La función que cumple este accesorio es contribuir a la adecuada postura de la columna, a manera de lograr que los músculos se relajen, se tenga adecuada respiración y así se obtenga un sueño reparador.
El traumatólogo Jonathan Orellana indica que, cuando se descansa, la columna vertebral debe estar en una posición neutral. Es decir, no flexionada o extendida. Sino que debe tener una alineación con el cuello para que los músculos descansen adecuadamente.
Saber elegir una almohada cómoda es importante porque, además de ser soporte mientras se descansa, puede ayudar a evitar problemas como dolores de cuello, espaldas u hombros. Ronquidos, problemas respiratorios e insomnio.
Por lo tanto, ¿qué aspectos se deben tomar en cuenta al comprar una?
Relleno
El relleno es lo que dará vida útil a su almohada y será el confort de su cuello, por lo que la elección dependerá de las necesidades y preferencias que tenga, como la postura en la que duerme y su presupuesto.
De acuerdo con la asesora de compras, Carolina Gálvez, existen dos tipos de rellenos: naturales, que son las plumas y plumón; y sintéticos, en los que menciona la espuma, látex y poliéster.
La característica de los rellenos naturales es que rechazan la humedad. “Una almohada con plumas es suave y aporta firmeza a su cuello. Lo que algunos ven como problema es que se deforma, por lo que resulta un poco incómodo para a aquellos que se mueven mucho durante la noche. Pero, este tipo de almohada vuelve rápido a su forma original”, comenta Gálvez.
El plumón ayuda a mantenerse fresco mientras descansa, ya que mantiene el calor durante invierno y frescura cuando hay calor. Además, aporta elasticidad a la almohada.
Por su parte, los rellenos sintéticos, como el látex, permiten una ventilación e higiene más fresca por las células abiertas con las que están formadas. Este relleno resulta muy confortante para su cuello, pero duro si acostumbra a dormir de lado.
La ventaja de una almohada rellena de espuma es que permite la relajación de su cuello porque da buen soporte. Sin embargo, resulta muy caliente en las noches e incómodo para quienes se mueven mucho al dormir porque algunas tienen “efecto memoria” que consiste en mantener la forma de la cabeza y cuello, aunque cambie de postura.
¿Dura o suave? Según su postura al dormir
Para elegir la almohada ideal es importante tomar en cuenta la posición que adquiere al dormir, porque así determinará el tamaño y la complexión adecuada.
El traumatólogo Orellana indica que la mejor posición para dormir es de lado, con las rodillas flexionadas, porque así se relajarán y descansarán de mejor manera los músculos de la columna. “Dormir boca abajo es una opción que modifica mucho la postura de la columna. Si usted decide dormir boca arriba, lo mejor es colocarse una almohada o algo debajo de las rodillas para elevarlas y así hacer que los músculos de la columna se relajen”, explica.
Gálvez comenta que una almohada plana y fina soportará su cabeza y la parte superior de los hombros, es recomendable para aquellos que duermen boca abajo porque no dificultan la respiración.
En cambio, las almohadas que son más acolchonadas sostienen la cabeza y cuello debido a la flexibilidad del relleno que tienen, como plumas, plumón o espuma. Además, el grosor se puede ajustar según la altura de sus hombros.
“Si usted duerme boca arriba lo aconsejable es una almohada un poco firme y gruesa. No puede ser muy fina porque lo que se apoya en ella es el cuello y este necesita tener un soporte cómodo y firme para que los músculos sí descansen adecuadamente”, dice la asesora de compras.
Si su costumbre es descansar de lado no utilice una almohada dura porque esto le provocará molestias en el cuello debido a que, en lugar de relajar los músculos, los forzará a sostener su cabeza. Tampoco es ideal una muy delgada y blanda porque, al contrario, su cuello caerá y no tendrá donde recostarse. Lo mejor es buscar una intermedia que le permita tener una alineación de su cuello con la columna.
“Es difícil, al momento de comprar, medir la almohada y decidir cuál es la que le hace sentir más cómodo. Mi consejo es probarla en el lugar o medirla, porque se considera que una almohada medio-alta, que es la que se recomienda para dormir de lado, tiene de alto aproximadamente 14-16 centímetros”, dice Gálvez.
Bebés y niños
Para los niños menores de dos años no es recomendable que utilicen almohada debido a que la proporción de su cabeza es mayor a la de su cuerpo.
“El bebé debe apoyar su cabeza sobre una superficie firme que esté al mismo nivel que el resto de su cuerpo. Si usted se da cuenta, los bebés tienen un cuello muy pequeño, entonces al ponerles almohada, se les estaría dañando porque su cabeza pesa más que el resto del cuerpo”, dice Gálvez. Además, es un riesgo porque podría ser causa de asfixia, ya que si el bebé se voltea podría no recibir el oxigeno necesario.
A partir de los dos años, el cuerpo del niño ya necesita una almohada porque los hombros ya son más anchos que su cabeza, lo que hace que al dormir de lado doblen mucho el cuello.
Lo aconsejable es que para los bebés se utilicen almohadas de algodón, porque es un material fresco y les permite respirar adecuadamente.
Cuidados para conservarla
Debido a que una almohada es un elemento indispensable para el reposo y buen funcionamiento del cuerpo, es importante darle mantenimiento para que su función perdure y se extienda.
A diario, cuando haga su cama, ventile la almohada. Es decir, muévala a manera de que pierda la forma a la que se habituó durante la noche. Así evitará que se deforme o comience a hacerse blanda. Para evitar esto, también puede darle vuelta cada dos o tres meses.
Para conservarla limpia, cada vez que cambie las sábanas de la cama, también cambie la sobre funda de la almohada. Lo recomendable es hacerlo mínimo cada mes.