Salud

Calendario de vacunas para bebés y adultos en Guatemala, y qué pasa si nos falta alguna dosis a lo largo de la vida

Los humanos mueren menos desde la creación de las vacunas, pero 228 años después adolescentes y adultos podrían estar sin esquema completo de vacunación.

La vacunación es importante en niños, pero también los adultos requieren ciertas vacunas para prevenir enfermedades.   (Foto Prensa Libre: EFE)

La vacunación es importante en niños, pero también los adultos requieren ciertas vacunas para prevenir enfermedades. (Foto Prensa Libre: EFE)

En Guatemala, el 23 de julio pasado se anunció una campaña de vacunación que busca prevenir a los niños y niñas de enfermedades como la poliomielitis y el sarampión. Ambas enfermedades no tienen registros de actividad en los últimos años en el país, pero se han reportado casos en América Latina, lo cual hace importante proteger a la niñez, en especial por la baja de vacunación que se dio después de la pandemia de 2020.

¿Por qué es importante vacunarse? “Un brote de sarampión podría poner en riesgo a los niños y adultos que no están vacunados y hacer que en pocos días los contagios se incrementen y hayan riesgos de neumonías y muerte”, dice la médica Mónica Paola Rodríguez Herrera, encargada de la sección de higiene materno infantil, del departamento de Medicina Preventiva, del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, IGSS. Esta campaña también hace reflexionar sobre qué pasa con los esquemas de vacunación ideales frente a otras enfermedades y que podrían impactar tanto en niños como en adultos.

¿De qué nos cuidamos?

La Organización Mundial de la Salud calcula que los esfuerzos mundiales de inmunización han salvado 154 millones de vidas, es decir, seis vidas cada minuto.



La primera vacuna que se creó fue en 1796 cuando sale a luz la de la viruela de E. Jenner. Desde ese momento la vacunación ha controlado, al menos en algunas partes del mundo, enfermedades que causaban gran cantidad de muertes. Uno de los grandes triunfos de esta propuesta fue que la viruela se erradicó en 1980.

“Con excepción del acceso al agua potable, no ha habido otra medida preventiva o terapéutica, ni siquiera los antibióticos, que haya tenido mayor efecto en la reducción de la mortalidad de la población de todo el mundo”, recuerda Yamile Sandoval, gerente médica de Asofarma para Centroamérica y Caribe y quien ha tenido la oportunidad de colaborar en diferentes lugares relacionados con la industria de creación de vacunas.

Llegan las vacunas

María Olga Bautista Amezquita, del programa de Inmunizaciones del Ministerio de Salud, comparte que desde el tiempo de Manuel Estrada Cabrera y Jorge Ubico a principios y mediados del siglo XX, se hablaba de la prevención. En ese entonces no se tenía el legado de vacunación actual. “Guatemala empezó a vacunar, en una manera no tan estructurada, en los años 1940 y 1950 cuando se recibían vacunas donadas”, explica.

En 1997 se estructuró el programa de vacunación en el ministerio con una base financiera y se empezaron a comprar vacunas. A partir del 2000 llegaron las vacunas combinadas. Ahora hay 18 tipos de biológicos; entre otros, para hepatitis B y rotavirus.

Una de las últimas que ha entrado al esquema del ministerio es la de neumococo. Por la pandemia se obtuvo también la vacuna contra esta enfermedad. Esta se mantendrá y es necesario que se coloque una vez al año, aunque personas con ciertas condiciones como diabetes, cáncer y el virus de inmunodeficiencia humana podrían recibir más dosis. Para recibirla es necesario ir a los servicios de salud públicos, aunque por ahora se está en espera que entren nuevos lotes.

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Bautista comenta que el esquema actual está en planes de modificarse e incluir opciones como la vacuna contra la varicela, así como transformar la pentavalente, cuya dosis ayuda a luchar contra cinco enfermedades, pero se busca colocar una hexavalente, contra seis enfermedades.

“La vacunación en el país es gratis en el sistema de salud nacional y es importante que las personas guarden su carné y registros de por vida, porque son válidos aquí y en otros países”, concluye Bautista. Rodríguez explica que en el caso del IGSS tienen 21 vacunas en el área pediátrica y para adultos.


Mitos y creencias

No siempre ha sido fácil la aceptación de la vacunas y han surgido ideas erróneas a lo largo del tiempo que afectan la credibilidad de las mismas.

Actualmente se gestionan nuevas vacunas para que lleguen al país y apoyen a la población a prevenir enfermedades. (Foto Prensa Libre: EFE)

Una de las creencias más arraigadas ha sido que administrar varias vacunas a los niños en una misma cita puede abrumar su sistema inmune. “Los niños están expuestos a diferentes sustancias que activan respuestas inmunológicas todos los días, y a muchos más antígenos por jugar en el parque, compartir juguetes o utensilios con otros niños, en comparación a lo que reciben con el contenido de las vacunas”.

Por el contrario, los especialistas confirman que recibir varias vacunas en una misma visita provoca menos ausentismo escolar y laboral, más oportunidades de completar a tiempo su esquema de vacunas y la protección oportuna de los pacientes.

Otro aspecto que ha limitado su aceptación es que se cree que las vacunas contra la influenza o el covid provocan el desarrollo de la enfermedad. En realidad las vacunas no tienen este efecto porque no están compuestas de virus vivos o inactivados. Algunas personas, al momento de vacunarse, pueden estar infectadas de manera asintomática, lo que por error los hace asociar vacunación con infección.

Es importante recordar que al igual que otros biológicos, algunas personas pueden tener efectos secundarios locales luego de la aplicación de la vacuna, como fiebre o dolor muscular los cuales desaparecen a los pocos días.

Uno de los mitos durante la pandemia fue que la vacuna incluyera microchips. “Las vacunas contra el covid-19 no contienen microchips. Se han desarrollado tomando como base el funcionamiento del RNA existente en el cuerpo, de manera que al ser aplicadas puedan simular sus funciones y generar la misma respuesta para la producción de anticuerpos”, agrega Sandoval.

¿Qué pasa si no tenemos el esquema de vacunación completo?

En la práctica diaria se atienden con cierta frecuencia a niños, adolescentes y adultos que no han seguido de forma correcta el calendario de inmunizaciones establecido a nivel local y lo han iniciado más tarde, lo han interrumpido o, con menos frecuencia, no se han inmunizado nunca.

También es cada vez más frecuente encontrarse con casos de pacientes inmigrantes que han perdido su tarjeta de vacunación o tienen documentos de inmunización dudosos o inexistentes.

“Toda persona, sin importar la edad, que tenga un esquema de vacunas incompleto, que se sospeche que nunca ha recibido dosis de vacunas o que no tenga manera de demostrar su estado actual de inmunización puede recibir las dosis de vacunas pendientes utilizando lo que se conoce como esquema de vacunación acelerado o de rescate, la llamada puesta al día en vacunas”, recomienda Samayoa.

En el siguiente gráfico presione las flechas a los lados para conocer todo sobre los esquemas de vacunación. Con información del IGSS: