Se basa en una serie de características, cualidades y comportamientos que hacen que alguien resulte interesante, magnético o atractivo para los demás.
El poder de atracción no se limita únicamente a la apariencia física, sino que también incluye factores emocionales, psicológicos y sociales.
La ley de la reciprocidad social es una ley psicológica que sostiene a nivel general, que las personas tienden a comportarse de manera positiva con aquellos que se comportan positivamente con ellos. Esto puede influir en las relaciones interpersonales y cómo somos percibidos por los demás.
Es por ello que cuando una relación se vislumbra como conveniente y se desea manejar y cultivar es importante considerar lo siguiente:
- Ser auténtico, esto es fundamental si se desea conservar la relación, ya que ser alguien que no somos puede ser insostenible y dañino.
- Demostrar siempre interés genuino hacia la otra persona.
- Mantener la autoconfianza, la seguridad en uno mismo es atractiva, evita la arrogancia y propicia siempre un ambiente con respeto y límites hacia la otra persona.
- Finalmente, no subestimar la importancia de la diversión y la espontaneidad, disfrutar de momentos alegres juntos y mantener vivo el sentido del humor.
Recuerde que el poder de atracción en una relación puede evolucionar con el tiempo y las circunstancias. Es importante seguir nutriendo la relación y prestar atención a las necesidades y deseos de ambas partes para mantener una relación exitosa y satisfactoria.
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*Mgtr. psicóloga clínica. Académica docente del Departamento de Psicología de la Facultad de Humanidades de la Universidad Rafael Landívar.
Escríbanos a buenavida@prensalibre.com.gt y un especialista de la Universidad Rafael Landívar responderá sus preguntas.