La aromaterapia ya se aplicaba 1 mil 800 años antes de Cristo, aunque la época de mayor auge fue durante la civilización egipcia y griega, cuando se utilizaban los aromas para baños, masajes y meditaciones, y así facilitar el estado espiritual.
Los aceites esenciales se extraen de frutas, plantas o flores, mediante métodos como destilación al vapor, extracción con solventes, maceración o enfleurage. Estos se utilizan para masajes, inhalarlos o aplicarlos en baños.
“Cuando sentimos el aroma, las células olfativas envían un mensaje al sistema límbico, donde están nuestras emociones, por lo que la persona entra en un estado de relajación, aumenta su energía y le puede traer recuerdos agradables. Además, ayudan a sanar los cuatro cuerpos: emocional, mental, físico y espiritual”, explica De Arocha.
Los aceites se adquieren en varias presentaciones, con gotero exterior o interno, y se sugiere que estén envasados en frascos color ámbar para proteger su contenido de los rayos solares y conservar mejor sus propiedades.
Si se desea inhalarlos, se utiliza un difusor, en el que se aplica de siete a nueve gotas del aceite en cierta cantidad de agua, para que el calor de la vela disperse el aroma —que suele durar una media hora—, cuyo tipo dependerá de lo que se desee sanar. Por ejemplo, el eucalipto, el limón y la naranja ayudan a tratar enfermedades respiratorias.
Cuando se empleen para masajes, no deben aplicarse directamente en la piel, sino disolverlos en aceite de soya, oliva o avena. Hay que mantener los aceites alejados de los niños y no ingerirlos.
Esta es una terapia alternativa que no sustituye la medicina tradicional, pero ayuda a que los fármacos recetados por el médico tengan un efecto más eficaz. Está contraindicado para embarazadas y pacientes con afecciones renales o asmáticas.
Para cada necesidad
- Los aceites de la aromaterapia se pueden utilizar para producir alegría o vitalidad, facilitar el equilibrio, relajación o concentración o en momentos de intimidad.
- Bergamota: ayuda a calmar los nervios, y así tratar el estrés, depresión y fatiga.
- Canela: contribuye a la función digestiva, respiratoria y circulatoria. Es antiséptico.
- Eucalipto: ayuda a tratar las infecciones respiratorias. Es antiséptico, espasmódico y expectorante.
- Jazmín: se le considera el rey de las flores. Es estimulante, antidepresivo, afrodisíaco y relajante.
- Menta: actúa como analgésico, antiespasmódico y carminativo.
- Pachulí: es afrodisíaco y calmante. Ayuda a curar heridas y a formar tejidos.
- Sándalo: tiene efecto antidepresivo, antiséptico, cicatrizante y astringente.
- Ylang ylang: atrae la armonía, aleja la depresión. Actúa como sedante y afrodisíaco.