León menciona un concepto llamado Salutogénesis, el cual fue originado a finales del siglo XX por Aaron Antonovsky y que plantea que el individuo encuentra el bienestar y la salud en sí mismo.

“El autor dice que es muy difícil que nosotros como seres humanos estemos completamente enfermos o sanos. Se trata de una gama de blancos y negros, en donde puede no haber un diagnóstico de algún padecimiento, pero se puede sentir uno con malestar; y caso contrario cuando alguien se siente bien, puede tener algún tipo de padecimiento”, dice de León.

La base del concepto de salutogénesis, en palabras de la experta, es que lo que realmente afecta a las personas no son los hechos en sí, sino cómo reacciona ante ellos.

Detonantes

El cuerpo y la mente están constantemente afectados por “estímulos” o “detonantes” externos como el ambiente laboral y la presión social que puede tener repercusiones negativas. Sin embargo, no necesariamente afecta a todas las personas de la misma forma.

Carmen Maria Gantenbein, fisioterapeuta dedicada al área preventiva, salud y seguridad ocupacional, dice que es importante tener presente que, además del aspecto fisiológico del cuerpo, hay que prestar atención al inmunológico ante esos diferentes “detonantes”.

Gantenbein menciona que, hablando del ámbito laboral, cada persona es diferente, y que no responderán de la misma forma ante una misma situación.

“Es importante conocer a la persona, cómo reacciona para empezar a trabajar con él y empezar a recomendarle acciones en favor de su bienestar. Por ejemplo, muchas personas tienen este concepto de que los problemas se tienen que quedar en casa y en el trabajo solo se tiene que ir a trabajar, pero no es así, al final somos personas y no robots para dejar de lado aquellos problemas o emociones que nos perjudican”, dice Gantenbein.

Gabriela Escobar, fisioterapeuta, que actualmente desarrolla trabajos de concientización en diferentes comunidades de Guatemala como Magdalena Milpas Altas, Sacatepéquez, donde atiende principalmente a grupos de adultos mayores y niños, señala la relevancia de dar a conocer la importancia del cuidado físico y mental por medio del movimiento.

“Es importante salir del sedentarismo y de los detonantes negativos para poder tener actividad física sin que se sienta pesado. Al contrario, que se disfrute”, dice Escobar.

Practicas corporales

Las tres fisioterapeutas enlistaron algunas “prácticas corporales” que emplean, que van desde aspectos psicológicos como la meditación hasta otros más enfocados en la actividad física.

“Para mí ha sido muy importante la respiración, ya que lo considero el eje central de todo por ser algo que todos hacen diariamente. Lo que se busca es que se convierta en una práctica consciente”, explica de León.

También mencionó acciones como el movimiento consciente de diferentes partes del cuerpo, las “estrategias sensoriales” que permiten “potencializar” el desarrollo de los sentidos como estímulos visuales y auditivos.

“También está la actividad física, pero no nos referimos a lo que conoce la mayoría, como ir al gimnasio o ir a correr, sino aquellas actividades afines a nuestros gustos que rompen con el sedentarismo, como la jardinería”, dice de León.

De hecho, recomienda a las personas que busquen las actividades que más les gusten, además de la actividad física convencional, siempre con la condición de estar en constante movimiento.

Por su parte, Escobar desarrolla la equinoterapia, un tratamiento en el cual con la ayuda de un caballo se busca un impacto positivo a la persona a nivel cognitivo, emocional y social.

“Primero, con este tratamiento estamos en un lugar que no es hospitalario sino en un lugar con varios elementos naturales. Si existe en la persona problemas relacionados con depresión, pedimos que peinen al caballo, que lo acaricien que sientan su temperatura y que tengan un sentido de responsabilidad al darles de comer”, dice Escobar.

También menciona que los caballos son animales muy receptivos, y pueden determinar cuando la persona que se les acerca está nerviosa, calmada, asustada, tensa, etc; lo que permite, en palabras de Escobar, que el animal sea un coterapeuta ideal.

“Al momento de montar el caballo también podemos tomarlo como práctica corporal, ya que la acción de mecerse mientras el animal anda es una forma genuina de relajación hace que los niveles de alerta de nuestro cerebro disminuyan.

Gantenbein explica las prácticas que lleva a cabo en ambientes laborales, y dice que todo depende del tipo de persona y tipo de trabajo, ya que no es lo mismo atender a personas que tiene un trabajo en donde deben permanecer sentados en un escritorio como personal de una planta.

“Además de los ejercicios de respiración consciente y estiramientos, lo que también implementamos son las pausas laborales, pero de manera correcta ya que a veces en los trabajos se llevan a cabo estas pausas que pierden todo sentido porque, luego de ella, volvemos a estar pendientes de nuestras tareas del día, o no prestamos la suficiente atención por pensar en correos, reuniones, etc.”, dice la fisioterapeuta.

Convivir con uno mismo

Las tres expertas concuerdan en la importancia de que las personas se conozcan a sí mismas en favor del bienestar, que busquen formas de desarrollarse física y mentalmente, y que se empiece a reformular esa percepción que la salud mental es solo para personas "locas" o que tienen algún problema psicológico.

"Es importante que empecemos a deconstruir esos conceptos que tenemos especialmente en cuanto a la salud mental y empezar a reconocer que es importante estar en contacto con nosotros mismos. muchas veces prestamos mucha atención a lo que está afuera al trabajo, pero también es importante reconocer que eso es temporal y lo único que permanece para toda la vida somos nosotros mismos", dice de León.

Escobar complementa que, entender la relación entre la mente y cuerpo, entender cómo se complementan y emplear acciones a su favor, trae mucha riqueza y aportaciones al bienestar general.

"El cuerpo es el que nos lleva a los lugares, pero la mente es lo que nos hace soñar y tener propósito. Tener autocuidado, entender la relación entre mente y cuerpo es una gran inversión para uno mismo aunque pueda resultar difícil comenzar, pero al hacerlo uno se da cuenta de lo mucho que aporta para estar bien", dice Escobar.

Finalmente dentro del ámbito profesional, Gantenbein recalca la importancia de las labores en favor de la salud mental, ya que se tratan de profesiones que velan por el prójimo.

"Antes de pensar en los demás, uno debería reflexionar y analizar qué es lo que quiere, dónde se encuentra, sus virtudes y defectos y cómo puede mejorar en su vida", dice la experta.