La Sociedad Americana de Ortopedia de Pie y Tobillo, AOFAS explica que es algo frecuente. En general lo padece 2 de cada 10 personas y un 75% de adultos mayores, con más de 60 años.
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Aunque es considerado como un problema más estético, en algunas personas provoca dolor. Así que es importante buscar apoyo de un especialista para tratarlo.
Identificarlo es importante. Con regularidad comienza con una mancha blanca o amarilla, en diferentes partes de la uña o alrededor.
Mientras avanza la infección podría causar cambios de color más evidentes, ponerse verdosa e incluso presentar un engrosamiento de la uña, o el deterioro de la misma.
Observe sus uñas, estas se encuentran compuestas por capas laminadas de una proteína denominada queratina y están saludables cuando son lisas y no tienen marcas ni surcos.
Isabel Palacios, quiropedista de Clínica Palacios, explica que existen diversidad de hongos que pueden infectar la uña. Los dermatofitos están entre los más frecuentes, estos son hongos que afectan e invaden las capas superficiales de las uñas.
Las levaduras y mohos también provocan infecciones en las uñas, agrega Palacios.
La AOFAS, explica que una infección más seria es poco común, pero en pacientes con un sistema inmunológico deprimido, la uña engrosada puede ser un punto de entrada para infección bacteriana que puede llegar incluso a comprometer un miembro.
En pacientes con diabetes y con otras condiciones del sistema inmunitario se requiere que estén atentos a buscar seguimiento médico inmediato frente a cualquier cambio en los pies.
En adultos mayores esta condición es más frecuente porque mientras se envejece las uñas son más frágiles y secas. Podrían presentar más rajaduras y ser el lugar propicio para que se alojen los hongos.
De los tratamientos
Palacios explica la importancia de buscar seguimiento profesional desde los primeros síntomas, cualquier cambio que aparezca es una alerta para acercarse a una clínica.
La médico dermatóloga Maureen Barahona agrega que para un diagnóstico más certero se tienen diferentes estudios para confirmar el tipo de hongo que está presente, además comenta que los cambios en las uñas no solo se dan por hongos sino por bacterias.
Un cultivo, por ejemplo, permitirá sugerir los tratamientos más apropiados.
Por lo regular, se sugieren medidas con antimicóticos por vía oral durante unos meses, así como tratamientos tópicos, o una combinación de ambos. Esto podría representar de tres a cuatro meses de seguimiento.
En la actualidad también están los tratamientos láser. Barahona explica que ésta es una opción más a nivel estético y requiere de un apoyo integral con otros medicamentos para lograr un tratamiento exitoso.
Es preciso evitar automedicarse y acercarse a profesionales para recibir el diagnóstico y el tratamiento apropiado.
También se sugiere un cuidado frecuente para recortar las uñas, limarlas y mantenerlas en un ambiente seco.
La prevención
Para que un hongo se desarrolla necesita un ambiente adecuado para ello. Las infecciones por hongos regularmente se dan más en los pies que en las manos porque estos al estar en los zapatos a un ambiente oscuro y húmedo, en la que éstos pueden desarrollarse mejor.
La especialista Palacios habla además de cómo prevenir esta situación. Para comenzar es indispensable fortalecer la salud del organismo con una dieta equilibrada, incluso sugiere el consumo de hierbas.
Esto es importante porque con ello el cuerpo tiene defensas para que no se desarrollen los hongos y entren otras bacterias al cuerpo.
Además, ser recomienda lavarse bien las manos antes de manipular los pies y que todos los utensilios como cortaúñas y limas sean personales. “Esto es como el cepillo de dientes, no se comparte con otras personas”, agrega Palacios.
Barahona, sugiere mantener una toalla única para secar los pies y no utilizarla para otras partes del cuerpo.
En este punto es relevante que cuando se asista a spa o centros de belleza se asegure la persona de llevar sus propios elementos, o bien confirmar que el lugar tenga herramientas de manicura esterilizadas.
El cambio de calcetines y calcetas tiene que ser diario, así como utilizar calzado fabricado con materiales que le permitan al pie respirar.
Los zapatos deberían de cambiarse a diario y no apretar. “No se trata de tener infinidad de zapatos, pero por lo menos dos pares para que el pie respire”, comenta Palacios. Estos también tienen que desinfectarse con productos especiales, o bien al ponerlos al sol.
Evite caminar descalzo en piscinas o sitios públicos.
Compartimos un video del médico Eduardo López Bran, quien da un decálogo para prevenir problemas como los hongos, micosis, tiña o dermatofitosis.
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