En el laboratorio, este compuesto químico proveyó de una mayor energía a los ratones, dio tonicidad a los músculos de los roedores, les redujo las inflamaciones y mejoró significativamente su resistencia a la insulina.
“He estudiado el envejecimiento a nivel molecular por casi veinte años y nunca pensé que vería que el envejecimiento pudiera revertirse. Pensaba que sería afortunado si lo desaceleraba un poco”, dijo Sinclair a la cadena australiana ABC.
Los investigadores también analizaron en ratones ancianos enfermedades como la diabetes, la atrofia y debilitamiento muscular, e inflamaciones que pueden ser el detonante de enfermedades como la artritis.
El estudio allana el camino para nuevos tratamientos contra enfermedades vinculadas al envejecimiento como el cáncer, la diabetes tipo 2, así como enfermedades inflamatorias y deterioro de los músculos.
“Todos esos aspectos del envejecimiento fueron revertidos en una semana y eso representa un resultado abrumador”, indicó el experto que explicó que su equipo logró identificar una nueva causa del envejecimiento particularmente prevalente en los músculos, entre ellos el corazón.
En la investigación publicada en la revista Cell, Sinclair y su equipo ubicaron esta causa en la comunicación entre los cromosomas del ADN del núcleo de la célula y los del ADN de las mitocondrias, encargadas de suministrar la mayor parte de la energía necesaria para la actividad celular.
“Lo que descubrimos es que en el proceso de envejecimiento estos cromosomas no se comunican entre sí”, precisó Sinclair.
Los investigadores contrarrestaron este efecto con una molécula que elevó en los ratones los niveles de Nicotinamida adenina dinucleótido (NAD).
El NAD, que se mantiene en niveles altos en edad joven con una dieta adecuada y ejercicio, disminuye con el envejecimiento, como fue el caso de los ratones, hasta un 50 por ciento.
El equipo de Sinclair espera realizar las pruebas clínicas a finales del próximo año, pero desconocen cuándo este componente podría estar a disposición del público.