Los síntomas de la resaca incluyen cansancio y debilidad, sed y sequedad de boca excesivas, dolores musculares, de estómago y de cabeza, náuseas, vómitos y dolor estomacal, sensibilidad a la luz y al sonido, mareos o sensación de que la habitación gira, menor capacidad de concentración, alteraciones del estado de ánimo y taquicardia.
Cuando estos van en aumento se debe consultar inmediatamente a un médico porque pudo ocurrir una intoxicación alcohólica, que pone en riesgo la vida.
Entre los signos de esta se incluyen: confusión, vómitos, convulsiones, respiración lenta (menos de ocho respiraciones por minuto) o irregular (una pausa de más de 10 segundos entre las respiraciones, piel de color azulado o pálida, hipotermia y desmayo (pérdida del conocimiento) e imposibilidad de despertarse.
Causas
Son varios los factores que contribuyen a la resaca. Por ejemplo: el alcohol provoca que el cuerpo produzca más orina. A su vez, orinar más de lo normal puede llevar a deshidratación, que se manifiesta con sed, mareo y aturdimiento.
También ocurre que el alcohol desencadena una respuesta inflamatoria por parte del sistema inmunitario y este puede activar ciertos agentes que con frecuencia producen síntomas físicos, como incapacidad de concentración, problemas con la memoria, menos apetito y falta de interés en las actividades habituales.
El alcohol también irrita el revestimiento estomacal. Esta bebida aumenta la producción de ácido en el estómago y demora el vaciado estomacal. Cualquiera de estos factores puede causar dolor abdominal, náuseas o vómitos. A su vez, el alcohol puede provocar un descenso de la glucosa sanguínea, lo cual provoca cansancio, debilidad, temblores, alteración del estado de ánimo y hasta convulsiones. Asimismo, provoca dilatación de los vasos sanguíneos, lo cual incide en dolores de cabeza.
Las bebidas alcohólicas tienen unos ingredientes llamados congéneres, que les dan su sabor y contribuyen a la resaca. Los congéneres están concentrados en cantidades más grandes en las bebidas alcohólicas oscuras, como el brandy y el whisky de Bourbon, que en las bebidas transparentes como el vodka y la ginebra.
Los congéneres aumentan la probabilidad de tener resaca o la intensidad de esta. Sin embargo, beber demasiado alcohol, del color que sea, siempre puede hacerle sentir mal al día siguiente.
“El tiempo todo lo cura”
La única cura para la resaca es el tiempo, pero mientras, puede ayudar beber sorbos de agua o de jugo de fruta para evitar deshidratarse; resistir la tentación de tratar la resaca con más alcohol porque eso solo les hará sentirse peores; comer algo ligero, por ejemplo, una dieta blanda con tostadas y galletas saladas puede mejorar la glucosa sanguínea y un caldo puede ayudar a reemplazar la sal y el potasio perdidos.
También se sugiere tomar un analgésico. Una dosis estándar de algún analgésico de venta libre puede aliviar el dolor de cabeza; sin embargo, la aspirina puede irritar el estómago.
También puede aliviar el malestar, y según la tolerancia de cada persona, con comer dos manzanas (una cada hora) para “asentar” el estómago; ingerir agua de plátano o jugo de naranja, porque contienen cantidades importantes de potasio; tomar alimentos blandos o consomés, sopas y bebidas naturales sin leche que el aparato digestivo pueda retener.
Salir a caminar con paso firme durante unos 45 minutos, también ayuda en la recuperación.
Desde luego, prevenir es mejor que curar. Pero una de las maneras de evitar la resaca es no tomar con el estómago vacío. Algunos beben un vaso de leche antes de ingerir bebidas alcohólicas, ya que la leche disminuye la absorción de alcohol. Si sigue este consejo, bebe moderadamente y alterna las bebidas etílicas con refrescos, evitará la resaca.
Factores de riesgo
- Toda persona que bebe alcohol puede tener resaca, pero algunas son más propensas que otras.
- Una variación genética que afecta cómo se metaboliza el alcohol puede hacer que algunas personas se ruboricen, suden o vomiten después de beber aunque solo en poca cantidad.
Factores que agravan la resaca
- Beber con el estómago vacío. Cuando no hay alimento en el estómago, el alcohol se absorbe más rápido.
- Consumir otras drogas, como nicotina, junto con el alcohol. La combinación del alcohol con el tabaco parece aumentar la probabilidad de despertarse con resaca.
- No dormir bien o lo suficiente después de beber.
- Tener antecedentes familiares de alcoholismo.
Aproximadamente el 10% de las personas que consumen bebidas embriagantes se vuelven alcohólicas. Por ello es importante que en estas fechas usted y su familia las eviten.
Nada nutritivo
La licenciada Mariela del Carmen Taracena, experta en nutrición, explica que este tipo de bebidas contienen alcohol, específicamente etílico (etanol), el que no proporciona beneficios nutricionales al organismo; por el contrario aporta las llamadas “calorías vacías”, promoviendo así el exceso de peso.
Las bebidas alcohólicas, a diferencia de cualquier alimento, atraviesan directamente las paredes del estómago, provocando inflamación en el páncreas y los intestinos, así como la mala absorción de los nutrientes, particularmente la tiamina, vitamina B12, B1, ácido fólico y ascórbico.
Cuerpo ebrio
Según el Manual Merck Sharp & Dohme, el alcohol no es metabolizado por el intestino delgado, ni por el hígado sino absorbido, por lo que sus valores en la sangre aumentan rápidamente.
na pequeña cantidad de alcohol se excreta por la orina o el sudor, sin ser modificado. La mayor parte se metaboliza en el hígado y aporta 210 caloría por cada 30 ml (7 cal/ml) de alcohol puro consumido.
Además esta bebida deprime inmediatamente las funciones cerebrales; la intensidad de este efecto depende de su valor en la sangre (a mayor cantidad, mayor alteración).
Taracena, agrega que el consumo excesivo de esta bebida aumenta la presión arterial y los triglicéridos; también se le asocia con lesiones del hígado, defectos congénitos (cuando se consume durante el embarazo), problemas psicosociales y con una mayor probabilidad para desarrollar varios tipos de cáncer como el de seno y garganta.
La resaca generalmente comienza de 12 a 24 horas después de que un hombre o mujer deja de consumir alcohol.
Muchas personas creen que con ingerir un café cargado se podrán reponer, pero lo más probable sea que acentúe el malestar pues la cafeína estimula la producción de orina, lo que hace que el cuerpo pierda fluidos y se deshidrate aún más.
El químico biólogo Armando Cáceres, explica que cuando hay resaca, las plantas naturales pueden ayudar a mejorar el malestar porque éstas devuelven al cuerpo los helectrolítros perdidos, principalmente el potasio.
Más consejos
Si sucumbió a la bebida, siga estos consejos.
- Un jugo de naranja al levantarse, aporta las vitaminas que el cuerpo necesita para recuperarse.
- Es importante ingerir alimentos suaves, que no agraven la irritación como el yogurt.
- Un poco de ejercicio y una ducha o baño relajante también lo ayudarán.
- Ingiera cereales, leche o alimentos que contengan vitamina B 1.
- Unas gotas de aceite de lavanda calman la fatiga, el dolor de cabeza y las náuseas.
- El jugo de tomate devuelve al organismo su vitalidad.
- Lo más importante, nada de alcohol, recuerde que ésta es una sustancia tóxica.
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