También puede requerirse de un psicólogo cuando tienen cambios bruscos como la muerte de un padre o familiar cercano, un cambio de casa o el divorcio de sus progenitores, agrega la psicóloga Jaqueline Lira.
La psicóloga María Inés Elgueta explica que con regularidad los niños llegan al psicólogo referidos de una institución educativa. La experta comenta además que la mayoría de problemas que recibe en su clínica se relacionan con una raíz emocional.
“Los niños enfrentan cierto abandono en su hogar, los padres están ausentes porque les dedican poco tiempo, y falta que sienta más el cariño y acompañamiento de los padres”, comenta Elgueta. Cuando falta la figura de los padres no existe quién ayude a los niños o los acompañe en el manejo de sus emociones.
Es en casa que también se aprenden los límites de lo que puede o no hacer y las consecuencias de las distintas acciones que tenga. “Si uno quiere que los niños estén emocionalmente sanos se tiene que invertir tiempo de calidad con ellos”, expresa Lira.
Cuando se juega junto a ellos se crea un vínculo de comunicación y se puede reconocer más sobre sus sentimientos, alegrías y temores.
La búsqueda de un profesional
Lilian Pérez, maestra y psicóloga con especialidad en psicología forense, explica que como mínimo antes de pensar llevar a un niño al psicólogo, los padres primero deberían ir de seis a diez terapias. “El niño es como la decodificación de los problemas en casa y de su contexto, mientras no esté identificado el ambiente tóxico que los niños puedan tener no será favorable ningún tratamiento”, dice Pérez.
Antes de trabajar con los niños es necesario revisar sus círculos primarios, la sociedad y la escuela. “Si no tenemos ese ambiente trabajado podríamos caer en un círculo en el que el niño aprende algo, pero al regresar al ambiente tóxico caerá en las mismas situaciones sin ver evoluciones”, asegura Pérez.
En este último caso los niños podrían caer de psicólogo en psicólogo creando una experiencia de victimización, sin avances.
Al momento de identificar un problema se sugiere buscar un psicólogo especializado al caso del niño. Por ejemplo, si enfrenta violencia sexual, el profesional debe tener experiencia en estos casos. Además, si el niño o niña ha pasado por una experiencia como estas y el abusador es hombre, debe buscarse el apoyo de una mujer para que el menor se sienta más cómodo.
De igual manera si los problemas son de aprendizaje, el experto tiene que estar alineado a este asunto y podría requerirse de un psicopedagogo, o bien, del área conductual cuando tiene problemas con la autoridad y otras condiciones relacionadas con su conducta.
Ambiente lúdico
No siempre se requiere de ir a una clínica y estar en cuatro paredes. Según el caso, algunos profesionales podrían llegar a los ambientes de confianza del niño, como en su casa o en un espacio más relajado.
“Un ambiente lúdico siempre es favorable. Algunas clínicas tienen resbaladeros y otros elementos para ayudar en el proceso”, dice Pérez. Las terapias siempre deben dignificar al niño y ser respetuosas con ellos.
Un psicólogo también debe reconocer e identificar cuándo el niño podría presentar sintomatología que esté derivado de alguna condición específica o trastorno mental, y requerir apoyo psiquiátrico en el que se sugieran medicamentos.
Por ejemplo, “la hiperactividad es un trastorno en el que se etiqueta a los niños, pero no cualquier niño inquieto es hiperactivo y no cualquiera requiere de fármacos o dietas especiales”, expresa Pérez. Antes de sugerir un tratamiento psiquiátrico se debe pasar por parámetros que midan grados de estrés, conocer al contexto del niño y acompañarse de análisis médicos para determinar si existe o no un trastorno.
Las terapias modernas están rescatando valorar al niño sin apagar su magia en la niñez, su creatividad y espontaneidad. “El contexto actual está anulando a los niños porque no se les está dejando ser porque se les satura en tareas de colegios, tiempos tan corridos, en las jornadas de estudio y esto podría afectarles”, agrega Pérez.
La experta hace énfasis en propiciar en los niños el juego libre donde ellos se expresen, juegue y se vuelvan creativos. “Estos espacios de libertad son necesarios, de lo contrario en unos año vamos a carecer de inventores, artistas y creativos”, concluye la experta.
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