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Según datos de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (SEMFYC), los trastornos del equilibrio constituyen uno de los motivos más frecuentes de consulta en Atención Primaria, de manera que casi el 2 % de la población española consulta cada año por vértigo.
Desde la Sociedad Española de Otorrinolaringología (SEORL) señalan que los vértigos no son una enfermedad, “sino un síntoma”, que por lo general se manifiesta como sensación de movimiento.
“Sucede cuando el paciente tiene la sensación de que el ambiente se mueve con relación al sujeto, o que el sujeto se mueve con relación al ambiente. Lo habitual en pacientes con trastornos de este tipo es que describan que se mueve el ambiente, y lo más normal es que comenten que les giran las cosas alrededor”, precisa la sociedad médica.
En concreto, la SEORL señala que el tipo de vértigo más común es el ‘posicional paroxístico benigno’ (VPPB), aquel que es “fugaz”, pues dura unos segundos, y por lo general se asocia a movimientos de la cabeza. “Lo que el paciente suele contar es que cuando se tumba en la cama, bien hacia el lado derecho o el izquierdo, nota que la habitación se mueve muy deprisa”, puntualiza.
El experto de Policlínica Gipuzkoa Carlos Saga matiza por su parte que la prevalencia del VPPB a lo largo de la vida en la población adulta es del 2,4 %, “pero tiene tratamientos muy efectivos a corto plazo”. La incidencia anual es del 0,6 %, de acuerdo con datos de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).
Qué lo causa
Sobre su causa, Saga explica que los vértigos tienen lugar por un fallo del sistema vestibular en el oído interno, por lo que se puede experimentar una sensación de inestabilidad, de que nos desplazamos hacia un lado, o bien de caídas bruscas.
“El vértigo puede producirse por diferentes motivos casi siempre de origen benigno. Las formas más graves de vértigo, debidas a infartos, o a tumores en los nervios de unión con el cerebro o en el propio cerebro son, por suerte, infrecuentes”, señala este especialista.
En el caso del VPPB, el más frecuente se debe a movimientos de partículas dentro del oído interno, responsables de provocar crisis de vértigo fugaz.
Otra de las causas sería la enfermedad de Menière, que produce una triada de síntomas; acúfenos, vértigo y pérdida de audición. La causa es la dilatación del espacio endolinfático del oído, según apostilla.
Las crisis
Según cita este experto, las crisis de vértigo pueden durar segundos o prolongarse durante horas según la causa. “Varias crisis agrupadas se pueden percibir como una crisis prolongada, otras veces los pacientes no diferencian la crisis aguda de la náusea, mareo e inestabilidad que siguen a la misma, esto dificulta el diagnóstico”, aprecia.
Además, el otorrinolaringólogo indica que los episodios de vértigo pueden permanecer durante varias semanas (23 %) o ceñirse al curso de un día (52 %). Recuerda a la vez que algunos pacientes refieren cefalea, náuseas, mareo asociados y, en numerosos casos, sensibilidad a los movimientos de la cabeza.
Sobre el tratamiento, el doctor Saga aclara que éste dependerá de la causa. En la actualidad, según indica, los tratamientos farmacológicos específicos para tratar los vértigos pueden neutralizar las crisis de vértigo o actuar de forma preventiva evitando que se produzcan, mejorando así la calidad de vida de los pacientes.
“Una vez que hayamos estudiado el caso y hayamos definido el mecanismo de la enfermedad, aplicamos el fármaco específico, la maniobra de liberación, o la rehabilitación que necesite el paciente. De esta forma evitamos que el paciente vuelva a sufrir una nueva crisis de vértigo”, recalca el otorrinolaringólogo de Policlínica Gipuzkoa.
En este contexto, el doctor Saga lamenta que se trata de una patología “muy incapacitante” en el día a día del paciente, aunque eso no significa que suponga un riesgo para la vida ya que se trata de un proceso benigno. Según recuerda, suele aparecer con mayor frecuencia en las mujeres, y especialmente entre los 40 y 60 años.
Otros problemas de oído
El también otorrinolaringólogo Xabier Altuna, destaca que otros problemas de oído frecuentes son la pérdida auditiva o hipoacusia, es decir, la disminución de la capacidad de oír correctamente.
“Esto puede afectar a un solo oído o a ambos. Puede aparecer a cualquier edad, pero es mucho más frecuente a medida que cumplimos años, estando presente en más del 80 por ciento de la población mayor de 80 años”, precisa el especialista.
Altuna expone que hay diferentes tipos de pérdida auditiva, por lo que advierte de que saber el grado y el lugar de la vía auditiva donde está el problema representa la “clave” para poder aportar una solución al paciente. “Algunos casos de hipoacusia requieren de una intervención quirúrgica para recuperar la audición y, en otros, puede ser necesario recurrir a audífonos o implantes auditivos”, expone.
Por ejemplo, señala que el implante coclear es un tratamiento revolucionario capaz de devolver la audición a un paciente que la ha perdido por completo.
“La colocación de este implante se realiza mediante una pequeña incisión detrás del pabellón auditivo con anestesia general. En apenas 24 horas el paciente vuelve a casa, y se incorpora a su vida normal pocos días después de la cirugía. En torno a un mes después de la intervención, el paciente comienza con el proceso de aprendizaje de su nueva audición”, asevera Altuna.
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