De acuerdo con la psicóloga clínica Inés Zepeda, aunque el gozo depende de la experiencia de cada persona, también puede ser una capacidad de centrar nuestros pensamientos, nuestras acciones en el tiempo presente. “El gozo quiere decir que podemos disfrutar: estar en el momento, observar, poner atención y compartir. Esto genera bienestar”, añade la especialista.
En varios espacios de trabajo, hacia finales del año, varios empleadores suelen procurar que sea precisamente el gozo o el disfrute los que predominen en espacios como los llamados convivios.
Según apunta el psicólogo industrial Franklin Espinoza, además de marcar el inicio de la temporada navideña, los convivios son espacios que permiten mejorar el ambiente laboral, gracias a la interacción entre colegas y amistades en un espacio diferente.
Aunque parezca obvia, la importancia de vincularse desde el gozo entre compañeros permite sostener una convivencia sana más allá de las responsabilidades laborales.
“Pasamos la mayoría del tiempo con nuestros compañeros y mantener relaciones saludables con ellos es una buena forma de ayudarnos a nuestro propio bienestar. No significa que tengan que ser nuestros mejores amigos, pero sí es importante mantener una buena relación. Los convivios son una buena oportunidad para esto”, apunta Inés Zepeda.
Asistir (o no) al convivio
Los especialistas consultados aseguran que en ocasiones hay lugares de trabajo que obligan a sus colaboradores a que participen en los convivios, así como hay otros en los que no. Sin embargo, esto genera otra disyuntiva en el caso de quienes no siempre querrán asistir al espacio de convivencia.
De acuerdo a Franklin Espinoza, puede que las personas que no tengan el deseo de participar se vean influenciadas por sus propias creencias o valores o simplemente porque se sienten “sumamente incómodas en las celebraciones”.
No obstante, el psicólogo industrial añade que “hay quien puede declinar en su participación sin que eso signifique que no es un buen empleado”.
A consideración de Inés Zepeda, la postura empresarial frente a sus colaboradores y los convivios debe radicar en que se encuentren formas de tratar de integrarlos buscando actividades donde pueda haber participación, pero sin que esto sea obligatorio.
“La persona que se siente comprometida puede analizar por qué no quiere participar. Si es porque se sobrepasa algún límite o hay algo que le moleste puede hacerlo saber antes para que en otra oportunidad se le pueda tomar en cuenta“, añade la psicóloga.
Zepeda recomienda algunas preguntas que pueden hacerse los trabajadores quienes no suelen querer involucrarse en los convivios. Entre ellas: ¿Por qué me incomoda?, ¿Es algo que habla sobre mí? o ¿Es algo que realmente está traspasando mis límites?
En paralelo, es necesario que las personas puedan determinar cuáles son sus límites. La psicóloga entrevistada añade que, a medida que estos sean aclarados y se descubra que son transgredidos en el espacio de convivencia laboral, es necesario que puedan ser comunicados con la empresa para que esta pueda mejorar.
Recomendaciones y cuidados
Entre los propósitos esenciales de los convivios está apuntado a la mejora de un clima de gozo que pueda generar una mayor cercanía e involucramiento con la construcción del trabajo en equipo. Este será de gran utilidad para las empresas puesto que enfocan a sus colaboradores hacia mismos resultados.
Franklin Espinoza subraya que los empleadores deben “leer” el ánimo colectivo y el ambiente organizacional para entender si es el momento adecuado de llevar a cabo un convivio.
“Lo principal es identificar agentes de positivismo entre los participantes, realizar actividades de integración a la vez que sean divertidas y proveer premios adecuados que incentiven la participación”, añade el psicólogo industrial.
Aunque suelen asociarse con experiencias placenteras, los convivios también pueden detonar momentos conflictivos o que contradicen una convivencia sana y pacífica.
Según apunta Inés Zepeda, es importante que los trabajadores no sobrepasen o abusen de algún tipo de comportamiento: tanto en la forma en la que interactúan con otras personas dentro de la celebración, así como también con el consumo de sustancias.
“Se debe empezar por reconocer los límites de cada persona. También se debe respetar por parte de los participantes que aunque sea un actividad extra, es laboral“, sostiene la psicóloga.
De acuerdo con Franklin Espinoza, desde su experiencia tratando con espacios laborales, uno de los elementos que más provoca desviación del propósito de estos suele ser el abuso de consumo de alcohol.
Sobre el código de vestimenta el psicólogo menciona que se trata de una oportunidad “para salir de la rutina”, por lo que ve valioso utilizar ropa elegante. “Ver a los compañeros en un ambiente distinto implica vestirse distinto”, señala.
Espinoza recuerda que al tratarse de una actividad laboral, se debe prestar atención a las normas de vestimenta que se especifican en la invitación. También señala que se debe corroborar el tipo de convivio, ya que hay algunos que suelen ser en fincas o espacios rurales, donde hay más libertad para vestirse menos formal.
“Se debe recordar a los participantes que un convivio es una actividad laboral, por lo tanto, todas las personas deben actuar como representantes de la organización en ese momento, con las normas de convivencia y los reglamentos. La cultura debe aplicarse con cero tolerancias a las faltas”, insiste Espinoza.
El psicólogo entrevistado recuerda que toda oportunidad laboral inicia con una conexión personal, por lo que los convivios son “excelentes para que esa conexión se establezca con personas nuevas o de otras áreas de la empresa”.
