Salud y Familia

Cómo sobrellevar el síndrome del nido vacío

El síndrome del nido vacío es una condición común de padres y madres de familia cuando sus hijos se van de casa. Acá le explicamos cómo puede enfrentar esta dinámica familiar.

Cuando los hijos e hijas deciden independizarse y dejar la casa de sus padres, estos últimos pueden experimentar pensamientos y sentimientos negativos profundos y prolongados como tristeza, soledad, incertidumbre e impresión de abandono. Esta sensación es denominada como Síndrome del nido vacío.

De acuerdo con la psicóloga Claudia Melville, aunque comúnmente se asocia al momento cuando el último deja el hogar familiar, también puede aparecer ante la ausencia de los hijos en etapas importantes de su desarrollo como el inicio del proceso escolar, comprometerse con un trabajo que lo aparte de casa, inversión de energía en amistades y compromiso en relaciones de pareja.

Aunque los padres de familia desean que sus hijos, en algún momento, sean independientes, aceptar emocionalmente el proceso es más complejo de lo que parece porque invierten la mayor parte de su energía en el desarrollo emocional y físico de sus hijos. Cuando se da una separación definida, experimentan el vacío al notar que ya no tienen a quién dedicar ese tiempo.

Síntomas

Marckus Rivera, psicólogo supervisor internacional en terapia racional emotivo conductual, opina que quienes padecen del síndrome del nido vacío tienen sensaciones de tristeza, soledad, abatimiento y percepción de abandono. Los síntomas se asemejan a la ansiedad y depresión, al no saber qué hacer sin sus hijos en casa.

El nivel de los sentimientos dependerá de cada persona, ya que para algunos es más fácil aceptar la decisión de sus hijos y adaptarse a esa situación, entendiendo que es una nueva etapa de vida para ambos -padres e hijos- y que se debe enfrentar de la mejor manera, pesando positivo.

Pero cuando no sucede, los adultos sufren este cambio como una pérdida o abandono. En esta ocasión es cuando deben tomarse ciertas medidas que ayuden a superar la situación y a prevenir que los síntomas terminen en depresión severa.

¿Frecuente en padres o madres?

Según Melville, el sentimiento puede presentarse en ambos sexos. Será más frecuente en la persona que haya estado más cercana físicamente y que haya dedicado cuidados concretos a los hijos. Por ejemplo, si el padre ha estado involucrado en el sostén financiero, pero ha tenido una relación más estrecha y ha fomentado vínculos significativos con sus hijos, es propenso a padecer del síndrome del nido vacío.

“Entre más vínculos pueda fomentar la madre y el padre, como pareja, más allá de sus hijos, el nido vacío será más tolerable. Es necesario que los padres puedan experimentar una vida de pareja fomentando una energía vincular entre ellos en paralelo a la vinculación con otros más allá de los hijos”, dice la profesional.

Cómo superarlo

La psicóloga considera que el nido vacío es parte de los aspectos de la paternidad-maternidad que siempre se hará presente, porque es inevitable sentir tristeza ante la separación de un hijo cuando se ha invertido energía, fantasía, proyectos e ilusiones, por lo que no se puede prevenir. Sin embargo, sí hay formas de sobrellevarlo.

Identifique sus sentimientos

Tanto para superar el síndrome del nido vacío, como cualquier problema, es importante identificar y expresar lo que siente, así como hablar con otros lo que le preocupa. Procure hablar con su pareja o con personas de confianza acerca de sus temores y de los sentimientos que tienen por la situación que vive.

Si considera que los pensamientos son muy negativos y que no tiene con quien compartirlos, los especialistas recomiendan buscar ayuda profesional, para que le ayude a aceptar el proceso que consiste en que sus hijos se vayan de casa.

Refuerce los sentimientos positivos

Al identificar sus sentimientos, no se asuste por las sensaciones que le provoca esta nueva dinámica familiar. Acepte su tristeza, pero refuerce los sentimientos positivos, como la alegría que le genera pensar que su hijo es capaz de independizarse. Que usted ha sido capaz de educarlo y criarlo para que pueda valerse por sí mismo en el mundo, ante cualquier situación que se le presente.

Además, el hecho de que se vaya de casa no significa que usted dejará de ser madre o padre. Usted podrá continuar en contacto con él o ella, incluso podrá mejorar su relación y comunicación entre ambos. Podrá buscar nuevas formas de satisfacer las necesidades de su hijo, siempre dándole su espacio y respetando sus decisiones. “Muchos consideran que los hijos son extensiones de los padres, pero en realidad son individuos que merecen ser independientes, así como usted lo fue alguna vez”, comenta Rivera.

Aceptación como individuos

Muchas personas consideran que, cuando sus hijos se van, su razón de vida ha terminado. Ya no qué hacer porque han estado dedicados al cuidado y crianza. Sin embargo, ahora es un buen momento para considerar que son individuos que, antes de ser padre o madre, tenían sueños e ilusiones que quizá no cumplieron.

Rivera comenta que es pertinente cuestionarse cuántos hijos se quedan en casa de sus padres porque realmente quieren, al hacerlo se darán cuanta que son pocos. “El hecho de que se vayan no significa que usted es un buen padre o una buena madre. Los hijos se van porque buscan cumplir sus sueños, pero eso no hace referencia que usted sea un impedimento para que lo logren. Debe comprender que usted vale como persona, como individuo, independientemente del tipo de paternidad que ejerció”, dice.

Aprender a valorarse y cuidarse usted mismo es una práctica que deberá llevar a cabo en esta etapa. Puede comenzar con hacer ejercicio o llevar una mejor alimentación. Además, dedique tiempo a sus grupos sociales como amigos o grupos que le llamen la atención, como club de lectura.

Refuerce su relación de pareja

Rivera recomienda usar esta nueva etapa para retomar su relación de pareja. Muchas veces las personas se dedican únicamente a ser padres o madres y descuidan la relación con sus cónyuges, por lo que ahora es un buen momento para retomar los acuerdos matrimoniales y “volverse a enamorar”.

Delimite actividades recreativas, en donde ambos tengan independencia, pero al mismo tiempo convivan. Por ejemplo, el fin de semana puede ir al cine, a comer o a pasear a sus lugares favoritos. Lo ideal es que ambos se descubran y acepten nuevamente como compañeros de vida, que busquen espacios de intimidad en su hogar y puedan disfrutar del momento juntos.

Adquiera pasatiempos

Muchas veces, las ocupaciones, el cuidado de la familia y las exigencias diarias no le permitieron tener tiempo para hacer aquellas actividades que realmente le agradan y le resultan placenteras. Ahora puede ser el momento para retomar esas actividades que tanto le gustan y dedicarse tiempo a usted mismo. Esto le ayudará mantener la mente ocupada evitando que los sentimientos de soledad y tristeza.

ESCRITO POR:

Andrea Jumique Castillo

Periodista de Prensa Libre especializada en temas de salud, bienestar y cultura, con 5 años de experiencia.

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