En los últimos años, la modalidad de trabajo home office cada vez se ha vuelto más común. Y aunque es algo que tiene muchas ventajas, también nos presenta retos, especialmente para la salud mental y física.
Estar en casa la mayor parte de nuestro tiempo nos inclina a caer en el sedentarismo, y este es una clave determinante para el sobrepeso.
Es por eso que en el siguiente artículo, aprenderemos un poco más acerca de este problema y cómo lograr evitarlo.
Las consecuencias del sedentarismo en la salud
Si hay algo que caracteriza al estilo de vida de la actualidad, es que las exigencias en el campo laboral y personal se han vuelto mucho más demandantes.
Esto ha traído como consecuencia que una gran parte de la población mundial centre sus esfuerzos en la búsqueda constante de mayores ingresos para cubrir con el costo de la vida.
Inevitablemente, esto trae como consecuencia que las personas estén expuestas a un enorme agotamiento físico y emocional. Y si se le suman muchas de las facilidades que brinda la tecnología, es difícil que no terminemos por descuidarnos.
La falta de actividad y la procrastinación, dos actitudes propias del sedentarismo, son dos elementos que pueden hacer que una persona llegue a padecer sobrepeso.
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Pero más allá de que la vida moderna nos incentiva a caer de lleno en esta tendencia, recientemente se ha sumado otro factor importante dentro de la ecuación.
Últimamente nos hemos acostumbrado a pasar más tiempo confinados en casa, y esto hace que resulte más complicado encontrar la motivación para mantenerse activos. Sin mencionar que entre los síntomas más comunes de la fiebre de cabaña, se encuentran la ansiedad y la depresión.
Es durante este tipo de situaciones cuando es más importante intentar conservar una mentalidad positiva y hacer que la creatividad y el ingenio jueguen a nuestro favor.
Debemos intentar que el impulso salga de nosotros mismos y aumentar nuestra motivación a iniciar con un estilo de vida mucho más sano.
Sobrepeso: Los efectos secundarios del home office
En los últimos años, el home office se ha convertido en una buena manera de desarrollar nuestra vida productiva de una forma cómoda y adaptada a la modernidad.
Sin embargo, este fenómeno también ha traído como resultado un incremento considerable de sobrepeso. Especialmente en los países más desarrollados, donde el acceso a la comida chatarra y poco saludable resulta más sencillo.
Algo natural en la dinámica laboral, es que el trabajador suele estar expuesto a cierto nivel de estrés.
Independientemente que el trabajo se realice en una oficina o en el hogar, se deben cumplir con los plazos de entrega y asumir ciertas responsabilidades.
Una de las grandes facilidades que brinda el teletrabajo, es que la persona tiene la posibilidad de administrar las horas que dedica a su labor. Sin embargo, esto también podría representar un problema a mediano y largo plazo.
Es habitual que muchas personas que trabajan a distancia tiendan a sacrificar horas de sueño para culminar con el trabajo asignado.
A medida que esto se va convirtiendo en algo recurrente, el estado de salud empieza a afectarse. Debido a que una persona que no duerme adecuadamente tiende a estresarse con mayor facilidad.
Y con base en esto, se termina por crear una dependencia hacia ciertas cosas o estímulos que generan placer.
Cuando hablamos de los excesos a los que tienden a incurrir las personas que sufren estrés, los relacionados con la comida están entre los más comunes.
Al recurrir a la comida como un refugio para escapar de su estado de ansiedad, inevitablemente la persona no tardará en ceder a hábitos pocos saludables. Como por ejemplo, alimentarse sin controlar las porciones.
Como si esto fuera poco, el home office también puede convertirse en una actividad que lleve a la persona a caer en el sedentarismo.
Es importante que quien trabaje desde casa sea capaz de diseñar y ajustarse a un horario. De lo contrario, terminará creando una dependencia poco sana hacia el trabajo y gastará mucha energía que puede enfocar en otras actividades.
No podemos ignorar que existe la otra cara de la moneda, aquellos para quienes el trabajo es la excusa perfecta para no moverse de donde se encuentran.
