Durante la pandemia algunas personas se han acercado porque se sienten desconectadas en el aspecto laboral frente a los cambios que se han dado, comenta Valeria Gatica, psicóloga y magister en biología cultural y coach ontológica, consultora de Assertive Consulting Group. Ella explica que cada personalidad tiene luz propia y en su interior guarda fortalezas, mientras se comparte con otros y se tiene un acompañamiento en el equipo.
Gatica explica que es importante que cada uno reconozca su personalidad, “no se trata de etiquetarse para encasillarse, pero si ayuda tener un parámetro como un mapa, reconocerse y distinguirse con ciertos elementos o características para identificar qué nos hace mejor en nuestros entornos laborales todavía cambiantes donde algunos se encuentran en modalidades híbridas, virtuales o presenciales”.
Plantear algo desde mí y reconocer qué necesito es un gran aporte al equipo, dice Gatica. Esto debe canalizarse desde el respeto, estar conscientes que el otro no sabe qué me hace falta y quizá él o ella tiene otras necesidades, o si somos opuestos entender esas diferencias y darse el tiempo para comunicarse y que todos se sientan considerados.
Esto nos lleva también a cuestionarnos si se quiere ser parte del equipo, si se quiere seguir siendo miembro del mismo, “si la respuesta es positiva desde mi deseo de quedarme me responsabilizo de ver al otro y que los otros me vean a mi también”, agrega Gatica. Esto lleva a considerar soluciones y de cómo si me quiero quedar se necesita evaluar cómo mejorar el entorno.
La pandemia nos lleva a un espacio para reflexionar en esto y ella lo compara con una vuelta a renovar los votos con el equipo y si no se quiere convivir esta nueva dinámica de vida también nos hacemos cargo porque podría ser que no sea nuestro lugar y evaluemos nuevos caminos. El abrir conversaciones al respecto es vital.
“Aquí voy a poner el acento en la jefatura, que tiene la responsabilidad de modelar y reconocer errores, reconocer que no sabe, ofrecer disculpas o pedir ayuda, ese equipo va a modelar un espacio seguro para abordar conflictos”, agrega Gatica.
La psicóloga Elizabeth Caravantes también motiva a fortalecer en el clima laboral la escucha activa, acompañar a otros en dificultades y recordar que la conexión social es la forma más poderosa de regular nuestra angustia
emocional porque si está en peligro y está cerca de alguien es la forma más eficaz de calmarse.
¿Introvertido o extrovertido?
Gatica, invita a reflexionar comenzando por clasificar nuestra personalidad. Introvertidos son quienes buscan estar consigo mismos y buscan esos espacios de conexión interior. Y extrovertidos son quienes persiguen el contacto con otros y está volcados más hacia afuera, a lo social.
Esta clasificación ayuda a reconocernos un poco más y saber hacia dónde tendemos a ir. Si esto se combina con la disposición hacia la tarea o metas, o bien hacia las personas o lo relacional, al combinar estas cuatro conexiones se va a tener una persona extrovertida con más inclinación a las tareas o a las relaciones, y lo mismo pasa con la persona introvertida.
Estas cuatro tipologías de personalidad están basadas en el comportamiento y motivados por su interés y en qué lo mueve según sus gustos y preferencias.
Quien es introvertido con orientación a la tarea va a buscar espacios silenciosos y controlados donde no hay interrupciones para desarrollar su trabajo de manera concentrada. A estas personas les fascina estar en el mundo de las tareas y son quienes mejor se adaptaron durante la pandemia, muchas veces les viene mejor estar en casa y controlar su entorno. Manejan horarios y estructuran bien, son perfeccionistas y dedicados, se autogestionan.
En el polo opuesto, al extrovertido enfocado en las tareas, le gusta el control, pero el autocontrol del entorno no tanto el de cumplir con tareas y le viene bien controlar riesgos, tomar decisiones, proteger a otros. No está interesado en el proceso y no le gustan los detalles, su enfoque es tomar la decisión final, es el opuesto al introvertido que le gusta entregar detalles, pero que alguien más tome la decisión.
Mientras que a los introvertidos con orientación a las relaciones no les gustan los cambios. La incertidumbre del covid-19 les impactó porque les importan las relaciones ya que son amigables más que sociables, escuchan y les importan las personas, pero de una forma pasiva.
Su opuesto el extrovertido enfocado en relaciones busca el contacto y se nutre del contacto, la energía la tiene desde los otros para ayudar a otros. Le gusta motivar las relaciones y siempre está innovando, las reuniones presenciales son parte esencial de su vida y por eso le afecta este cambio porque se perdió un componente de contacto con el otro.
Más personalidades
Por su parte, Cristina Peláez, administradora de empresas y psicóloga industrial comenta que también están las personalidades dominantes aunque son líderes a veces tienen el reto de escuchar más al otro y tratar de reconocer que también requieren de más tiempo personal ya que en ocasiones se enfocan únicamente en el trabajo.
También están los complacientes que les parece que todo está bien y no ven que existan mejoras, cuando esto no siempre es así, por el contrario siempre hay aspectos a pulir y necesitan dar más retroalimentación.
Otro tipo de personalidad puede ser el analítico, prudente y autodidacta, ideales para organizar actividades, entre sus retos está buscar ser más puntuales para evitar retrasar el proceso.
Peláez además comenta que una persona podría combinar distintos aspectos de las personalidades mencionadas. Invita a los líderes tener compresión y empatía, así como motivar al personal con técnicas y diferentes estrategias. “En el covid-19 debemos levantarnos a esta nueva realidad y necesitamos lidiar y vivir con ello”, agrega la psicóloga.
Frente a una crisis
A pesar de que el covid-19 sigue, nosotros hemos estado esperando ansiosamente la oportunidad de ver amigos, socializar y finalmente estar afuera, afirma la psicóloga Elizabeth Caravantes. Para otros, puede generar paz, tranquilidad e incluso alivio que las restricciones sigan y se reajusten.
Sin embargo, tanta ambivalencia en el entorno y cambios en las normas puede ser difícil de afrontar para nuestra salud mental. Un ejemplo que también se puede repetir en otros momentos de cambios en la vida laboral, estas son algunas recomendaciones que comparte la experta para enfrentar este y otros contextos.
● Reconocer: las relaciones sanas nos harán sentir nutridos, valorados, escuchados, respetados y seguros. Elija de forma intencional el tipo de amigos, colaboradores o compañeros quiere tener en su vida.
● Valide: cuando somos capaces de validar a otros, ayudamos a las personas a sentirse pertenecientes, creamos una intimidad más profunda y reducimos la probabilidad de escalar en los conflictos. En nuestras relaciones más
cercanas y en los momentos más importantes, aprenda a validar las experiencias de otros.
● Tome nota: si se centra en ser un solucionador de problemas, alguien que enfrenta desafíos con resiliencia y creatividad, eso es lo que será. Por el contrario, si se centra en “fallos” o contratiempos, su cuerpo y comportamiento responderán a ello, se sentirá desmoralizado y paralizado, atascado y desesperanzado.