Usar antibióticos, sobre todo cuando son de amplio espectro, puede dañar la flora intestinal, debido a que la función del medicamento es eliminar las bacterias del cuerpo, pero este no distingue entre las buenas y las malas para el organismo.
Por lo tanto, al consumirlo se crea una alteración sobre la flora intestinal, porque además de combatir las bacterias que provocan una infección, también elimina algunas favorables para el cuerpo. Esta alteración puede llevar meses o años en volverse a equilibrar.
De acuerdo con el cirujano endoscopista Héctor Luna, el proceso de absorción del medicamento se inicia en el estómago. Cuando la pastilla se deshace, el antibiótico puro entra en contacto con la mucosa y disminuye las barreras naturales de agua y bicarbonato que tiene encima para protegerse, entonces deja expuesta la mucosa y es cuando ingresa el ácido del estómago y provoca molestias como náusea y diarrea.
Luna comenta que antibióticos como metronidazol y claritromicina son gastrolesivos y en la mayoría de las personas causa problemas secundarios. Por su parte, lo que se consideran libre de problemas son las penicilinas como la amoxicilina, que son inocuas al estómago.
Además de los antibióticos que son administrados vía oral, existen los que se suministran inyectados. Estos no provocan ninguna lesión al sistema digestivo ya que no pasan por allí. “Además, la distribución es más rápida, va a pegar más rápido a concentraciones de sangre”, dice el profesional.
Síntomas
Cuando un antibiótico causa daños en la flora intestinal, uno de los principales síntomas pépticos es el dolor en la boca del estómago, que indica una gastritis. También se padecen náuseas, vómitos, diarrea y, en algunas ocasiones, sangrado en las heces.
“Es importante prestarle atención al color de las heces cuando hay sangrado porque su color nos dice en dónde se ha originado. Es decir, si son negras, el sangrado viene de arriba del estómago o esófago. Cuando son rojas es porque el sangrado es cerca del colon”, dice Luna.
De acuerdo con el profesional, no existen características determinadas para indicar que una persona podría padecer estos síntomas al tomar antibióticos. Básicamente los médicos, al decidir el antibiótico que recetarán, colocan en una balanza el riesgo y beneficio que la medicina implica.
Es decir, analizan si es mejor que el paciente padezca por momentos cortos de náusea o diarrea, provocados por el antibiótico; o que continúe la infección y provoque problemas más serios. Es importante considerar que todos aquellos que han padecido alguna enfermedad gastrointestinal son más propensos a sufrir estos problemas. Sin embargo, existen algunas formas en las que puede fortalecer la flora intestinal y el sistema digestivo.
Cómo proteger el Sistema Digestivo
Debido a que los antibióticos eliminan las bacterias del organismo, lo más recomendable es consumirlas para reducir la probabilidad de padecer de los síntomas antes mencionados. Así como tener una buena actividad física y alimentación balanceada.
Antiácidos
El ácido del estómago ayuda a la digestión de los alimentos, invade la mucosa y crea molestias en el sistema digestivo, por lo que una de las recomendaciones es consumir antiácidos mientras se regula la flora intestinal.
“Si usted está tomando metronidazol o claritromicina lo más recomendable es tomar antiácidos o sucralfato, para proteger el estómago y que no se lastime. El sucralfato es una suspensión que al tomarlo protege la capa mucosa del estómago, haciendo una capa protectora para que no se erosione o que no cause ulceras”, dice Luna.
El médico indica que se recomienda consumir antiácidos cuando se ha recetado el uso de antibióticos por un largo tiempo. Entre los más recomendados se encuentra el esomeprazol o pantoprazol.
Probióticos
Los probióticos son alimentos que contienen microorganismos que habitan normalmente en los intestinos. De acuerdo con la nutricionista Jessica García Porres, estas bacterias buenas ayudarán a disminuir los efectos secundarios de los antibióticos, por lo que deben ser tomadas algunas horas después del medicamento para evitar que sean eliminadas.
“Por ejemplo, el yogur, usted lo consume después de su antibiótico. En la próxima pastilla que deba tomar, cuando se disuelva en su estómago, este órgano tendrá una capa de yogur que reforzará el tejido gastrointestinal”, dice García Porres.
El yogur es uno de los alimentos que más probióticos tiene, de preferencia el natural, sin azúcar ni colorantes, también el kéfir, bebida que se obtiene de la fermentación de un hongo que se parece a la coliflor y se agrega agua.
Los alimentos encurtidos, como las aceitunas y los pepinillos, también aumentan la biodiversidad intestinal, incluyendo levaduras y bacterias lácteas que recibe valor nutricional. Según los expertos, a lo que hay que prestarle atención es al consumo de sal, para que no resulte perjudicial para la salud.
Prebióticos
Los prebióticos ayudan a la proliferación y crecimiento de las bacterias buenas. De acuerdo con el portal Mayo Clinic, estos son alimentos que se utilizan con la intención de mejorar el equilibro de las bacterias buenas en nuestro organismo.
La ventaja de estos microorganismos es que se encuentran en alimentos con alto contenido de fibra y almidón resistente, como el plátano, espárragos, cebolla, ajo y alcachofas, que resulta fácil incluirlos en la alimentación. Los carbohidratos que poseen no son digeribles por el cuerpo, entonces pasan a convertirse en alimento para las bacterias y otros microbios saludables.
Muchos de los alimentos prebióticos son fibras dietéticas por lo que es recomendable su consumo moderado para evitar hinchazón.
Alimentación balanceada
Una alimentación balanceada y variada le asegurará tener menos posibilidades de padecer efectos secundarios de los antibióticos, porque su sistema digestivo estará fuerte y tendrá suficientes defensas para continuar combatiendo las bacterias.
García Porres indica que, mientras toma antibióticos, no es recomendable el consumo de alimentos irritantes como el chile, grasa en exceso, lácteos y huevos. Es importante que cuide su alimentación desde el primer día que consume el medicamento.
La profesional recomienda que mientras se esté en tratamiento, lo recomendable es no consumir críticos, bebidas alcohólicas, carbonatadas, café y jugos en salsa porque podrían disminuir el efecto del antibiótico.
Contenido relacionado
>Estudio revelará qué microbios se han hecho resistentes a los antibióticos en el occidente
>Por qué es tan difícil desarrollar nuevos antibióticos
>¿Qué puede causar el consumo excesivo de medicamentos para el dolor de cabeza?