En la actualidad, muchos padres prefieren que sus hijos jueguen con la tecnología en vez de que practiquen algún ejercicio. Sin embargo, no conocen la importancia del papel que juega la actividad física en el desarrollo del cerebro infantil.
Desde los seis meses, cuando el bebé puede sentarse, es recomendable que los padres promuevan la actividad física en sus hijos, por ejemplo, colocándolos boca abajo, sobre su estómago, para que el pequeño trate de levantar su cabeza e intente arrastrarse, opina Ana Fajardo, psicóloga clínica con énfasis en neuropsicología.
Esto le ayudará a fortalecer los músculos del cuello y espalda, y también estimulará su sentido del tacto y vista.
Cuando cumplen los 9 meses, los pequeños ya están listos para gatear.
Es muy importante que los padres fomenten esta práctica, ya que el gateo es sumamente necesario para la maduración neurológica, pues se conectan al mismo tiempo las neuronas de ambos hemisferios, propicia la coordinación de patrón cruzado, se utiliza también el sentido vestibular, propioceptivo, del tacto y vista, añade Fajardo, quien también es directora de Mapaes, (madres y padres de niños con necesidades especiales).
Importante
Muchos de los problemas del desarrollo se pueden prevenir y solucionar por medio de la actividad física, y las terapias que trabajan a niveles de estimulación cerebral y hemisférica se basan en ella. Debe promoverse que los niños practiquen actividades como arrastrarse, gatear, correr, trepar, columpiarse, jugar pelota, etcétera.
Con las actividades anteriores, su cerebro se mantiene estimulado por medio del movimiento y sensaciones, y no por medio de una pantalla.
Fuente: Mapaes: 5171-5191;
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