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Entre otros síntomas aparece una imposibilidad para cerrar los párpados, con la posible aparición de úlceras en la córnea; imposibilidad para sonreír y dificultades en el habla o la deglución, entre otras.
La cirugia es uno de los tratamientos
“Con la incorporación de las técnicas microquirúrgicas a la cirugía plástica y reconstructiva hemos podido incorporar soluciones para los distintos trastornos que aparecen en una cara paralizada”, afirma Bernardo Hontanilla, director del Departamento Cirugía Plástica, Reparadora y Estética, de la Clínica Universidad de Navarra.
El experto refiere que la posibilidad de recuperar la sonrisa es factible gracias a las transferencias nerviosas procedentes del nervio facial del lado sano o de nervios adyacentes, como el nervio masetérico, e incluso por transferencias de pequeñas porciones de músculos procedentes de la pierna o de la espalda.
No existen déficits en las zonas donantes que supongan alteraciones de la sensibilidad o motilidad del paciente. Estas técnicas, solas o combinadas, provocan la aparición de una sonrisa natural en casi el 90 por ciento de los casos.
Con técnicas dinámicas y estáticas se puede conseguir una correcta oclusión de los párpados para evitar complicaciones como úlcera corneal o pérdida de visión. Estas intervenciones se realizan con anestesia local o general y no requieren de muchos días de ingreso.
Gracias a los equipos multidisciplinarios se consigue que estas cirugías tengan éxito en un alto porcentaje de casos, y cada vez se requiere de un menor tiempo quirúrgico. Los resultados obtenidos indican que la satisfacción de los pacientes es muy alta.
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