“Desde diciembre del 2018 había comenzado a ahorrar y mi plan era viajar en junio de este año. Pero cuando se comenzaron a cancelar los viajes por la crisis sanitaria del covid-19 no lo podía creer, tanto esperar para saber que mi vuelo fue cancelado. Cuando me lo confirmaron me enojé mucho, lloré y culpé a todos, porque no podría cumplir mi meta”, relata la relacionista pública de 29 años.
Debido a la suspensión de su viaje, Irene se deprimió por varios días. Los sentimientos que tenía eran indescriptibles, un día estaba enojada, el siguiente, triste; luego decepcionada y desilusionada. Incluso, algunas veces sintió todos al mismo tiempo. Esta situación la llevó a pensar que nunca podría conocer México y que había perdido el dinero que por varios meses ahorró.
Irene asegura que, de todas las metas que se propuso para este año, la que más le afectó que se suspendiera fue ese viaje. Luego, el concierto de una banda de rock que visitaría Guatemala durante la Semana Santa. Ver cómo se esfumaron sus sueños le causó depresión, por lo que decidió buscar ayuda para aprender a “manejar sus emociones”.
Aceptar sentimientos
El hecho de que varias de las metas que se tenían planeadas hayan sido suspendidas por la crisis mundial no determina al ciento por ciento lo que sucederá después, afirma Cristabel Ramírez, doctora en psicología clínica. Es importante que se comprenda que esta es una suspensión y no una cancelación de los planes que se tenían en lista.
El primer paso para entender que únicamente se trata de aplazar los planes es cuidar la salud mental, por medio de la aceptación de los sentimientos que provoca el aplazamiento, como tristeza, enojo y decepción. “Para regularlos hay que identificarlos. Al lograrlo, comprenderá que es normal lo que siente, pero que ya no puede seguir sintiéndolo porque eso significaría estancarse y no pensar en el futuro. Es como darse por vencido”, comenta Ramírez.
Lo ideal es que los sentimientos negativos que ha provocado la situación se transformen en fortaleza, resiliencia y habilidades para una mejor planeación, estos le ayudarán a transformar su vida y que le sea más fácil la adaptación después de la crisis.
“Hay que vivir las emociones para que se puedan dejar ir y transformarlas en gestiones que nos ayuden a ser más fuertes. Ahora, en este tiempo, no se debe pensar en que no se pudieron cumplir las metas, sino en que se podrán lograr en los próximos meses”, dice la profesional.
Aprendizajes
Un error común que se puede cometer es tratar de entrenar la mente para pensar que después de la pandemia todo estará bien. Lo correcto es redescubrirse a uno mismo desde los nuevos aprendizajes que dejará esta etapa de la vida. Durante el confinamiento puede hacer una pausa de sus pensamientos habituales y tratar de encontrarse con usted mismo y conocerse mejor.
A criterio de Ramírez, la adaptación después de la pandemia no será inmediata, por lo que se requerirá ser más consciente de uno mismo y ser capaz de no huir de los sentimientos que provoca cualquier situación. Saber que todo lo que sentimos es válido, ayuda a vivir mejor los sueños y sentirnos más plenos.
Según Juan Carlos Guerra, coach de vida, el redescubrimiento de uno mismo se logra al aprender a escuchar los sentimientos y pensamientos. Por ejemplo, determinar qué le hace sentir una acción o situación, identificar qué le causa ansiedad o incomodidad y qué ha estado haciendo durante mucho tiempo cuando realmente no le causa placer o bienestar. El profesional etiqueta estas acciones como “automáticas” que la mayoría de las veces se llevan a cabo por presión social.
Para identificarlas recomienda escribir todos los días, antes de dormir o en un momento libre durante la tarde, cómo se siente. Hacer un listado de las actividades que ha hecho y colocar al lado los sentimientos que le provocan. Luego de nombrar cada uno de sus sentimientos, lo cual no logrará en un día, sino poco a poco, puede replantearse las metas que tenía y determinar si realmente las desea cumplir o eran “acciones automáticas”.
“Al educar y transformar la mente, aprendiendo a escucharse y llegar a una profunda reinversión personal automáticamente se analizarán las metas que tenía, porque probablemente ya no será el mismo”, dice Guerra. Es importante aclarar que con replantear las metas no significa eliminar algunas, sino también cambiar prioridades. Por ejemplo, si antes deseaba bajar de peso antes de continuar con sus estudios, como un posgrado, ahora puede considerar que es más importante el segundo y al salir del confinamiento, buscará opciones para continuar su superación académica.
Durante esta crisis, según los expertos, todas las personas tienen la oportunidad de conocerse a sí mismas para lograr adaptarse a los cambios y salir adelante ante cualquier circunstancia.
Agradecimiento
Luego de cuidar la salud mental y generar nuevas capacidades en usted, continúa hacer cambios en su humor, para aceptar el presente de la mejor forma y sin drama. “Esto es algo que se logrará con el tiempo. Si ya entendimos que las metas solo están en pausa, tendremos mejor cara al futuro, porque solo se alargó el tiempo y está en nosotros reformar esa meta y cumplirla en los próximos meses”, indica Ramírez.
Estos pensamientos generan autocuidado en cada uno, una protección que “blinda” la mente de pensamientos como “no pude”, “no podré” o “ya no vale la pena”. Si considera que los planes le causarán satisfacción, vale la pena luchar por ellos, aunque el mundo que espera afuera ya no sea el mismo.
“Al salir de la crisis, vamos a ir a conquistar nuestra nueva vida, la cual, probablemente requerirá más tiempo y lo que teníamos planeado para este 2020 quizá ya no lo hagamos en ese lapso, pero tenemos el próximo año para hacerlo. Ese humor y aceptación al cambio, es lo que nos permitirá reencausar las metas y cumplirlas”, enfatiza Ramírez.
La profesional recomienda cerrar la experiencia de cambio con un duelo, en donde se permita a usted mismo llorar, enojarse y perdonar los cambios negativos que tuvo.
Escribir una carta de despedida a esta experiencia, enfatizando el aprendizaje logrado, hará que los próximos planes los vea como nuevos y los pueda disfrutar más, porque serán los “sobrevivientes” de esta crisis.
“Luego de replantearme cómo estaba tomando la situación, me di cuenta de que tenía nuevas oportunidades. De la aerolínea me llamaron y reagendé mi viaje para junio del 2021, también llegué a una solución con el Airbnb que había reservado. Ahora lo veo como una oportunidad para ahorrar más e ir a mejores y más lugares en México el próximo año. Entendí que nuestras metas solo necesitan otro enfoque para seguirlas cumpliendo al terminar la crisis”, relata Irene.