Salud y Familia

Cómo trabajar una paternidad activa desde la ternura y la sensibilidad

Indagar en los patrones de crianza y mejorarlos desde la ternura puede traer ventajas en cuanto al respeto y empatía tanto en los padres como los hijos.

Cómo trabajar una paternidad activa desde la ternura y la sensibilidad

A medida que los padres manifiesten sus emociones, posibilitarán una relación más cercana con sus hijos. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

Indagar en el significado de la paternidad y la forma en que esta es ejercida tiene mucha cabida en el marco del Día del Padre que se celebra este 17 de junio en el país.

Oficializada en distintas partes del mundo a inicios del siglo XX, la fecha busca resaltar el rol de los padres frente a sus hijos, pero cabe entonces preguntarse: ¿Cuáles son las actitudes que buscamos celebrar exactamente en este día? o ¿Qué significa ser un padre de familia?

Aunque las respuestas a estas preguntas resultarían en un sinfín de enunciados o dichos, lo cierto es que no hay una sola que logre definir lo que debería se la paternidad.

Podríamos partir de nociones como las establecidas en la Guía de paternidad activa para padres del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), donde se plantea que los padres activos son aquellos que logran una relación afectuosa e incondicional con sus hijos, que van más allá “de proveer económicamente” y que, entre tanto, se involucran en todos los momentos del desarrollo de los hijos (ya sea desde su procreación, hasta su crianza).

No obstante, la paternidad también se ha visto por mucho tiempo como un desempeño hegemónico ligado a la masculinidad e incluso como algo “impuesto”.

En un estudio realizado en Brasil durante 2015 y 2016, y publicado por la Revista Panamericana de Salud Pública de la Organización Panamericana de la Salud, se menciona que “si, por un lado, la paternidad reafirma la virilidad del hombre, por otro, es la capacidad de sustentar a los hijos y mantenerlos lo que consolida esa fuerza moral masculina”.

La paternidad también puede ser ejercida por quienes lleven a cabo relaciones sanas y se involucren de manera consciente con los pequeños. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

El estudio, que siguió el acompañamiento de varios hombres brasileños alrededor del parto de sus parejas femeninas, mostró hacia el final que los participantes lograron una “nueva mirada a los significados atribuidos a la paternidad y la masculinidad”.

Como resultado de la publicación se abordó que el hombre puede alcanzar una mayor sensibilidad y no comprometer su razón corporal de ser hombre o padre en la búsqueda de la virilidad.

Esto es algo con lo que coincide Roberto Samayoa, especialista en masculinidades, al referirse a la relación entre la paternidad y la masculinidad: “Hasta hace tiempo era algo que se asumía como determinante. Se creía que, si alguien era hombre, debía ser padre. Es un mandato social muy fuerte que incluso recae de manera más drástica sobre las mujeres”, comparte el especialista.

Ante ello cabe volver a lo planteado por la Unicef en referencia a que la paternidad no tiene que ver con el solo hecho de procrear. La adopción o la tutoría sobre un niño sin filiación biológica también suponen un ejercicio paternal.

Una apuesta por la ternura y la sensibilidad

Para trazar el camino hacia una paternidad más comprometida, el hombre puede comenzar a tomar consciencia desde el momento en que decide ser padre, hasta la gestación del niño (en caso decida y pueda tener hijos con su pareja).

“Se puede iniciar con establecer acciones y responsabilidades desde el embarazo para asimilar el rol de progenitor. El hombre debe asumir su rol de padre, el cual implica una lista de responsabilidades con su hijo y familia”, sostiente la psicóloga Manuela Méndez.

Lo mencionado complementaría un reforzamiento de la sensibilidad ejercida y que, durante la crianza puede detonar sentimientos de validez hacia los niños que podrán expresar mejor sus emociones e incluso romper con paradigmas dirigidos a los hombres que dictan que estos no deben expresar sus emociones “para no ser débiles”.

Permitir la ternura en la crianza fomenta la sensibilidad y empatía en los hijos e hijas. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

La sensibilidad, y un ejercicio de la ternura, complementa Méndez, fomenta un vínculo afectivo más estrecho y sano. Además, permite que los hijos conozcan de los sentimientos y puedan ser más empáticos con la forma en que otros se sienten.

Para fines de quienes ejercen la paternidad, estos pueden educarse más en medida que también manifiesten sus emociones y posibiliten una relación con más confianza y mayor familiaridad. Se puede lograr la cercanía y generar vínculos muy fuertes, apunta Roberto Samayoa.

Trazar una paternidad activa

Los especialistas entrevistados coinciden en que no hay una fórmula específica para llevar a cabo una paternidad exitosa. No obstante, esto dependerá de qué tanto logren los padres indagar en su modelo de crianza.

Una forma de saber si se está tomando una ruta adecuada es preguntándose ¿Me gustaría que me traten como trato a mis hijos? ¿Cómo creo que me ven mis hijos? ¿Por qué me comporto de esta forma?

También se recomiendan algunas pautas que, de igual manera, posibilitaran a los padres visualizar cómo están trabajando su emocionalidad. Entre algunas de esas, destacan:

  • Prestar atención a las conductas. Se sugiere hacer un examen personal de cada cuánto se hacen muestras de afecto -respetuoso- hacia con los hijos; cada cuánto se les escucha de sus proyectos o ideas e incluso, qué es lo que más les gusta.
  • Fomentar la delicadeza. Roberto Samayoa, apunta que divorciarse de la emocionalidad supone una contradicción para los padres, ya que todos somos más emocionales que racionales. Un trato delicado y tierno hacia con los hijos permitiría que estos comprendan más del respeto y del cariño en las relaciones.
  • Estar presente. Además de la manutención establecida entre los encargados, debe existir un acompañamiento sano en todas las actividades que involucren a los hijos durante todas sus etapas de crecimiento.
  • Tomar en cuenta límites. Al tratarse de adultos responsables de otras personas se debe fomentar el respeto, la comunicación asertiva y la apertura para expresar las reglas del hogar sin necesidad de proceder a las fuerzas físicas.

ESCRITO POR:

Alejandro Ortiz

Periodista de Prensa Libre especializado en temas sobre cultura y bienestar, con 5 años de experiencia.