Psicología
Cómo calmar la mente y experimentar pensamientos positivos en medio del estrés
¿Es posible detener los pensamientos en una gigante autopista mental y experimentar calma? Expertos en esta temática explican técnicas que ayudan a lograr un mejor control interior.
Aprenda a recuperar la calma en momentos de crisis. (Foto Prensa Libre: Tara Winstead/Prensa Libre)
Las preocupaciones diarias, el estrés, la violencia, las deudas, los problemas familiares y otros factores pueden llevar a la mente a un incansable proceso de ideas y pensamientos, en su mayoría negativos.
Un artículo publicado por la Universidad Complutense de Madrid explica que, al día, el cerebro procesa cerca de 60 mil pensamientos, de los cuales el 95% son involuntarios. De estos, un 80% son negativos, asegura Carmen Ochoa, médica y experta en mindfulness.
Sumado a ello, el estrés libera una avalancha de hormonas que pueden empeorar enfermedades existentes (como la insuficiencia cardíaca o la diabetes) o provocar otras nuevas (como la hipertensión o la acidez estomacal), según el sitio Harvard Health Publishing.
Meditar es una de las herramientas para calmar el estrés y los pensamientos. Diferentes estudios han comprobado que la práctica diaria de esta disciplina mejora la capacidad de concentración, aumenta el equilibrio emocional y la tolerancia, entre otros beneficios.
Por su parte, Enrique Simó, conferenciante internacional, coach, facilitador en programas de desarrollo del liderazgo y coordinador nacional de la Asociación Brahma Kumaris en Madrid, comenta que hace casi 38 años practica la meditación. En una reciente visita a Guatemala, asegura que nuestra vida depende del tipo de pensamientos que creamos en nuestra mente.
“Los pensamientos toman forma de diálogo, y esa autoconversación que tengo conmigo mismo genera una experiencia: deja de importar lo que pasa fuera, pero es el diálogo interior el que está creando cómo me siento. Podría pasar pensando que me llevo mal con el jefe y culparlo de mi malestar, pero son los pensamientos los que provocan que me sienta así”, dice Simó.
Al final del día, las personas están cansadas por todo lo que han pensado. Simó explica que es importante detenerse durante el día para darse cuenta de todos los pensamientos, y solo entonces lograremos decidir qué permanece en nuestra mente. Es decir, observarlos para crear una cierta distancia y desapegarse de ellos. “Cuando uno se da cuenta, puede cambiar; de lo contrario, no hay cambio”. Esto permite reflexionar y, más adelante, meditar.
Cuando se logra un cambio, es posible profundizar en pensamientos positivos. “Podría llevar a mi mente durante unos minutos a pensamientos como ‘soy un ser de paz’ o ‘mi mundo está en paz’”, ejemplifica el experto. Al sostener estos pensamientos, se genera una sensación de paz. Si volvemos al ritmo negativo, es posible comenzar de nuevo y entrenarse para intentar mantener más tiempo los pensamientos positivos.
La finalidad es hacernos conscientes de nuestra identidad espiritual y no solo de nuestra personalidad, comenta Simó. Es decir, podemos enfadarnos, pero esa no es la esencia de la persona, sino aquello que está en su interior.
Más de la meditación
Apoyar a la mente para estar consciente y conectarse con el presente podría lograrse con la meditación. “No es solo una técnica, sino un trabajo personal. Ayudaría mucho meditar, pero antes de ello es importante desarrollar algunos hábitos mentales y comprender cómo funciona la mente”, agrega el experto Simó.
El psicólogo José Manuel Calvo, autor del libro Mindfulness: el arte de controlar tu mente, asegura que nuestra mente “también está secuestrada y desconectada de nuestra esencia por las prisas, nuestros pensamientos y distracciones, el estrés, los problemas del día a día y un largo etcétera”.
Según Calvo, podemos entrenar nuestra mente para vivir la vida de forma más atenta y consciente y liberarnos de los agentes secuestradores mediante el mindfulness, una habilidad que nos permite observar la experiencia presente con una actitud serena y neutral.
Lo cierto es que no existe una sola forma de meditar. Durante siglos, en diferentes culturas, esta ha sido una práctica común. Entre las técnicas se encuentran las meditaciones en las que las personas se concentran en una palabra, pensamiento o imagen; también están las que se inspiran en el movimiento, como el yoga y el tai chi, entre otros.
Una de las bases de cualquiera de los métodos existentes es aprender a respirar de manera más consciente. El simple acto de tomar un momento para respirar y cerrar los ojos durante un lapso breve podría ayudar a relajarse.
La finalidad es que, en la vida cotidiana, estas herramientas ayuden en momentos específicos en los que se necesite. Podría ser cuando se requiere concentración o simplemente para crear un espacio de calma.
La meditación requiere preparación y puede resultar complicada cuando estamos volcados hacia el exterior, pero siempre es posible mejorar y aprovechar sus beneficios.
Un ejercicio es comenzar y terminar el día con unos minutos dedicados a la meditación. Al igual que con el ejercicio, la práctica constante será más eficaz que hacerlo de manera ocasional. Es recomendable probar distintos tipos de meditación para descubrir cuáles funcionan mejor para cada persona.
Ismael Cala, en sus columnas semanales, también ha destacado este tema. Considera la meditación y la reflexión como herramientas poderosas de autoexploración. “Estas prácticas fomentan la paz interior y permiten desbloquear capas profundas de la psique, facilitando la comprensión de motivaciones y conflictos internos. Escucharse no es egoísta. Al contrario, al conocernos mejor, podemos relacionarnos de forma más auténtica y empática con los demás”, concluye.
Mejorar la meditación
Samantha Clayton, vicepresidenta de rendimiento deportivo y educación física mundial, explica que, al igual que con todo lo relacionado con la salud y el estado físico, existen muchas escuelas de pensamiento y métodos de meditación. Ella comparte consejos para saber qué hacer y qué evitar al momento de practicar.
- Intente encontrar cinco minutos de silencio para usted, una o dos veces al día. Recuerde que la meditación es una práctica, al igual que el yoga, por lo que puede requerir tiempo y constancia para sentir sus efectos relajantes.
- No piense que necesita un lugar completamente silencioso y apartado para practicar. En el mundo real, y especialmente en un hogar con niños o en la oficina, encontrar el silencio completo es una tarea casi imposible.
- Intente alejarse de distracciones importantes, como teléfonos, pantallas de computadora y espacios extremadamente ruidosos. Si está en casa, cierre la puerta de su habitación, ponga música suave y bloquee, por unos minutos, todas las llamadas y alertas.
- No necesita ningún equipo especial, como un tapete de yoga, campanas o mantas, porque puede meditar en cualquier lugar. Cuantas menos cosas, más fácil será tomarse un momento rápido para practicar.
- Intente sentarse o acostarse en un lugar cómodo donde se sienta relajado. Puede mantener los ojos abiertos o cerrados; haga lo que le parezca mejor.
- No se obligue a comenzar a respirar de un modo específico, como la respiración del vientre o por la nariz. Esto podría desanimarlo o incluso marearlo. Puede trabajar en la técnica de respiración una vez que se sienta cómodo con la meditación.
- Concéntrese en su respiración. Sienta el aire entrando y saliendo de su cuerpo. Simplemente observe su respiración y cómo se siente.
- No piense negativamente cuando su lista de compras o lista de tareas comience a aparecer en su mente. Regrese a un pensamiento positivo.
- Tenga una o dos palabras clave que le ayuden a relajarse o le guíen hacia una sensación positiva de bienestar.