Tener otras responsabilidades, es una de las excusas más utilizadas por las personas para no dedicarle tiempo de su día a otras actividades más saludables. Por ejemplo, compartir con otras personas, preparar comidas con menos aceites o dedicar un tiempo a hacer ejercicio.
Los riesgos del sobrepeso en la salud
El sobrepeso es una condición que con el tiempo afectará de manera muy negativa la salud del paciente y todo su estilo de vida.
Se ha demostrado científicamente que para que un individuo pueda disfrutar de una vida más plena y próspera, debería mantenerse en un peso estable y sano.
Para calcular el sobrepreso, se usa el Índice de Masa Corporal (IMC), un sistema que calcula el peso ideal de una persona basándose en su edad y estatura.
Un cuerpo que soporta mucho peso, es un organismo cuyas funciones deben trabajar al límite para poder mantener a la persona con vida.
Las articulaciones y el sistema cardiovascular son algunas de las partes de nuestro cuerpo que sucumben con mayor facilidad ante un incremento considerable de la masa corporal.
Estadísticamente, está comprobado que las enfermedades cardíacas son algunas de las causas de muerte más frecuentes de las personas con sobrepeso. También los trastornos de las articulaciones como la osteoartritis son sumamente comunes en estos pacientes, todo como resultado del peso excesivo.
Pero sin ninguna duda, uno de los padecimientos médicos a los que las personas con sobrepeso son más vulnerables, es a la diabetes.
Muchos estudios han demostrado que el exceso de masa corporal genera en el organismo un desequilibrio hormonal, el cual impide usar la insulina de forma adecuada. Este es el principal síntoma que manifiestan las personas con diabetes tipo 2, la variante más común de esta enfermedad.
Consejos para evitar el sobrepeso
El sobrepeso es uno de esos trastornos para los que lamentablemente la ciencia moderna aún no ha logrado conseguir una cura definitiva.
Pero esto no quiere decir que debamos resignarnos a esta condición.
La prevención, la disciplina y llevar un control estricto de lo que ingerimos, son la mejor forma de hacerle frente a esta enfermedad. Todo esto inicia cuando tomamos seriamente la decisión de empezar a cambiar cosas importantes en nuestra rutina y estilo de vida.
Cuando una persona realmente está comprometida a cambiar sus malos hábitos, notará que el nivel de dificultad por lograrlo disminuye, o al menos ya no parece algo imposible o inalcanzable.
En el caso específico del sobrepeso, el individuo debe estar enfocado en hacer cambios en su alimentación y reservar tiempo para la actividad física.
Para muchos esto podría parecer algo más fácil de decir que de realizar. Pero lo cierto en este tema, es que el error más común de muchas personas es asociar el ejercicio y el comer sanamente con sacrificio y la abstinencia.
Algo que tienen en común todas las personas con sobrepeso, es que incurren en el abuso de comidas abundantes en grasas saturadas y azúcares.
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Y si a esto le sumamos la apatía hacia el ejercicio, que es característica de las personas sedentarias, entonces nos encontramos ante una persona que inevitablemente terminará por experimentar un aumento considerable en sus niveles de masa corporal.
La mayoría de los hábitos que nos ayudan a conservar nuestro peso ideal no son tan complicados como podrían parecer. A continuación, compartimos un listado con los cambios puntuales que se pueden realizar para evitar el sobrepeso.
Consumir alimentos con bajo índice glucémico
Cuando hablamos del índice glucémico, nos referimos a un método científico el cual permite evaluar la cantidad de azúcar en el torrente sanguíneo.
Las harinas, los carbohidratos y el azúcar procesado encabezan la lista de alimentos con alto índice glucémico. Por lo tanto, es importante consumir los mismos de forma moderada, en cantidades reducidas y a horas específicas del día.
Algo que podemos hacer en este punto, es reducir drásticamente nuestro consumo de bebidas carbonatadas con alto contenido de azúcares y saborizantes artificiales.
