Según el Programa Nacional de Prevención y control de Infecciones de Transmisión Sexual,VIH/sida, de la Dirección General de Regulación, Vigilancia y Control de la Salud, del Ministerio de Salud, 47% de los casos nuevos fueron diagnosticados en fase de sida.
Hay que recordar que el sida o VIH avanzado es la etapa tardía de una infección por VIH, cuando el sistema inmunitario se debilita de manera severa. Si no se trata el VIH, evolucionará a sida.
Los departamentos con mayor tasa de casos reportados son Escuintla —23.3%—, Guatemala —14.9%—, Sacatepéquez —11.57%—, Suchitepéquez —8.36%— e Izabal —6.54%—, según el programa en mención.
En Guatemala, la epidemia está concentrada en poblaciones vulnerables.
De acuerdo al estudio Medición de prevalencia, comportamiento, actitudes y prácticas en poblaciones de mayor riesgo al VIH-sida en Guatemala, la prevalencia en trabajadoras del sexo es del 1%; en hombres que tienen relaciones sexuales con personas de su género es de 9%, y en mujeres transgénero, del 22.2%. La prevalencia de infección por VIH en la población de 15 a 49 años en general es de 0.4%, según Mumtaz Mia, directora de Onusida Guatemala.
Cabe destacar que se produjo un incremento del 6% en las nuevas infecciones por VIH del 2010 al 2018, año en que se reportaron 2 mil 300 casos, incluyendo unos 500 menores de 15 años, expone Mia. De estos 2 mil 300 casos, 40% corresponden a hombres que tienen intimidad con personas de su género.
El contagio
La forma de transmisión más común es por la vía sexual (96%); es decir, tener relaciones sexuales sin uso de preservativo.
Según datos de Unicef Guatemala (2019), el 85% de adolescentes y jóvenes no sabe que se puede reducir el riesgo de adquirir VIH mediante el uso de preservativo y tener una sola pareja sexual. La falta de educación integral en sexualidad expone a esta población al riesgo de infecciones de transmisión sexual, VIH y embarazos no planificados.
El 89% de mujeres y 96% de hombres adolescentes de 15 a 19 años nunca se ha realizado la prueba. En el grupo de 15 a 24 años se calcula que se produjeron cerca de 1 mil nuevas infecciones por año desde el 2010 a la fecha. Solo 22% de jóvenes entre 18 y 24 años tiene conocimiento comprensivo sobre el VIH.
La referida cartera informó, el miércoles último, que en Quetzaltenango se reportó el mayor número de casos nuevos de VIH —177— en lo que va de año, 66% de los cuales son personas de 15 a 44 años.
Onusida manifiesta su preocupación por el incremento de nuevas infecciones en jóvenes de poblaciones en riesgo. En el 2018, el riesgo de adquirir VIH en hombres homosexuales fue 22 veces mayor al de los hombres adultos en general, y en las trabajadoras sexuales, el riesgo es 21 veces mayor en personas de 15 a 49 años.
No obstante, gracias a los tratamientos de antirretroviales (TAR) que han sido innovados, los pacientes pueden tener una buena calidad de vida y desenvolverse en sus actividades con total normalidad.
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Tratamiento
El TAR consiste en una combinación de dos o tres fármacos antirretrovirales con disponibilidad para todos los pacientes en el país, explica la referida cartera. En la terapéutica utilizada para el tratamiento de la infección por VIH, hay familias de antirretrovirales agrupados según los mecanismos de acción, entre los cuales están tenofovir/lamivudina/dolutegravir —esquemas de primera línea—; abacavir/lamivudina/lopinavir/ritonavir —segunda línea— y abacavir/lamivudina/darunavir/raltegravir —tercera línea—.
El costo mensual promedio de estos tratamientos, según datos del Ministerio de Salud para este mes, es de Q50 para el primero; Q577 para el segundo, y Q5 mil 500 para el tercero.
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César Galindo Arandi y Darío Rodríguez, director y coordinador de servicios clínicos de Centro de Atención en Salud —clínica especializada en gais, con servicios gratuitos— refieren que la mayoría de medicamentos de primera línea tienen todos los componentes de la terapia en una sola tableta diaria; los de segunda línea pueden incluir varias tomas en un mismo día.
Galindo y Rodríguez afirman que el costo de algunos medicamentos con patente y las distancias que deben recorrer para llegar a una Unidad de Atención Integral del sistema de salud público limitan el acceso al tratamiento y aumentan la frecuencia con que las personas deben visitar los hospitales.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda el tratamiento de primera línea, en una sola tableta, incluido en la guía del Ministerio de Salud que se dio a conocer este año. El dolutegravir es un fármaco potente que tiene una barrera genética alta y puede ser usado en casos de falla terapéutica.
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El beneficio del uso del TAR ha quedado demostrado ampliamente, disminuyendo de manera dramática la mortalidad asociada al sida que se producía al inicio de la epidemia en todo el mundo, expone el ministerio.
Además, mejora la calidad de vida en el paciente con infección por VIH, recupera y preserva la inmunidad del paciente —supresión completa y duradera de la replicación del VIH-1 y prevención de la transmisión del virus— y previene la transmisión materno-infantil.
El ministerio tiene 16 clínicas de atención integral de pacientes en todo el país, donde reciben tratamiento antirretroviral de forma gratuita.
