“Razas no naturales, creadas por el ser humano para satisfacer sus gustos y vanidad, no tienen desarrollado el instinto maternal. Además, hay crías que nacen con malformaciones genéticas, debido a cruces consanguíneos entre padres e hijos o entre hermanos, especialmente, si son razas finas, por lo cual también hay complicaciones durante el parto”, añade.
Hay que considerar, dice Marroquín, que el comportamiento de los animales se basa en la ley de selección natural, por lo que si en la camada nace algún cachorro con defecto congénito, la madre lo mata por ese motivo, pues da prioridad a los más fuertes.
La veterinaria recuerda la importancia de la esterilización de perros y gatos para evitar la sobrepoblación y maltrato de mascotas, pues no hay hogares para todos.
Las perras pueden tener hasta 15 cachorros en una camada y su gestación dura entre 45 y 55 días. La de las gatas, de 58 a 67 días.
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Una camada de varios papás
Tanto perras como gatas pueden quedar preñadas de varios machos al mismo tiempo, pues liberan varios óvulos durante la cópula que pueden ser fecundados por las parejas con las que se aparean en un mismo celo, como resultado de lo cual, en una camada pueden ser engendradas crías de diferentes padres, expone Vivian Marroquín. Por ello, es que se pueden ver en una camada cachorros, perros y gatos, de diferentes colores y características. La gestación es cornual, es decir, los fetos se alojan en los cuernos uterinos y no en el cuerpo del útero.
Parto en casa
Los dueños deben evaluar la salud de machos y hembras antes de que decidan reproducirlos, aunque lo mejor es la castración. Cuando nazcan las crías, tanto ellas como la madre deben estar en un espacio adecuado y tranquilo, sin que les perturbe el macho, al menos durante los primeros 15 días después del parto, así como otras personas, especialmente niños. Se recomienda que un veterinario supervise el desarrollo adecuado de los cachorros. Hay que asegurarse de que serán adoptados por buenos hogares, donde la familia acepte la responsabilidad del cuidado de un animal para toda la vida.
Padres no intervienen
La responsabilidad de la crianza de los cachorros de perros y gatos recae en la madre, pues los machos no intervienen, incluso, en la búsqueda de alimento. En la naturaleza, son las hembras quienes se encargan de cazar para sus crías, en tanto que el macho lo hace solo para él. Aunque estén enfermas o desnutridas, las hembras emplean sus últimas fuerzas para luchar por la sobrevivencia de sus hijos, con gran abnegación.
Los gatos machos que viven en la calle participan solo en el apareamiento, para luego desatenderse de sus obligaciones con las crías. Seguirá buscando otras hembras en celo para continuar con el ciclo reproductivo de la especie. Si vive en casa, podría desarrollar un vínculo más cercano con la hembra y demostrar afecto a los cachorros y cuidarlos.
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La madre les enseña a sobrevivir
Además de encargarse de la alimentación, higiene y protección de sus crías, la hembra les da las primeras lecciones de vida para desarrollar sus instintos naturales, al enseñarles a buscar comida y defenderse de depredadores. Por ejemplo, muchos gatos no pueden bajar de los árboles, pues al haber sido separados de manera temprana de su madre, quien les enseñaba a hacerlo, esta habilidad se fue extinguiendo con el tiempo, señala Barrios.
Tanto perras como gatas les enseñan a sus cachorros a socializar con animales y humanos, hábitos positivos y la base del lenguaje durante los tres primeros meses de vida, por lo que no se recomienda separar a madre e hijos, antes de esa edad, pues les ayudará a tener un temperamento estable toda su vida y a evitar que manifiesten problemas de conducta como la agresividad.
Reconocimiento olfativo
El sentido del olfato de los perros es una herramienta muy importante para la recopilación de información de otros canes, y que les ayuda a reconocerlos, incluso, años después de haber sido separados. Los canes no son consientes de la relación o el origen del reconocimiento, pero algo les indica que otro perro les es familiar como, por ejemplo, un padre con su hijo.
Sin menopausia
Las perras pueden tener cachorros toda su vida, porque siempre están en celo. Su prolífica vida fue heredada de las lobas, para garantizar la supervivencia de la especie. Hay hembras caninas que padecen embarazos psicológicos después de cada celo, a fin de asegurar su producción de leche, en caso de que sea necesario amamantar a cachorros de otra hembra, conducta similar en la manada de lobos.
Territoriales hasta con sus hijos
Los gatos machos pueden tener acercamiento prudencial con sus crías y cuidarlos, pero si entre estos hay algún cachorro macho, puede llegar a atacarlo cuando este alcance la edad de madurez sexual, por cuestiones de territorialidad y jerarquías, al considerarlo una amenaza, explica Rosario Barrios, entrenadora de perros y gatos de Cool Dog.
Excelentes nodrizas
Tanto perras como gatas tienen la capacidad, si no han sido castradas y han tenido camadas previas, de criar y amamantar cachorros ajenos e, incluso, de otras especies, pues tienen un fuerte instinto maternal. “Todo bebé que nazca tiene que ser protegido, aunque no sea propio”, indica Marroquín. Cuando son separados cachorros y madres, estas se quedan tristes y pasan varios días llamándolos.