Consumir pescado, carne y soja
El pescado, las carnes magras y las proteínas puras que se pueden obtener de granos como la soja son los mejores aliados para luchar contra el sobrepeso.
Las proteínas no solo aportan menos calorías y están cargadas de nutrientes esenciales para complementar nuestra dieta; sino que también las mismas se digieren lentamente dentro del organismo. Por lo tanto, aportan una sensación de llenura que permite controlar mejor los ataques de hambre.
Evitar las calorías vacías
Es importante evitar en lo posible el consumo recurrente de alimentos repletos de azúcar y grasas saturadas para conservar nuestro peso ideal.
Ordenar comida puede parecer una buena alternativa para no tener que cocinar, pero es la decisión menos saludable que se puede tomar. La mayoría de los menús y opciones de comida rápida, están repletos de platillos abundantes en calorías vacías y grasas sobresaturadas.
Las frituras, los dulces y los postres a base de harina o leche, también se encuentran dentro de la lista de alimentos con poco o ningún valor nutricional.
Hacer ejercicio
Mantenernos activos es fundamental para garantizar la oportunidad de disfrutar de una vida mucho más larga y saludable. Pero esto no quiere decir que debemos inscribirnos en un gimnasio o realizar rutinas de ejercicios demasiado complejas.
Estudios recientes han comprobado que al menos un promedio de entre 5 a 7 horas de actividad física a la semana es suficiente para estar saludables.
Una buena caminata diaria por la manzana y algunos ejercicios de estiramiento, son una excelente forma de mantenernos activos todos los días.
Controlar el estrés
Cuando se habla de malos hábitos alimenticios y sedentarismo, no se puede descartar al estrés como uno de los principales culpables de los mismos.
En este sentido, muchos expertos en salud y cuidado personal son insistentes con la importancia de mantener nivelado nuestro estrés. Sobre todo en medio de un fenómeno global con repercusiones tan negativas para la sociedad como es el caso de una pandemia.
Lo mejor para controlar nuestro estrés es conservar buenos hábitos alimenticios, hacer ejercicio con regularidad y descansar adecuadamente.
Conclusión
Llevar una vida más saludable no es sinónimo de abstinencia, sacrificio y cambiar todo lo que nos gusta. Es posible lograr un equilibrio con las cosas que debemos hacer por nuestro bien.
Convertirnos en personas más saludables no se trata de quitar de nuestra vida todo lo que nos hace daño, sino de aprender a disfrutar todo con moderación.
Si analizamos con detenimiento lo que hemos planteado con anterioridad, no tardaríamos en darnos cuenta de que los excesos son los que pueden terminar llevándonos a padecer sobrepeso.
Los efectos del sedentarismo y la falta de movimiento empiezan a manifestarse cuando el individuo se acostumbra a la idea de no realizar esfuerzo físico.
El incremento de la masa corporal y los problemas de salud asociados al sobrepeso son perceptibles en personas que recurren de forma constante a alimentos pocos saludables.
Una vida saludable es un asunto de disciplina y de aprender a darle a cada cosa el tiempo y el lugar que le corresponde. Una vez aprendamos a dominar estos dos puntos, todo resultará mucho más fácil.
Nuestro organismo está diseñado para procesar el azúcar, pero esto es solo hasta cierto punto. Una vez sobrepasamos el límite, empezamos a subir de peso y experimentamos ciertos problemas de salud.
No sufriremos de sobrepeso si una vez a la semana nos damos una pausa para sentarnos frente a la tele comiendo frituras y una gaseosa.
Los problemas relacionados con el peso empiezan a aparecer cuando este tipo de actividades se convierten en una constante en nuestro día a día.
Es en este punto cuando la moderación y la disciplina salen a relucir como las mejores herramientas para disfrutar de una vida mucho más saludable.
Querer llevar un estilo de vida mucho más saludable, no tiene que convertirse en una sentencia autoimpuesta que nos obligue a llevar una vida monótona.
El verdadero secreto consiste en saber cómo disfrutar al máximo de las cosas con la madurez y moderación necesarias.
