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El compostaje es el proceso natural de putrefacción o descomposición de la materia orgánica, como residuos, desechos animales y restos de alimentos por los microorganismos, en condiciones controladas, explica la FAO en su página web. El compost es importante porque mejora la salud del suelo en general y su resiliencia ante las crisis, como la sequía, incluyendo la adaptación al cambio climático.
La organización Oxfam explica que hacer compost en casa no tiene ninguna dificultad, aunque se deben tener claras tres ideas importantes antes de empezar:
Preparar el compostador
La caja o recipiente en la que se añadirán las distintas capas de desechos que formarán el compost casero. Se puede utilizar o reciclar casi cualquier cosa: una caja de madera, una base de tablones de obra, un tiesto o una maceta grande. Cualquier recipiente le servirá siempre y cuando no esté en contacto directo con el suelo. Si utiliza una vasija de barro o una caja de plástico debe hacerle hoyos en la base.
Coloque una primera capa de tierra y una segunda de materiales secos como paja, restos de ramas, aserrín, etc.
Las capas secas evitarán que el fondo del compostador se pudra y estropee la mezcla.
Añadir los desechos orgánicos
El compostador no es un bote de basura, en el recipiente se logrará el compost que luego servirá para enriquecer la tierra del huerto urbano, de las plantas en maceta o del jardín de la casa.
En este contenedor se debe añadir por capas diferentes desechos, como cáscaras de verduras y frutas, ramas y hojas, restos de café, cáscaras de huevo, etc. Los expertos recomiendan intercalar capas de materiales húmedos o verdes y secos, para lograr el equilibrio óptimo y lograr un compost casero de calidad.
Regar el compost
El abono orgánico casero necesita cierto grado de humedad, por lo que es necesario regarlo de vez en cuando sin encharcar el contenedor. Procure que la humedad penetre en las diferentes capas. El riesgo más importante de preparar este compost es que los desechos se pudran, por lo que debe ventilar periódicamente la masa.
- También puede aprovechar algunos “desperdicios” para hacer ricos platillos. Aquí una pequeña muestra:
Vinagre de piña
Ingredientes:
Cáscara de una piña
6 onzas de panela
Preparación:
En un recipiente de vidrio combine la cáscara de piña, panela y un chorrito de agua. Consérvelo tapado a temperatura ambiente. Cada semana aliméntelo con un pedacito de panela y si es necesario agregue más agua. En unas cuatro o seis semanas empezará a crecer hongo de vinagre el cual necesita de azúcar para conservarse, por lo que debe agregar un trocito de panela cada semana.
Pasado el tiempo y cuando tenga olor a vinagre, pase por un colador y consérvelo en una botella cerrada en el refrigerador. También se puede hacer vinagre con cáscaras de manzana.
*Receta por: Cinthya Pinetta, nutricionista
Jalea de rosa de Jamaica
Preparación:
Después de preparar fresco de rosa de Jamaica, licúe las flores en un mínimo de agua, cuele y agregue azúcar al gusto. Cocine a fuego lento hasta que tome una textura firme. Por cada cuatro tazas de flor de Jamaica, agregue una taza de azúcar.
*Receta por chef Rosa María Hurtarte
Cascaritas fritas de papa
Ingredientes:
Cáscaras de papa
2 cucharadas de aceite
1/4 de cebolla picada
2 chiles serranos picados
Orégano y sal al gusto
Preparación:
Caliente el aceite en una sartén grande a fuego medio y fría la cebolla hasta que esté transparente. Agregue los chiles y sofría durante un minuto. Incorpore las cáscaras de papa y el orégano y sazone con sal, fría hasta que se hayan suavizado o dorado al gusto.
*Receta por: Cinthya Pinetta, nutricionista