Cuando la acumulación líquida y la hinchazón afectan los tobillos, pies, piernas, y a veces las pantorrillas e incluso los muslos, se denomina edema periférico, de acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de los EE. UU (Medline Plus).
Asimismo, en la aparición de este problema pueden influir las alteraciones en la vasodilatación de las arteriolas (arterias pequeñas) y la permeabilidad de los capilares sanguíneos (vasos que conectan las arteriolas con las vénulas o venas pequeñas), entre otros mecanismos, según la Sociedad Andaluza de Medicina Familiar y Comunitaria (SAMFyC), en España.
Uno de los motivos principales por los que aparece el edema periférico es el calor, señalan desde el área Salud y Seguridad de TK Home Solutions, TKHS, firma especializada en soluciones tecnológicas para personas con problemas de movilidad.
Los expertos de TKHS señalan que, además del calor, puede haber otras causas por las que se nos hinchan los pies y las piernas, que se ven agravadas por las altas temperaturas.
Permanecer mucho tiempo en la misma postura y sin moverse, ingerir comidas con mucha sal, padecer diabetes o una dolencia renal, cardíaca o relacionadas con el sistema linfático, así como los cambios hormonales que experimenta la mujer durante el embarazo, la menopausia o la menstruación, favorecen la aparición o empeoramiento del edema periférico, señalan.
El primer paso que TKHS recomienda dar a las personas propensas a las piernas y pies hinchados, consiste en conocer el motivo por el que aparece el edema periférico, para lo que debe acudir al médico, que valorará si se debe a alguna enfermedad o problema que hay que vigilar, señalan.
Además, proponen una serie de medidas preventivas destinadas a evitar que este problema nos afecte o empeore, si ya lo sufrimos, en las temporadas calurosas:.
1.- MANTENGA UNA BUENA HIDRATACIÓN.
Es importante beber agua sin esperar a tener sed. Si el cuerpo no tiene suficientes líquidos, se produce una caída de la presión sanguínea, que se traduce en una peor circulación, según TKHS.
2.- EVITE LAS HORAS DE MÁS CALOR.
Se desaconseja permanecer al aire libre durante las horas más calurosas del día, en torno al momento en que el sol está en el punto más alto del cielo.
3.- LLEVE UNA DIETA EQUILIBRADA.
El exceso de sal y otros alimentos que contribuyan a la retención de líquidos, como las bebidas alcohólicas o el café, deben quedar fuera de la dieta.
4.- UTILICE MEDIAS DE COMPRESIÓN.
Estas prendas ayudan a mejorar la circulación en las piernas, al apretarlas suavemente para forzar que la sangre vuelva hacia el corazón.
5.- MANTÉNGASE ACTIVO/A.
Se recomienda hacer entre 150 y 300 minutos de actividad física moderada o vigorosa a la semana, incluso a aquellas personas con una discapacidad o enfermedad crónica (en este caso, bajo supervisión facultativa).
6.- CAMBIE DE POSTURA.
Quienes permanecen mucho tiempo en la misma posición (por ejemplo, trabajando de pie o sentados), deben mover las articulaciones y los músculos de las piernas regularmente, siendo suficiente con caminar un poco, cada treinta minutos o una hora.
7.- REPOSE CON LAS PIERNAS EN ALTO.
Es útil descansar las piernas y mantenerlas ligeramente elevadas durante unos 15 o 20 minutos. Quienes trabajan sentados pueden utilizar un reposapiés que permita tenerlas un poco en alto.
8.- APLÍQUESE UN MASAJE.
Además de ser agradables, los masajes con cremas u otros productos hidratantes que den frescor, ayudarán a deshinchar la zona afectada e impulsar la circulación, siendo especialmente recomendables para las personas con problemas de movilidad.