Yesid Barrera, especialista en coaching ontológico, coincide con lo anterior y agrega que más allá del camino personal, los líderes son aquellos que también logran influir en otros, además de lograr ver la grandeza en ellos.
“Si un líder tiene esa visión, debería entender sus propios valores. No puede ver en los otros lo que no hay en él. Se debe tener la capacidad de traspasar el umbral de cada uno”, comenta.
No obstante, y a pesar del escenario previsto, durante los procesos de liderazgo -personales y en equipos- las inseguridades también pueden aflorar. Dichos estados emocionales pueden estar nutridos por el miedo.
La psicóloga Manuela Méndez explica que las inseguridades se vinculan a una sensación o pensamiento de peligro, miedos y/o malestares que provocan desconfianza en las capacidades, los criterios, las decisiones y las emociones propias.
“Es normal estar inseguros por algunas decisiones o acciones que se vayan a realizar sobre nosotros mismos. Sin embargo, en aquellas personas que la inseguridad es recurrente, puede manifestarse de distintas formas que le afecten”, dice la psicóloga.
Algunas de esas manifestaciones pueden ser: cuestionamientos frecuentes, búsqueda de aceptación, pérdida de criterio propio, miedo al fracaso, timidez, aislamiento social, desconfianza y hasta dependencia emocional”, agrega Méndez.
Efectos del miedo
La inseguridad, además de ser perjudicial para quien la padece, también afecta a los demás.
“Puede suceder que una persona la utilice como mecanismo de defensa y la transforme en actitudes arrogantes, agresivas y distantes ante otras con el fin de bloquear sus propias emociones o percepciones”, apunta la especialista.
En cuanto a las percepciones, puede ocurrir que alguien inseguro se sienta amenazado ante comentarios que muchas veces pueden ser constructivos y objetivos. Esto responde a que se toman como señalamientos personales, cuando no es así.
“Las personas inseguras siempre encuentran razones para desconfiar”, subraya Yesid Barrera, quien agrega que esto sucede porque al detonar las inseguridades -y, por ende, los temores enraizados- estas personas entran en una fase de irracionalidad en la que solo “se actúa, pero no se piensa”.
Además, en esos casos suelen haber actitudes negativas como prejuzgar a los demás, manifestaciones de soberbia, arrogancia, prepotencia y obstinación.
Aunque parezca extraño, algunos líderes pueden atravesar por esto, ya que guardan temores que no han resuelto, apunta Barrera.
Ante dicho escenario, el peligro es evidente: “Un soberbio no puede ser líder porque no puede ver la grandeza en los otros, no los escucha y siempre quiere estar en el poder. El líder no es quien tiene la respuesta, sino quien tiene las preguntas para que se respondan en equipo. Pregunta para innovar”, señala el coach.
A decir del especialista, la inseguridad es un saboteo y una limitante personal por el constante miedo. Para romper con ello, y trazar las metas de vida, es necesario fijar un esquema que inicie con una motivación propia. “Solo cada uno puede hacerlo”, expresa Barrera.
De la inseguridad al éxito
Manuela Méndez comenta que la inseguridad puede ser modificada en la medida que la percepción pase de un plano negativo a uno positivo. Para trazar la ruta se puede iniciar aumentando la autoestima sana.
Otras recomendaciones para trabajar en la conversión de la inseguridad en cada uno son:
- Creer en la capacidad de decisión.
- Reforzar pensamientos con mensajes positivos.
- Hacer una lista con cinco grandes éxitos obtenidos hasta la fecha.
- No compararse con otras personas.
- Tratarse con respeto, comprensión y amor.
- Celebrar los triunfos.
- Desafiarse a realizar alguna actividad fuera de la zona de confort.
Además, en caso sea necesario, la psicóloga recomienda buscar ayuda de un profesional en salud mental.
Yesid Barrera sugiere que para encausar la ruta hacia el liderazgo personal y equipos -que parte del reconocimiento de las inseguridades y su respectivo abordamiento- se utilicen “los 10 autos más veloces del mundo”, una propuesta plasmada en su libro Atrévete: El poder cambiar un hábito.
Dichos “autos” son una ruta consecuente que se basa en lo siguiente:
- Autoconocimiento: Parte de un reconocimiento propio y del contexto de cada persona.
- Autodescubrimiento: Se indagan por primera vez las causas detrás de algunas actitudes.
- Autoaceptación: Cuando se dejan a un lado las comparaciones con otras personas y se reconoce que cada uno es irrepetible.
- Autoestima: Comprende la capacidad de estimarse y valorar los acontecimientos logrados.
- Autosugestión: Es creer y convencerse de la capacidad para lograr cualquier cosa.
- Autoimagen: Consiste en el reconocimiento de la proyección que cada persona tiene de sí misma (cómo habla, viste, camina, y demás aspectos que generen confianza propia).
- Automotivación: Surge desde adentro y se vincula a la capacidad de producir energías y enfoque necesarias para llevar a cabo las metas.
- Autoconfianza: Cuando las personas reconocen su capacidad de actuar.
- Autogestión: Es la capacidad de gestionar las emociones, recibirlas y trabajarlas.
- Autorrealización: Se encuentra un propósito y la sabiduría para saber qué hacer con el conocimiento adquirido.