“Nuestro estudio sugiere que los niños expuestos a ciertas complicaciones, especialmente la asfixia y la preeclampsia, eran más propensos a ser diagnosticados con TEA” , explicó el autor principal del estudio, el doctor Darios Getahun del Departamento de Investigación y Evaluación del Sur de Kaiser Permanente del Sur de California.
Aunque en la actualidad no hay cura para los diagnósticos del TEA, la identificación temprana de niños que pueden estar en riesgo de desarrollar el padecimiento es extremadamente importante, concluye la investigación.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos calcula que uno de cada 68 niños en edad escolar padece TEA y menos de la mitad de los niños identificados (el 43 por ciento) reciben evaluaciones del desarrollo antes de los 3 años de edad.
Getahun considera que los nuevos hallazgos podrían tener importantes implicaciones clínicas, al ayudar a los pediatras a identificar a los niños en riesgo que podrían beneficiarse de una estrecha vigilancia y diagnóstico precoz, en “un momento en que la terapia conductual y de desarrollo es más eficaz”.
El estudio también encontró que los niños sanos que están expuestos a complicaciones durante el parto tienen un 10 por ciento mayor riesgo de desarrollar trastorno del espectro autista.
“Entre los hispanos y los asiáticos se observaron asociaciones significativas para asfixia de nacimiento”, advirtió Getahun
Además de la preeclampsia, una condición del embarazo caracterizada por hipertensión arterial y signos de daño a otro órgano, otras complicaciones prenatales que se asociaron con TEA incluyeron separación prematura de la placenta del útero, feto transversal, tamaño o posición anormal, y problemas con el cordón umbilical.