Células madre para tratar el VIH
Si la persona no interrumpe su tratamiento, logra alcanzar niveles indetectables del VIH en sangre —intransmisible—. Esto quiere decir que en la actualidad el VIH es una enfermedad crónica controlable y a largo plazo, por lo que es necesario que las personas sean diagnosticadas de manera temprana antes de que el virus afecte el sistema inmunitario y aparezcan infecciones oportunistas que pueden producir la muerte o lesiones discapacitantes, refiere Mia.
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El presupuesto para la prevención y atención del Programa Nacional de Prevención y Control de Infecciones de Transmisión Sexual y VIH/sida en el 2018 fue de Q53 millones 533 mil 231, y en el 2019, de Q64 millones 112 mil 902.
Según el informe de Onusida 2019, 37.9 millones de personas viven con VIH en todo el mundo, pero solo el 59% recibe TAR. Además, 35 millones de personas han muerto por enfermedades relacionadas con el sida a nivel global, desde que se reportaron los primeros casos, en 1982.
Cepas en Guatemala
La cepa —virus de la misma especie y que comparten ciertas características específicas— VIH-1 es la mayoritaria en el mundo, incluyendo Guatemala, el cual se transmite por contacto directo con líquidos corporales o durante el embarazo, parto o lactancia.
El VIH puede tener mutaciones que producen diferentes cepas y cada una tiene un tipo diferente de resistencia a los TAR, indica Onusida. Las mutaciones ocurren, algunas veces, de manera natural, y pueden originarse cuando las personas tienen niveles altos de carga viral y no toman su tratamiento de forma regular. Los olvidos secuenciales de la toma de los TAR pueden inducir a resistencias a fármacos.
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Galindo y Rodríguez indican que algunas personas requieren tratamientos con un costo más alto porque han desarrollado resistencia a los fármacos de primera línea.
El monitoreo de resistencia a antirretrovirales representa un alto costo para los programas de atención a personas con VIH/sida, por lo que se realiza principalmente en países desarrollados. En países en vías de desarrollo es muy limitado el número de resistencias realizadas.
“Si el paciente se mantiene suprimido y aún mejor indetectable —del VIH—, la posibilidad de mutaciones del virus es muy baja”, explica Mia.
A principios de mes científicos estadounidenses detectaron una nueva cepa del VIH, la primera en casi 20 años, y que, probablemente, circula en el Congo, África.
Mejor calidad de vida
El TAR ha reducido la mortalidad relacionada con el sida y ha mejorado la calidad de vida de los pacientes, gracias a la eficacia de las nuevas terapias —que no eliminan la infección pero la controlan y ayudan a prevenir la transmisión del virus—, así como la prevención para evitar nuevos contagios.
En los países desarrollados se ha convertido en una enfermedad crónica, hasta el punto de que la esperanza de vida de las personas con VIH/sida se acerca cada vez más a la de los seronegativos.
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La PrEP o profilaxis preexposición es el tratamiento diario con medicamentos contra el VIH que reciben las personas seronegativas, pero expuestas a alto riesgo de contraer la infección por ese virus, con el fin de disminuir la posibilidad de contraerla. La OMS recomienda a estos individuos tomar una dosis diaria de estos fármacos, que reducen en más del 90% de contraer el VIH.
La mortalidad por causas asociadas al sida en Guatemala se ha reducido en un 8.3%, del 2016 al 2018, de 2 mil 400 muertes estimadas a 2 mil 200, lo cual refleja los beneficios de ampliar el TAR. “Sin embargo, esta reducción dista mucho aún de las cifras y resultados esperados a fin de cumplir con la visión de cero muertes a causa del sida”, expone Onusida Guatemala.
Prevención
Todas las personas deben hacerse regularmente la prueba del VIH, si han iniciado su vida sexual, en especial si tienen potenciales riesgos como falta de uso o ruptura de preservativo o múltiples parejas sexuales. Las mujeres embarazadas deben realizarse la prueba de VIH como parte de su control prenatal para eliminar la transmisión materno-infantil.
Debido a que la infección por VIH se caracteriza por tener un período de desarrollo de hasta 10 años, es posible que una persona la adquiera sin saberlo y se haga la prueba hasta que se manifiestan los síntomas definitorios de sida.
Los nuevos medicamentos antirretrovirales han reducido en gran medida los efectos secundarios. Sin embargo, como toda persona, el paciente debe tener un estilo de vida saludable que incluya dietas nutricionalmente equilibradas, evitar el consumo de alcohol y tabaco, realizar ejercicio, al menos tres veces por semana, y someterse a chequeos médicos regulares con mediciones de su carga viral una o dos veces anuales.
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Entre las principales medidas de prevención para reducir de manera drástica las infecciones de VIH están el uso sistemático de preservativo en cada relación sexual, reducir el número de parejas sexuales, postergar el inicio de las relaciones sexuales, promover la abstinencia, tomar tratamiento PrEP en poblaciones de mayor riesgo, circuncisión voluntaria masculina y adherirse al tratamiento con TAR.
El tratamiento permite que una persona tenga una carga viral indetectable, reestableciendo el estado inmunológico del paciente, permitiéndole llevar una vida completamente normal, con una esperanza de vida muy similar a la de cualquier otra persona que no vive con el VIH.
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