Salud y Familia
Cómo mantener nuestro hogar libre de ruido visual
Uno de los primeros pasos para simplificar nuestra vida, y mantener nuestro hogar y mente en calma, consiste en reducir la presencia en nuestra casa del denominado ruido visual.
Los hogares desordenados y llenos de objetos generan estrés, por lo que se propone simplificar, ordenar y decorar, adaptando los espacios a las necesidades de cada persona. (Foto Prensa Libre: Freepik)
Después de trabajar varios años en redes sociales, Marina Cabero se dio cuenta de que el tipo de contenido que suele funcionar, el público pide y se hace viral suele ser aquel que proporciona instrucciones o trucos para hacer una determinada cosa, de forma rápida, sencilla y sin esfuerzo.
Por eso, los vídeos de orden, limpieza y rutinas del hogar han estado y siguen estando en pleno auge y atraen a millones de personas, dado que muchos de nosotros nos vemos atrapados en el consumismo descontrolado y acabamos con hogares descontrolados de los que somos esclavos, asegura.
“Y cuando detectamos que esto nos estresa y nos pone de mal humor, buscamos soluciones prefabricadas que no nos funcionan ni nos encajan, basadas en autoexigencias de perfeccionismo, productividad tóxica y ‘listas de todo lo habido y por haber’, que se imponen otras personas a sí mismas”, según explica.
Cabero propone aplicar a nuestro hogar el concepto de “vivir sin instrucciones”, es decir “como nosotros queremos, según nuestros valores, creencias y normas, haciendo lo que creemos conveniente, que se adapte a nosotros y a nuestro momento vital en lugar de seguir los dictados de los demás”.
Asegura que todo esto requiere detenerse, ver qué está pasando en nuestra vida y, a partir de esa consciencia, empezar a cambiar esos hábitos que ahora mismo no están funcionando.
“Es un proceso que tiene mucho que ver con el autoconocimiento y crecimiento personal, pero nada que ver con las imposiciones y las instrucciones rígidas”, enfatiza.
Simplificar, ordenar y decorar
En lugar de seguir interminables normas y rutinas ajenas “estrictas y autoexigentes, de buscar la perfección en el hogar, de estar luchando todo el tiempo para tenerlo todo limpio o de agobiarse con más tareas de limpieza interminables, Cabero propone adoptar de tres simples hábitos, hechos a nuestra medida y circunstancias: “simplificar, ordenar y decorar”.
Su propuesta se sustenta en algunas certezas que no duda que los lectores de su último libro, centrado precisamente en esos tres hábitos, terminarán por compartir al analizar sus razonamientos.
Una de esas certezas es que “reducir revoluciones y vivir más despacio te ayudará a tener un espacio sencillo de mantener, que esté para lo que necesites, sin etiquetas ni normas estrictas”.
Cabero también está segura de que “conseguir que nuestra casa se convierta en nuestro refugio soñado y que fomente el bienestar emocional y la calma mental, depende de que nos preguntemos cómo queremos vivir y de que consigamos un hogar que nos sirva a nosotros y a nuestra familia”.
Explica que el primero de los tres hábitos, simplificar, requiere plantearse “tener menos cosas en vez de buscar más rincones donde para guardar más cosas”, y tomar consciencia de “la cantidad de objetos que guardas en cajones, armarios, cajas, garajes o trasteros y que ni siquiera recuerdas tener”.
“Piensa un momento en la utilidad de esos objetos: ¿Los usas a menudo? ¿Los has heredado y te desagrada deshacerte de ellos? ¿Los tienes duplicados en gran medida? ¿Están abandonados en un rincón por si acaso? ¿O están guardados en el fondo de un cajón que ni siquiera recuerdas?” interpela al lector.
Todos esos objetos que sobrecargan la vista, producen sensación de desorden y que no están en armonía ni trasmiten paz, conforman en conjunto lo que en el ámbito de la decoración se conoce como ‘ruido visual’, según explica Cabero.
Mantener un hogar desordenado, con demasiadas cosas y con ruido visual tiene mucho que ver con como nos sentimos en nuestra casa. Vivir en un espacio caótico, día tras día, nos abruma y sobreestimula fácilmente nuestro cerebro, contribuyendo a generar estrés y ansiedad, destaca.
Esta especialista sostiene que mantener bajo control el ruido visual resulta crucial para conseguir un hogar que además de estar ordenado y ofrecer una sensación de amplitud, también transmita calma y armonía a quienes viven allí.
Recibidor: un punto conflictivo
El recibidor es un punto conflictivo de ruido visual, porque allí se acumula de todo: chaquetas, bolsas, gafas, mochilas, llaves, accesorios, correo, zapatos, según explica en un pin de la red Pinterest.
“Para tener una sensación de paz cuando llegues a casa, te recomiendo tener puntos donde puedas esconder y camuflar ese ruido visual y que sean muy fáciles de utilizar para toda la familia: cestas o cajas, colocados dentro o sobre un único armario cerrado, todo ello de colores claros y relajantes”, añade.
En el recibidor, “mantén las superficies horizontales lo más despejadas posible” y “usa un zapatero cerrado o un armario con puertas o cajones para guardar los zapatos y objetos de uso diario de la familia”, recomienda.
Y esa es precisamente una de las claves para mantener el ruido visual y el desorden bajo control en general: quitar los objetos de la vista y guardarlos “en cestas o muebles multifunción que sirvan para almacenar”, según explica.
Además del recibidor, otros ‘puntos calientes’ que atraen el desorden y la acumulación de objetos son las superficies horizontales (mesitas, mesas, consolas, escritorios, suelo, sillas, escaleras, encimeras), señala.
Simplicidad en la cocina
Para empezar a simplificar, Cabero recomienda efectuar una primera ronda de identificación y prevención del ruido visual, consistente en recorrer la casa, estancia por estancia, eliminando todo aquellos que resulte molesto para nuestro bienestar.
Describe algunas ideas concretas que podemos aplicar en la cocina, “adaptándolas a nuestra rutina, necesidades y momento vital”, como ejemplo de las propuestas que efectúa en su libro ‘Simplifica, ordena y decora’ y explican como eliminar el ruido visual en salón, baño, dormitorios, lavadero y recibidor.
- Reduce la decoración al máximo, ya que es un espacio que en nuestro día a día se llena de cosas y se desordena.
- Mantén la encimera despejada y guarda los pequeños electrodomésticos y utensilios en armarios y cajones.
- Sustituye las botellas que deben estar a la vista por dispensadores que se integren estéticamente con la decoración.
- Evita llenar la puerta de la nevera de imanes y papeles.
- Evita poner envases, paños o cajas llamativos, así como vasos, tazas y piezas de vajilla, en los estantes y armarios a la vista.
- Utiliza contenedores opacos e iguales para almacenar los alimentos con envases llamativos, y transparentes para los productos secos (especias, cereales, legumbres, pan rallado).