Eso es lo que ha estado tratando de entender durante los últimos 20 años la científica del comportamiento de la Universidad de Nueva York Emily Balcetis.
“El problema no es necesariamente nuestra motivación, porque incluso cuando estamos motivados, se nos dificulta“.
La investigación ha descubierto que parte del problema es la forma en que vemos el mundo que nos rodea.
“No nos damos cuenta de que nuestros ojos -que creemos que nos dicen la verdad sobre la forma en que realmente es el mundo- son en realidad parte de la razón por la cual no estamos caminando lo suficiente o no estamos corriendo tan lejos como queremos, o estamos renunciando a nuestras metas antes de haberlas logrado”.
¿Por qué las personas encuentran el ejercicio más difícil que otros?
“En el curso de tratar de entenderlo, hablé con un grupo de atletas olímpicos y les pregunté: ‘¿qué estás mirando cuando estás corriendo hacia la línea de meta?’.
“Pensé que serían consumidores maestros de su mundo visual, que le prestaban atención a las personas contra las que estaban compitiendo, mirando hacia adelante y atrás… pero me equivoqué.
“Lo que hacen es mantenerse enfocados en la línea de meta.
Y me pregunté, ¿podemos aprender los que no somos atletas olímpicos a hacer lo mismo y puede eso ayudarnos a mejorar la calidad de nuestro ejercicio?”.
A prueba
La doctora Emily Balcetis diseñó un estudio en el que dos grupos de voluntarios tenían que caminar rápidamente hasta una meta con pesas de tobillo.
El primero era el grupo de referencia. Se les dijo que caminaran como lo harían normalmente.
El segundo era el grupo de intervención, que fue entrenado para mantener sus ojos enfocados únicamente en la línea de meta.
“Les dijimos que trataran de no mirar a su alrededor, que imaginarán que había un foco brillando justo en esa línea de meta, como si tuvieras anteojeras puestas y todo lo que puedes ver es a dónde estás tratando de ir”.
Antes de la prueba, le pidieron a ambos grupos que estimaran la distancia a la línea de meta.
El grupo de intervención calculó que estaba un 30% más cerca que el grupo de referencia.
Y después de la tarea, el grupo de intervención llegó más rápido.
“Su ritmo aumentó en un 23% y, lo que es más importante, dijeron que no dolió tanto, un 17% menos.
“No había nada distinto en la prueba, lo que había cambiado era su mentalidad“.
Enfoque mental
El estudio de Balceti indica que el enfoque visual y el enfoque mental están conectados. Significa que la percepción de las personas sobre el ejercicio se puede cambiar para que se vea y se sienta más fácil.
“Al enfocar estrechamente su atención visual, la gente pensó: ‘Este ejercicio no será tan difícil. Soy capaz de a la meta muy rápidamente. Creo en mí mismo’.
“Ese cambio en el enfoque visual generó un cambio en su enfoque mental y sus autoevaluaciones de su capacidad para hacer este ejercicio”.
“Lo genial es que esta táctica pueda funcionar independientemente de si la gente ya está en forma o no”.
Es posible que tú hayas usado esa táctica del enfoque visual estrecho sin darte cuenta.
“Tal vez practiques ballet o yoga y muchas de las sugerencias para mantener el equilibrio, para poder mantener posiciones que no son naturales, es enfocarte visualmente en un objetivo.
“Si no lo haces, y estás en el ballet, te vas a marear mientras giras. Si lo haces en yoga y no te enfocas en un objetivo, te vas a caer”.
Así que en realidad hay muchos casos en los que practicamos este tipo de enfoque visual, y descubrimos que mejora nuestro rendimiento.
Herramienta
Pero mantener el enfoque visual durante largos períodos puede ser difícil.
Esta no es una estrategia que funciona a lo largo, por ejemplo, de una carrera de 5 kilómetros, porque también puede ser agotadora.
“De hecho, lo que encontramos es que hay un punto óptimo para usarla: cuando estás fatigado, en ese momento en el que estas por decidir si vas a tirar la toalla o vas a seguir adelante, y cuando necesitas ese último empujón para cruzar literalmente la línea de meta.
“Algunos de los que corren más rápido o más lejos, cambian de manera flexible entre un enfoque visual amplio y un enfoque visual estrecho, y lo estrechan cuando necesitan un poco más de energía.
“Un foco de atención reducido es una herramienta”.
Pero para que esta herramienta funcione, la persona debe querer hacer ejercicio.
“Para quienes no tenían objetivo, cuya motivación estaba en el piso, esta táctica no funcionó, así que no es mágica.
La importancia de la mente
Cuando se trata de estar en forma, tu mente puede ser tan importante como tus músculos.
“Eso se ha estudiado mucho. El trabajo que han realizado mis colegas de la Universidad de Nueva York muestra que cuando creemos que algo es imposible, hay cambios legítimos reales en nuestro cuerpo“.
“De hecho, la presión arterial sistólica baja”.
“La presión arterial sistólica es un marcador fisiológico de nuestra mentalidad psicológica.
“Cuando nos estamos preparando para hacer algo difícil, la presión arterial sistólica aumenta en anticipación.
“Cuando empezamos a decirnos a nosotros mismos ‘esto es imposible’, la presión arterial sistólica va disminuyendo: ese indicador fisiológico de la disposición de nuestro cuerpo a actuar se está apagando”.
Entonces, ¿solo necesitas ver literalmente las cosas de manera diferente?
“Absolutamente, es posible cambiar la forma en que vemos el mundo. Podemos hacerlo simplemente pensando concienzudamente: ‘qué estoy viendo en este momento’.
“Puedes enseñarte a ti mismo a hacer eso, y puede tener resultados realmente dramáticos”.
Este artículo es una adapatación del video “How to make exercise feel easier” de BBC Reel.
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