Y para algunas familias está claro: si renunciamos completamente a alimentos de origen animal, seremos veganos.
¿Qué hay que tener en cuenta para que al niño no le falte nada y se desarrolle sanamente?
La nutricionista infantil Mathilde Kersting, investigadora en la Universidad del Ruhr, en Bochum (Alemania), lo resume así: que una alimentación vegana sea sana para los niños “depende en primera instancia de asegurar la ingesta de nutrientes”.
Los básicos: informarse bien y consultar con profesionales
Eso quiere decir que los nutrientes que faltan en una alimentación de origen puramente vegetal deben ser sustituidos en su totalidad. Según Kersting, en principio es posible, aunque claramente más difícil, proveer al niño con todos los nutrientes importantes en una forma de alimentación vegana.
Carolin Wiedmann, pediatra y nutricionista, aclara: los padres deben informarse especialmente bien. “Siempre tengo dudas respecto de si los padres se informan bien antes de decidir alimentar a su hijo de forma vegana”, dice.
También, según Kersting, es importante que los padres se asesoren con profesionales de la nutrición y que un pediatra revise periódicamente el desarrollo del pequeño.
Un plan de alimentación bien pensado
En general vale: cuanto más grupo de alimentos se excluyen de una forma de alimentación, más grande es el riesgo de que no se cubra lo suficiente la demanda de nutrientes, explica Kersting.
Si ese es el caso, se pueden producir carencias, advierte Wiedmann. Y una consecuencia posible es que el desarrollo cognitivo de los niños no sea óptimo.
Según Kersting, también es posible que la falta de algún nutriente haga que los niños sean más propensos a las infecciones. Sobre todo, si la ingesta de hierro no es suficiente justo en las fases críticas del desarrollo en la primera infancia, se pueden producir trastornos en el desarrollo.
Claro que estos riesgos se pueden prevenir con un plan de alimentación bien pensado, en el que “ni dejamos que se presenten las carencias que sabemos que se producen con una alimentación vegana”, aconseja Kersting.
Cuando importa la edad
¿Qué vale en cuestiones relativas a la edad? Está claro que en la alimentación vegana tiene un gran papel si el niño tiene dos o 16 años. Los adolescentes, por ejemplo, ya tienen necesidades y también riesgos que también tienen los adultos, explica Kersting.
Los niños más pequeños, sobre todo en los primeros tres años de vida, tienen necesidades nutricionales específicas. Por ejemplo, necesitan más calorías, más proteínas y también más de otros nutrientes por cada kilogramo de peso corporal.
Si no se cubren esas necesidades, aumenta considerablemente el riesgo de que el niño no se desarrolle de acuerdo con su edad. Por eso las formas de alimentación diferentes son más riesgosas a esa edad que en niños mayores o en adolescentes, sostiene Kersting.
Una mirada a los nutrientes
¿Pero qué nutrientes deben suplementar las familias en el caso de una alimentación puramente vegana?
Por ejemplo, calcio. Este es un mineral importante para la formación de los huesos y que se ingiere sobre todo a través de productos lácteos. En el caso de que no se consuman, los padres deben darle al pequeño alimento de origen vegetal que contengan mucho calcio y, en caso de ser necesario, suplementar.
La glándula tiroides, que regula muchos procesos en el cuerpo, necesita yodo. Este oligoelemento se ingiere sobre todo a través de pescado de mar y productos lácteos, pero también a través de la sal yodada. Los padres deberían prestar atención a que al menos la sal que utilizan sea yodada.
Y luego está la vitamina B12, que es importante para la función del sistema nervioso. “Si uno se alimenta de manera vegana, debe ingerir la vitamina a través de suplementos dietéticos o de productos enriquecidos”, aconseja Wiedmann.
La recomendación clave es utilizar suplementos nutricionales. Porque incluso a través de alimentos enriquecidos es difícil alcanzar la ingesta suficiente de vitamina B12. Eso, según Wiedmann, vale tanto para niños como para adultos.
Más fibras
Es importante saber que una alimentación solo basada en plantas tiene un porcentaje mayor de fibras que una dieta mixta. Eso justo en niños muy pequeños puede ser un desafío, dado que la capacidad de su estómago es reducida, subraya Wiedmann.
Cuando ingiere grandes cantidades de fibra, en teoría puede pasar que el niño se sienta saciado, pero haya ingerido demasiado pocos nutrientes. Wiedmann recomienda en ese caso, por ejemplo, pelar frutas y verduras, dado que en las cáscaras hay mucha fibra.
Saberes de la investigación
¿Y qué dice la ciencia de la alimentación vegana en niños? Según Wiedmann, las sociedades de profesionales recomiendan alimentarse mayoritariamente de plantas, es decir, entre un 70 y un 80 por ciento.
Pero el resto no necesariamente debería cubrirse con productos de origen animal, dice Wiedmann. En el caso del suministro de nutrientes, según el estudio VeChi-Youth, apoyado por el Ministerio de Alimentación y Agricultura de Alemania, hay solo escasas diferencias entre las diferentes formas de alimentación: vegana, vegetariana y omnívora.
Según Wiedmann, el estudio incluso permite reconocer que los niños que se alimentan de forma vegana o vegetariana en promedio presentan hábitos alimenticios más sanos. Los pequeños veganos presentan el menor consumo de golosinas y ultraprocesados. Fueron relevados niños y adolescentes de entre seis y 18 años.
Esto podría ser el resultado del hecho de que los padres de hijos veganos en general se ocupan más de la alimentación. “Si la alimentación está bien planificada y cumple con todos los nutrientes, entonces la alimentación vegana tiene al menos el potencial de presentar también ventajas para la salud. Pero depende mucho de su implementación”, resumen Wiedmann.